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La guerra de Alexis, de Murcia a miliciano en Ucrania: "A España no se le ha perdido nada"
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Siete años bajo las bombas

La guerra de Alexis, de Murcia a miliciano en Ucrania: "A España no se le ha perdido nada"

Con 24 años se fue a combatir con los separatistas en Donetsk, donde fue herido grave por una mina. Critica a Occidente por buscar excusas para atacarles: “Aquí no hay tropas rusas”

Foto: El miliciano que dejó España por combatir en Donetsk. (Alexis Castillo)
El miliciano que dejó España por combatir en Donetsk. (Alexis Castillo)

“La última herida que tuve grave fue porque mi comandante cayó en una mina y la metralla me alcanzó. Él murió”. Este es el relato de un joven que con 24 años se marchó a Ucrania a combatir con las milicias separatistas y prorrusas en la guerra del Donbás. Alexis Castillo, nacido en Colombia, dejó atrás familia y 16 años en España. Lleva ya más de siete años en el que hasta hace unas semanas pasaba por ser uno de los conflictos olvidados del planeta. Se queja de que el discurso de Occidente busca ahora una justificación para atacarles y advierte a España de que cometería un error si participa en una intervención militar junto a la OTAN: “No se le ha perdido nada aquí”.

Alexis vivió en Murcia, Madrid y Zaragoza. En España, cursó sus estudios. Según narra, llegó a Ucrania en octubre de 2014. Hubo otros como él. Personas fuertemente ideologizadas que conformaron una especie de brigadas internacionales. A diferencia de la mayoría, Alexis se quedó allí. Y hasta hoy. “Yo soy militar aquí. Normalmente, si no estamos haciendo otras cosas, entrenamos. Hacemos las funciones de cualquier ejército, solo que en una situación de conflicto”, dice en una entrevista concedida a El Confidencial por videollamada desde Donetsk. Integra un movimiento formalmente conocido como Milicias Populares que él pronuncia con su nombre en ucraniano.

Foto: Refugiados que huyen de la guerra en Ucrania llegan a Varsovia, Polonia (EFE/EPA/Marek)

Dice no tener autoridad para dar detalles de su estructura, pero explica que siguen “las mismas formas y construcción de lo que era el Ejército soviético. La estructura es muy parecida”. La provincia de Donetsk se autoproclamó independiente de Ucrania en 2014 en respuesta a los movimientos europeístas del país. Buena parte de su población siente apego hacia Rusia y desde Kiev acusan a Moscú de alimentar estos movimientos rebeldes, algo que desde el Kremlin siempre han negado. En algunas de sus fotos, Alexis posa con la bandera de la República Popular de Donetsk. Es igual que la rusa, pero cambiando el blanco por el negro de su franja superior.

Esa región ha vuelto ahora al foco informativo como escenario de un recrudecimiento de las tensiones entre EEUU y sus aliados de la Unión Europea pertenecientes a la OTAN —incluida España— frente a la Rusia de Vladimir Putin. Los primeros temen una intervención militar rusa en Ucrania para contener el avance de Occidente. El Kremlin lo niega, pero unos y otros toman posiciones mientras dicen agotar las vías diplomáticas. Alexis, en cambio, describe un ambiente de tranquilidad: “Aquí la gente vive el día con normalidad, no hay pánico. En las fronteras no hay movimiento como en 2014. Es más histeria de, a lo mejor, los medios de Occidente, que están transmitiendo algo que en el terreno es absurdo”.

"No creo que Rusia vaya a invadir Ucrania"

Su discurso es antioccidental y crítico con los medios de comunicación: “Yo no creo que Rusia vaya a invadir Ucrania. Eso me parece más el relato de Estados Unidos. Lo están orquestando para justificar que nos vayan a atacar. Lo que sí tenemos al otro lado, en Ucrania, es que han acercado artillería pesada al frente. Hay ejércitos de otros países, ejércitos regulares. Lo que veo son movimientos de la parte ucraniana, que van más encaminados a atacarnos, que no por Rusia, no tenemos tropas rusas ni las hemos tenido nunca”.

placeholder Alexis Castillo, en compañía de otros dos milicianos de Donetsk. (A. C.)
Alexis Castillo, en compañía de otros dos milicianos de Donetsk. (A. C.)

En la mayoría de sus fotos recientes, este miliciano separatista del Donbás luce uniforme. En algunas imágenes se aprecian incluso medallas y condecoraciones en su pecho. En la entrevista con este periódico se muestra, en cambio, relajado con una camiseta roja de manga corta por la que asoma un tatuaje. El nombre de Alexis Castillo apareció en 2015 junto a otras 11 personas en el marco de una investigación de la Policía Nacional. Se saldó con el arresto de ocho jóvenes en febrero de ese año en la llamada operación Danko. Tenían en común que todos habían estado en Ucrania mostrando su apoyo a grupos armados del Donbás.

