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Moncloa descartó el viaje del Rey a Emiratos para no incomodarle por la figura de su padre
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irá sánchez y no se reunirá con Juan Carlos

Moncloa descartó el viaje del Rey a Emiratos para no incomodarle por la figura de su padre

Sánchez preside mañana miércoles el Día de España en la Expo de Dubái y viaja a Abu Dabi, donde ha vetado a la prensa

Foto: Fotografía facilitada por la Casa Real del rey Juan Carlos junto al príncipe heredero de Abu Dabi en 2014. (EFE/Borja)
Fotografía facilitada por la Casa Real del rey Juan Carlos junto al príncipe heredero de Abu Dabi en 2014. (EFE/Borja)
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Lo lógico hubiese sido que fuese el jefe del Estado español, Felipe VI, el que acudiese a la Expo de Dubái el Día de España, el 2 de febrero. Lo lógico es que allí le hubiese recibido el príncipe heredero y “hombre fuerte” de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), Mohamed bin Zayed, de 60 años.

Hasta Dubái han viajado estas últimas semanas, para estar presentes en el día dedicado a su país, desde el presidente de Francia, Emmanuel Macron, hasta el de Israel, Isaac Herzog, pasando por los de Letonia, Egils Levits y Colombia, Iván Duque. Todos los huéspedes extranjeros, con la excepción del rey de Suecia, Carlos XVI Gustavo, fueron recibidos 'in situ' por el príncipe heredero.

placeholder Mohamed bin Zayed con el presidente francés Emmanuel Macron. (EFE/Hamad Al Kaabi/Ministry of Presidential Affairs)
Mohamed bin Zayed con el presidente francés Emmanuel Macron. (EFE/Hamad Al Kaabi/Ministry of Presidential Affairs)

Con España nada de esto va a suceder. A Dubái se desplaza el miércoles el jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, para celebrar el Día de España. A continuación, volará a la capital emiratí, donde será recibido por Mohamed bin Zayed, pero no se verá con don Juan Carlos, que reside en la isla de Nurai, a una decena de kilómetros de Abu Dabi.

Foto: El jeque Mohamed Bin Zayed, príncipe heredero de Abu Dabi. (EFE)

Esta anomalía española, la ausencia de Felipe VI, tiene una explicación: la presencia en Abu Dabi de don Juan Carlos, rey emérito, que se exilió allí en agosto de 2020. El Gobierno español ha evitado colocar a Felipe VI en una situación incómoda viajando al país donde reside su padre, pero sin que quede con él, y suscitar de paso una oleada de comentarios y especulaciones en la prensa.

Tanta obsesión tienen en Moncloa con la prensa que han vetado, además, que cubra la segunda parte de la visita de Sánchez a Emiratos; es decir, su reunión con Mohamed bin Zayed. Alegan que las autoridades emiratíes quieren ser discretas, preservar su imagen. Un repaso a las numerosas fotos que se han hecho Mohamed bin Zayed con sus huéspedes extranjeros en la Expo de Dubái —e incluso con alumnos de colegios— y también en Qasr Al Watan, el palacio presidencial de Abu Dabi, demuestran lo contrario.

Foto: El rey de España, Felipe VI. (Reuters/Ricardo Arduengo)

En realidad, se ha querido evitar una segunda incomodidad, esta vez a Sánchez, que se hubiese visto sometido a una batería de preguntas sobre la estancia de don Juan Carlos, según indican fuentes conocedoras del viaje del presidente español. Además, quién sabe si los periodistas no hubiesen aprovechado su paso por Abu Dabi para buscar al Rey emérito por la capital. Preguntada sobre el origen del veto a la prensa, la Embajada de Emiratos en Madrid rehusó contestar.

Aunque se anunció el lunes 31 de enero y Sánchez viajará ya el miércoles 2 febrero, el desplazamiento presidencial a Abu Dabi no tiene nada de improvisado. Es inconcebible que un jefe de Gobierno europeo ponga pie en Emiratos y no se reúna con Mohamed bin Zayed al que el diario 'The New York Times' designó en 2019 como el gobernante más poderoso del mundo árabe y uno de los de mayor peso en el mundo.

placeholder  Mohamed bin Zayed, en el centro, al lado de Felipe VI, en una foto de archivo.
Mohamed bin Zayed, en el centro, al lado de Felipe VI, en una foto de archivo.

