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El pacto con la derecha por la reforma laboral frustra a UP y lanza un aviso a la 'solista' Díaz
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Una suma de difícil digestión

El pacto con la derecha por la reforma laboral frustra a UP y lanza un aviso a la 'solista' Díaz

Los morados asumen que aprobar la ley estrella de Trabajo sin los socios habituales es un punto de inflexión, que Sánchez les ha llevado a su terreno y que el bloque de la investidura queda tocado

Foto: Yolanda Díaz y Rufián, en el Congreso. (EFE/Emilio Naranjo)
Yolanda Díaz y Rufián, en el Congreso. (EFE/Emilio Naranjo)

Convalidar la reforma laboral con los votos de Ciudadanos, el PDeCAT y UPN es para Unidas Podemos una de las situaciones más delicadas de la legislatura, si no la que más. Yolanda Díaz no ha podido sumar —aunque lo ha intentado con ahínco hasta las horas previas a este día D— al bloque de la investidura, mientras Pedro Sánchez y el PSOE han aceptado cambiar de caballo en el momento decisivo para sacar adelante una de las normas nucleares para el Gobierno de coalición y, por extensión, para la izquierda. ERC y EH Bildu, que han formado hasta ahora parte de la 'dirección de Estado' que tanto peleó Pablo Iglesias durante su mandato, han decidido tomar un camino diferente y ahora lo que buscan los morados es que eso no lo haga descarrilar todo.

Hay un pacto de gobierno sellado, pero no es lo mismo que los compañeros de viaje de cara a la segunda mitad de mandato sean los partidos que llevaron a Sánchez a Moncloa a que lo sean los nueve diputados de Inés Arrimadas, los cuatro posconvergentes o UPN. La 'geometría variable' por la que apostó el PSOE en los presupuestos de 2021, pero que no salió, ha triunfado esta vez y ello ha roto 'de facto' el bloque que se puso de acuerdo en junio de 2018 para desalojar a Mariano Rajoy del poder.

Foto: Junta de portavoces

El pacto a la derecha que sale este jueves de la votación es una fotografía que genera ruido interno en Unidas Podemos. Yolanda Díaz, que aceptó ante Iglesias ser ministra con la promesa —plasmada negro sobre blanco en el pacto de coalición— de derogar la reforma laboral del PP, y su secretario de Estado, Joaquín Pérez Rey, han sido quienes han capitaneado las intensas conversaciones con los socios preferentes del Gobierno. Hasta anoche seguían negociando con ERC, PNV y EH Bildu. El Ministerio de Trabajo, en efecto, no ha querido abrir el campo, pero de eso ya se encargó el PSOE, con el titular de Presidencia, Félix Bolaños, el portavoz parlamentario, Héctor Gómez, y la nueva jefa de estrategia política, Adriana Lastra, capitaneando la estrategia de ir cerrando uno a uno los votos necesarios.

Ha sido, en definitiva, una especie de 'abrazo del oso' del PSOE a Yolanda Díaz. La ensalada de partidos que apoyarán la reforma laboral (PSOE, UP, Ciudadanos, PDeCAT, Más País, UPN, Compromís, Coalición Canaria, Nueva Canarias, Partido Regionalista Cántabro y Teruel Existe, hasta sumar un total de 176 síes) deja una fotografía inédita en la legislatura y una votación de difícil digestión para Unidas Podemos. Más si cabe cuando hasta Ana Botín, presidenta del Santander, ha apoyado el acuerdo. ¿Cómo vender esta suma ante el ala izquierdista de la formación? No va a ser sencillo, asumen voces moradas. El PSOE, que ha llevado a su terreno a UP, no se siente incómodo con la ecuación final, pero los morados sí.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/EPA/Ali Haider)

Este pacto también supone un toque de atención a Yolanda Díaz. Los dirigentes de UP, ministros y cuadros del partido, habían depositado en la vicepresidenta segunda toda su confianza para lograr un acuerdo 'in extremis' con sus socios habituales. Pablo Iglesias descargó todas sus esperanzas el lunes desde los micrófonos de la SER. La propia ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, hizo lo propio el martes desde la sala de prensa de Moncloa. Pero el pacto no ha llegado y en el partido morado sacan una conclusión clara: los 'solistas' no son suficientes. Un aviso a navegantes de cara al inminente proceso de escucha que pretende iniciar Díaz.

El problema, aseguran las fuentes consultadas, fue de base. Porque llegar primero a un acuerdo en el diálogo social que no puede ser modificado ni en una sola coma tenía el riesgo de que fuera considerado, como así ha sido, insuficiente por ERC y Bildu. Es decir, a los republicanos y 'abertzales' se les presentó el pacto con empresarios y sindicatos como una cuestión innegociable, imposible de mejorar en el trámite parlamentario, y han terminado por decir no. Si se hubiera negociado con ellos antes o a la par que se hacía en el diálogo social, quizás el escenario final hubiera sido diferente, concluyen.

