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El PP cambia de estrategia para remontar los sondeos: menos Sánchez, más Castilla y León
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El PP cambia de estrategia para remontar los sondeos: menos Sánchez, más Castilla y León

Mañueco centrará el discurso en apelar al voto útil y hablar de temas que interesan a la gente. "El error ha sido plantear la campaña como una primera vuelta de las generales"

Foto: El actual presidente de la Junta de Castilla y León y candidato del PP, Alfonso Fernández Mañueco. (EFE/Diego Puerta)
El actual presidente de la Junta de Castilla y León y candidato del PP, Alfonso Fernández Mañueco. (EFE/Diego Puerta)
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El equipo de campaña del PP en Castilla y León dará un giro a la estrategia en la recta final para intentar combatir los pronósticos de las encuestas que, aunque les garantizan una victoria y ampliar en 10 diputados el resultado de los pasados comicios, se antojan insuficientes ante la escalada de Vox y las expectativas de mayoría absoluta que se publicitaron desde Génova. Hasta ahora se ha apostado por calcar el 'método Ayuso' de confrontar directamente con el Gobierno Sánchez y los resultados no están siendo los esperados. “Han planteado esto como la primera vuelta de las generales y es un error”, lamenta un miembro del equipo del presidente Alfonso Fernández Mañueco. El arranque estuvo marcado por la polémica de la carne y el ministro de Consumo, Alberto Garzón, pero una vez agotado ese discurso, que disparó el partido en los sondeos, la clave nacional no ha calado y al final quien más rédito ha sacado es el candidato de Podemos, que ha rentabilizado el voto ecologista contra la ganadería intensiva.

El viraje ya se notará en el debate en la televisión autonómica que enfrentará este miércoles a los tres candidatos. Si la semana pasada Mañueco se centró en azuzar el fantasma del sanchismo y recurrió hasta a los indultos de los presos del 'procés', mañana hablará de los problemas de Castilla y León y apelará al voto útil. Los cuadros a nivel regional se defienden ante el nerviosismo en el partido y se muestran más optimistas. Sus cálculos son que en el peor de los casos lograrán 35 parlamentarios, Vox 12 y la suma de la izquierda y los partidos de las plataformas de la España Vaciada se quedarían en 34. Incluso con este resultado consideran que el objetivo de sumar más que toda la izquierda estaría cumplido. “Alguien en Génova hizo las cuentas de la lechera”, lamentan los de la tierra, que confían en movilizar en estos días el voto útil y colocarse en la horquilla de 37-39 diputados, que permitirían rebajar el tono de la negociación con Vox y dar aire a Casado, que se ha implicado directamente en la campaña.

Foto: Alfonso Fernández Mañueco. (EFE/Almudena Álvarez) Opinión

Entre los fallos que se han detectado, se coincide en que ha habido una “sobreactuación” en la participación de líderes nacionales. Aún resuena el ataque del expresidente José María Aznar a Casado con aquel ya famoso “no es quién vaya a la Moncloa, sino para hacer qué” por el que tuvo que acabar disculpándose en público y en privado y que sirvió de munición durante días a los socialistas para ridiculizar al líder del PP. Testados los teloneros que más tirón tienen, estos son el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Esta última no ha confirmado si asistirá al cierre de campaña como estaba previsto. Desde la Puerta del Sol aseguran que movieron toda la agenda cuando se pidió que la presidenta doblase su presencia y hoy estará en Ávila y Valladolid. El pesimismo preventivo que se percibe en el partido pese a que el 13-F se ganará salvo catástrofe tampoco anima.

El intento de 'ayusizar' a Mañueco tampoco ha funcionado desde el punto de vista del discurso. En Madrid, se hizo en la pandemia una política de oposición a las medidas del Gobierno y Sánchez, para desgastar a Casado, colocó a la baronesa como su 'alter ego'. El eslogan de libertad frente a las restricciones y el intervencionismo era verosímil, pero en Castilla y León se apoyaron el toque de queda y los confinamientos como estrategia de contención del virus e incluso, en ocasiones, los barones populares actuaron en sus comunidades de forma opuesta a Madrid.

Foto: Pablo Casado y Alfonso Fernández Mañueco en un mitin en Palencia. (EFE/Almudena Álvarez)

La negociación con los de Santiago Abascal será la madre del cordero a partir del 13-F. No hay opciones para que se llegue a una coalición con Vox y se le cedan sillones en la Junta. “O Gobierno en solitario o Gobierno en solitario”. Esta es la única ecuación que se maneja en el PP. La mirada está puesta en la próxima cita electoral, que serán las elecciones andaluzas, y si en Castilla y León se gobierna con la extrema derecha hay riesgo de que el presidente Juanma Moreno pierda en Andalucía o también se vea forzado a colocar como vicepresidenta a Macarena Olona. En público, no se reconocerá lo que en privado circula hace días entre los barones, que como adelantó El Confidencial no esconden que prefieren una repetición electoral, como en su día hizo Mariano Rajoy, a sellar un acuerdo de gobierno con Vox.

En el reparto de culpas anticipado que se ha instaurado en el PP se coincide en señalar a Teodoro García Egea y su pulso con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a la hora de plantear estos comicios en clave de liderazgo nacional. “Nos ha estallado a nosotros en la cara la guerra interna”, se escucha entre los que se recorren cada día las provincias, que sienten que solo se les interpela sobre cuestiones internas y no de proyecto. Los más veteranos apuntan a que por las prisas de neutralizar la victoria del 4-M no se estudiaron las particularidades de Castilla y León, aunque defienden la convocatoria electoral porque había una opción real de moción de censura al acercarse marzo y los juicios por casos de corrupción como el llamado Perla Negra.

El principal reproche es que se crease la ilusión de que la mayoría absoluta era fácil sin contar con el auge de plataformas de la España Vaciada, que en provincias como Soria van a restar al PP. Este diagnóstico saltará por los aires si el domingo se logran 39 escaños y Vox es un socio accesorio. Como adelantan desde Génova, “Casado será el mejor líder del PP y la estrategia habrá sido un éxito”.

El equipo de campaña del PP en Castilla y León dará un giro a la estrategia en la recta final para intentar combatir los pronósticos de las encuestas que, aunque les garantizan una victoria y ampliar en 10 diputados el resultado de los pasados comicios, se antojan insuficientes ante la escalada de Vox y las expectativas de mayoría absoluta que se publicitaron desde Génova. Hasta ahora se ha apostado por calcar el 'método Ayuso' de confrontar directamente con el Gobierno Sánchez y los resultados no están siendo los esperados. “Han planteado esto como la primera vuelta de las generales y es un error”, lamenta un miembro del equipo del presidente Alfonso Fernández Mañueco. El arranque estuvo marcado por la polémica de la carne y el ministro de Consumo, Alberto Garzón, pero una vez agotado ese discurso, que disparó el partido en los sondeos, la clave nacional no ha calado y al final quien más rédito ha sacado es el candidato de Podemos, que ha rentabilizado el voto ecologista contra la ganadería intensiva.

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