Por parte española, hay tres temas en la agenda de la conversación con Mohamed bin Zayed y antes, en Dubái, con el emir Mohammed bin Rachid Al Maktoum, aunque Moncloa solo hace hincapié en uno, el económico. Por eso a Sánchez le acompañan la ministra de Industria, Reyes Maroto, y un pelotón de empresarios encabezados por Antonio Garamendi, el presidente de la CEOE.

El objetivo es no solo exportar más desde España a Emiratos, sino, sobre todo, atraer a sus inversiones. Hasta antes de la pandemia, Qatar, un país con menos de un tercio de la población de Emiratos, era el principal inversor árabe en España. Para intentar enderezar la situación, el Gobierno español aspira a cerrar un Acuerdo de Protección Recíproca de Inversiones y un memorándum de entendimiento con el fondo soberano Mubadala que maneja 217.000 millones de euros. El fondo es dueño, entre otras empresas, de la petrolera Cepsa.

Sánchez agradecerá también, ya lo hizo en dos anteriores conversaciones telefónicas, la hospitalidad brindada por Mohamed bin Zayed al Rey emérito. Tratará, probablemente, de explicarle por qué a ojos de las autoridades españolas tuvo que exiliarse y es conveniente que aún permanezca allí. Es algo que resulta incomprensible para el príncipe heredero que, mucho antes de que se refugiara en Abu Dabi, ya multiplicaba las atenciones con don Juan Carlos.

Le invitó siempre a asistir al Gran Premio de Fórmula 1 en el circuito de Yas Marina con otros acompañantes. En 2011, cuando aún era jefe de Estado, la elegida para ese viaje fue su amiga íntima, Corinna Larsen. Durante su estancia en Abu Dabi, fue agasajada como consorte del monarca español e invitada, por ejemplo, a un almuerzo ofrecido en el palacio Al-Bahar por la jequesa Fatima bint Mubarak para las esposas de los dignatarios. Don Juan Carlos le condecoró en 2008 con la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil.

No solo Mohamed bin Zayed corre con todos los gastos de la estancia de don Juan Carlos en Abu Dabi, excepto el de sus escoltas españoles, sino que le manifestó su apoyo hace ahora un año. Se desplazó hasta la lujosa residencia que ha puesto a disposición en Nurai y se fotografió con él en el jardín tomando un refresco.

Marruecos saldrá también a relucir en la conversación entre Sánchez y su anfitrión. De todos los gobernantes árabes, Mohamed bin Zayed es el que mantiene la más estrecha relación con el rey Mohamed VI de Marruecos, un país en el que residió unos meses cuando era adolescente. Su padre le mandó allí, con una falsa identidad, para que su horizonte traspasase los palacios reales. Trabajó de camarero en Rabat. No debe de guardar un mal recuerdo porque vuelve con regularidad de vacaciones. Emiratos fue de los primeros en alinearse con Rabat en el conflicto del Sáhara Occidental reconociendo la soberanía marroquí sobre ese territorio tan extenso como el Reino Unido.

La diplomacia española ya pidió hace meses a EEUU, sin demasiado éxito, que se implicase en la crisis que Marruecos desencadenó con España en diciembre de 2020 para que esta modificara su posición sobre el Sáhara y diera un espaldarazo a la propuesta de conceder una autonomía al territorio y sortear así el referéndum de autodeterminación pactado con el Polisario en 1991. ¿Pedirá ahora Sánchez a Mohamed bin Zayed que desempeñe una labor de buenos oficios entre Madrid y Rabat?

Lo lógico hubiese sido que fuese el jefe del Estado español, Felipe VI, el que acudiese a la Expo de Dubái el Día de España, el 2 de febrero. Lo lógico es que allí le hubiese recibido el príncipe heredero y “hombre fuerte” de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), Mohamed bin Zayed, de 60 años.

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