Fue investigado en España

Estaban Rafael, de Gijón; Ángel, de Cartagena; Andrés, de Cáceres; Sergio, de Madrid… Así hasta una docena. A los detenidos, se les acusó por cooperación en asesinatos, depósito de armas de guerra y un tercer delito tan poco habitual como el de violación de neutralidad del reino de España. La Audiencia Nacional, a instancias de la Fiscalía, tardó menos de un año en archivar la causa. Sobre la cooperación para asesinar y el depósito de armas, determinó que no había pruebas para acreditar su participación en combate. En la causa solo constaban fotografías más bien propagandísticas posando con armas o entre carros blindados. Material que les dejaban para la foto y luego devolvían.

Sobre el tercer delito, se salvaron porque la Fiscalía entendió que era necesaria la existencia de un conflicto bélico entre Estados en el que no participe España y que los actos desarrollados tengan potencialidad para lesionar la abstención en una guerra. En ese sentido, el juez asumió que se desconocía la naturaleza de los grupúsculos armados que actuaban en la zona, pero no era un enfrentamiento entre dos Estados ni los españoles desplazados realizaron actos de entidad suficiente como para comprometer la neutralidad del país.

"España tiene más problemas en su frontera sur con Marruecos que aquí"

Alexis ni siquiera llegó a declarar por esta causa, de la que apenas tiene información. “A mí no me llegó ninguna carta”, dice entre risas antes de preguntarse con tono serio por qué razón tendría que ir a declarar si no ha cometido ningún delito. La explosión de la mina le dejó un tiempo en silla de ruedas, pero matiza que aquello no sucedió durante un combate. Sobre el resto de españoles dice que no les conoció a todos y, por tanto, no tiene información completa de lo que hicieron, pero se ríe cuando se le pregunta si entraron en acción: “No sé si estuvieron en el frente algunos. Yo sé que muchos estuvieron en la cocina, otros hacían vídeos enseñando la realidad de lo que estaba pasando aquí, tuvieron funciones diversas”.

La Policía, vigilante

Algunos de ellos decían integrar una brigada llamada Carlos Palomino, en homenaje a un joven de extrema izquierda asesinado en 2007 por un neonazi en Madrid. Alexis recuerda aquel grupo de españoles como algo “simbólico”. “No vi que la brigada Carlos Palomino fuese una cosa estructurada u organizada”, señala este miliciano de 33 años. Fuentes policiales consultadas por El Confidencial afirman que no han detectado movimientos recientes entre grupos radicales para desplazarse a la zona tras el incremento de las tensiones. Los expertos consultados aseguran estar sobre el terreno y haber analizado la situación sin que por el momento tengan motivos de preocupación.

placeholder Rebeldes prorrusos trasladan el ataúd con los restos mortales de Alexéi Mozgovói, jefe de una brigada de milicianos. (EFE)
Rebeldes prorrusos trasladan el ataúd con los restos mortales de Alexéi Mozgovói, jefe de una brigada de milicianos. (EFE)

Alexis se muestra parco en palabras cuando se le pregunta por la presencia española en la región o si se han producido llegadas recientes: “No te puedo decir mucho sobre quiénes seguimos aquí (...) Desconozco esa información”. Pero sí se muestra rotundo al negar que exista una infraestructura para acoger brigadistas internacionales. De hecho, cree que si ahora llegase alguien de España como voluntario para combatir le dirían que se volviese a casa. “Ahora no están las milicias que existían en aquellos tiempos. Ahora todo tiene su base y su formalidad. Lo veo difícil. En todo el tiempo que llevamos de guerra, el Ejército se ha profesionalizado, se ha estructurado, se ha centralizado”, explica.

A su juicio, España cometería un “error” si participara en una intervención militar: “España tiene más problemas en su frontera sur con Marruecos que aquí. Aquí no se le ha perdido nada. Debería preocuparse por solucionar problemas dentro de sus fronteras y no gastarse el dinero en apoyar una escalada que no tiene sentido”. Describe a sus vecinos de Donetsk como gente que “quiere defender la autodeterminación de unas repúblicas que han tomado una decisión a través de un referéndum”. “Que quiera o no unirse con Rusia esto ya es decisión de la gente de aquí que esperemos que sea en un ámbito tranquilo y con paz. Nadie quiere la guerra aquí”, zanja.

“La última herida que tuve grave fue porque mi comandante cayó en una mina y la metralla me alcanzó. Él murió”. Este es el relato de un joven que con 24 años se marchó a Ucrania a combatir con las milicias separatistas y prorrusas en la guerra del Donbás. Alexis Castillo, nacido en Colombia, dejó atrás familia y 16 años en España. Lleva ya más de siete años en el que hasta hace unas semanas pasaba por ser uno de los conflictos olvidados del planeta. Se queja de que el discurso de Occidente busca ahora una justificación para atacarles y advierte a España de que cometería un error si participa en una intervención militar junto a la OTAN: “No se le ha perdido nada aquí”.

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