Foto: El diputado de PDeCAT Ferran Bel. (EFE/Carlos Hidalgo)

¿Qué consecuencias podría tener para la coalición pactar una de las leyes centrales de la legislatura con partidos de la derecha? En Podemos se han encendido las alarmas ante las tentaciones que ven en el PSOE de "centrarse" con los nueve diputados de Cs. El fantasma de la geometría variable, de nuevo en escena. Por eso, el discurso que preparan a partir de mañana es el de "cuidar la unidad" del bloque de investidura. "Esperemos que solo sea un tropiezo y no una caída", añaden las fuentes consultadas. Podemos cerrará filas con Yolanda Díaz, pero también considera que hay riesgos.

Fue Iglesias quien se empeñó en que esta foto de la reforma laboral no se diera y que, por extensión, el bloque de izquierdas no se pusiera en riesgo. El exlíder de Podemos, ahora apartado de la primera línea política, pero cuyas opiniones son escuchadas y valoradas en el espacio morado, no pretende pronunciarse en términos que puedan perjudicar a Díaz, pero ya alertó en su día de que la suma que sale este jueves de la votación y que el PSOE intentó en su etapa le generaba inquietud. Nervios de que el PSOE pueda seguir explorando la vía Cs y de que los socios prioritarios empiecen a tomar otra trayectoria. Hasta el PNV, en boca de Andoni Ortuzar, lo ha advertido.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/Javier Lizón) Opinión
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Hay, en definitiva, sensación de desánimo en Unidas Podemos, aunque no lo vayan a expresar en público. Frustración por no haberse entendido con ERC y Bildu. Pese a eso, van a seguir defendiendo la reforma laboral como un "proyecto de país". Los morados son conscientes también de que en esta votación se han mezclado otras cuestiones políticas, como el papel que puede jugar en un futuro cercano el proyecto de Díaz en territorios como Cataluña y País Vasco. El 'proceso de escucha', apuntan, va a seguir generando tensiones.

En las últimas horas, tanto Sánchez como Yolanda Díaz habían incrementado la presión, con diferentes objetivos. El presidente del Gobierno siguió apelando al PP, mientras Díaz se dirigió personalmente a ERC, asumiendo que el giro de Bildu era aún más complicado, ya que los 'abertzales' libran una dura batalla contra el PNV en el País Vasco, con la presión añadida del sindicato ELA, de gran influencia en la comunidad autónoma vasca. A la campaña de presión se sumaron en las últimas horas los comunes. Desde la formación asociada a Podemos, advirtieron a ERC de que si mantiene su bloqueo a la reforma laboral de Yolanda Díaz, podría perder su apoyo en el Parlament de Cataluña. Los comunes, en efecto, se han convertido en una muleta esencial para la Generalitat a la hora de aprobar leyes trascendentales, como los presupuestos del consejero Jaume Giró, el no a la ampliación del aeropuerto de El Prat o la rebaja fiscal a las clases más modestas para el próximo año. Ahora, esa coalición extragubernamental podría estar en peligro tras la votación de este jueves.

Podemos, por su parte, se ha mantenido en un segundo plano porque Díaz y su equipo han asumido el protagonismo de la negociación. Irene Montero estuvo hace dos semanas en el programa de YouTube de Gabriel Rufián, portavoz de ERC en el Congreso, y habló de la vicepresidenta segunda. "¿Yolanda es leal a Unidas Podemos?", le preguntaba el de Santa Coloma. "Yo creo que Yolanda va a ser leal al proyecto político que Unidas Podemos quiere conseguir, por supuesto que sí, y es la única que en estos momentos tiene la capacidad de ampliar ese espacio. Ella tiene que tener también nuestra confianza para volar, para hacer determinados planteamientos e incluso para alejarse. Yo creo que sí, que tiene que tener esa capacidad", le respondía la ministra de Igualdad. Los morados, aunque no es la reforma laboral con la que soñaron, tienen que asumir que es la ley que sale del Gobierno del que forman parte.

Convalidar la reforma laboral con los votos de Ciudadanos, el PDeCAT y UPN es para Unidas Podemos una de las situaciones más delicadas de la legislatura, si no la que más. Yolanda Díaz no ha podido sumar —aunque lo ha intentado con ahínco hasta las horas previas a este día D— al bloque de la investidura, mientras Pedro Sánchez y el PSOE han aceptado cambiar de caballo en el momento decisivo para sacar adelante una de las normas nucleares para el Gobierno de coalición y, por extensión, para la izquierda. ERC y EH Bildu, que han formado hasta ahora parte de la 'dirección de Estado' que tanto peleó Pablo Iglesias durante su mandato, han decidido tomar un camino diferente y ahora lo que buscan los morados es que eso no lo haga descarrilar todo.

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