La España Vaciada lucha contra su mayor fantasma: la abstención

Castilla y León es la primera cita electoral para la España Vaciada y el resultado que obtenga en los comicios marcará los siguientes pasos de la decisión de la plataforma nacional de colectivos de convertirse en una opción en las urnas en siguientes procesos electorales. El 13 de febrero se presenta en cuatro provincias bajo su denominación (Burgos, Palencia, Valladolid y Salamanca) y como Soria ¡Ya! en la provincia de Soria. Un primer test que dependerá en gran medida de la capacidad de movilización que sean capaces de conseguir en un territorio rural amplio, envejecido y despoblado.

Para Pedro Villanueva, politólogo del Colegio de Ciencias Políticas y Sociología de Castilla y León, el nivel que alcance la abstención será clave: “Puede perjudicar a los partidos minoritarios, como la España Vaciada. Llegar a ese 3% de votos con un censo determinado y una alta abstención puede complicarles mucho las cosas”. De hecho, para Villanueva debería ser una de sus preocupaciones principales en lo que queda de precampaña y la campaña electoral. “Sí, deben estar especialmente preocupados. También por la merma de mesas electorales en las zonas menos pobladas, granero de sus votos. Esto se produce por la brecha tecnológica, que impide aún unas elecciones en las que se pudiese votar electrónicamente”.

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En Castilla y León habrá 304 mesas electorales menos que en los últimos comicios municipales, al no celebrarse elecciones en entidades locales menores. La reducción afecta sobre todo a pedanías y núcleos más pequeños, cuyos vecinos deberán desplazarse si quieren ejercer su derecho al voto el 13 de febrero. Un esfuerzo más que puede hacer bajar la participación rural, lo que daña claramente las expectativas de la España Vaciada. Para compensar esta falta de mesas y evitar el desplazamiento, la alternativa es el voto por correo. “El voto por correo puede tener un papel preeminente. La eliminación de esas mesas electorales en las zonas más despobladas puede suplirse con el voto por correo. Habrá que ver cuánto voto se emite en ese formato para valorar cómo puede desequilibrar los resultados electorales”, explica Villanueva.

Un voto por correo que puede ser decisivo en el reparto de los últimos procuradores en liza en cada provincia, que suelen decantarse por muy pocos sufragios, y al que optan las candidaturas de la España Vaciada. Recuerda el politólogo cómo esto ya sucedió en 2019: “Deberán competir igualmente por el voto por correo y también del extranjero, esa diferencia de votos puede ser determinante. Si no que se lo pregunten a Podemos en los anteriores comicios, consiguieron su segundo procurador en Cortes en el tiempo de descuento”.

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La abstención es una preocupación esencial para las fuerzas minoritarias y en menor medida para los grandes partidos, ya que la propia ley D’Hont beneficia al bipartidismo en el reparto de procuradores. Según los expertos, la participación será vital también para Ciudadanos y Podemos, ya que todo indica que “no han sabido consolidar el apoyo de sus votantes al no haber cumplido sus expectativas y por su relativa traición a los ideales”, argumenta Villanueva. El peor escenario en las encuestas pinta para Ciudadanos, que estaría al borde de la desaparición o tan solo lograría sostener un representante por la provincia de Valladolid, que sería el exvicepresidente de la Junta Francisco Igea.

León no cuenta con una candidatura de la España Vaciada, lo que podría beneficiar a la UPL, que está en condiciones de capitalizar el descontento rural de esa provincia y sumarlo a su voto leonesista para duplicar su representación y conseguir dos procuradores en el hemiciclo autonómico. “De tener que asegurar su representante si se presentaba la España Vaciada en León, han pasado a casi soñar con dos representantes si las cosas les fueran favorables. Esos sueños pueden verse truncados por la presencia de Coalición por el Bierzo, que concurre en estas elecciones, y puede provocarles una pérdida de votos en la comarca berciana, ya de por sí poco favorable al voto a UPL. Y hay que considerar que León es la provincia de Castilla y León que más electores ha perdido (7.150 menos). Habrá que ver cómo afecta al cómputo final”.

Unas elecciones sin precedentes

En las elecciones autonómicas y municipales de Castilla y León de 2019, la participación se situó en un 70,81% del censo. Sin embargo, el proceso electoral al que se enfrenta ahora la comunidad autónoma no es comparable porque no tiene precedentes en esta tierra. Es la primera vez que se convocan unas elecciones anticipadas y la primera vez, por tanto, que no coinciden las autonómicas con las municipales. Una peculiaridad que hace que “las variables que pueden darse son imprevisibles”, asevera el politólogo Pedro Villanueva. De hecho, ese mismo 2019 la participación en las municipales fue casi un punto mayor que en las autonómicas.

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La abstención no es un fenómeno homogéneo. Hay muchas razones por las que una parte de la ciudadanía toma la decisión de no participar en un proceso electoral. Las condiciones singulares de Castilla y León pueden hacer coincidir un aumento de varias de las motivaciones que llevan a quedarse en casa. Según Villanueva, “en este caso, va a primar la abstención racional o política. Esto es el castigo a no reconocer la convocatoria, el cansancio por no ver solucionados los problemas que afectan a su persona y al resto de la sociedad, y también por la brecha entre gobernantes y gobernados. Además, la Junta de Castilla y León es una institución lejana y desconocida para el ciudadano y eso se traduce en pereza en ir a votar. Si realizamos una encuesta, ¿cuántos ciudadanos saben lo que es un procurador y cuáles son sus funciones? El votante tampoco ve renovación en las élites de los partidos y tiene que elegir entre programas muy parecidos donde destaca la lucha entre contendientes y las dos Españas para atraer a los votantes”. Tampoco debemos olvidar que las elecciones se celebran sin haber dejado atrás la pandemia y el miedo al covid puede desmovilizar a la población de más edad y, por tanto, más vulnerable a la enfermedad.

El censo de votantes de Castilla y León se ha reducido desde 2019 en 20.261 personas por la pérdida de habitantes que sufre la comunidad autónoma. Habrá 51.755 nuevos votantes, que acudan a las urnas por primera vez, y ha aumentado el número de castellanoleoneses que residen en el extranjero en 5.624. Su opinión también se verá reflejada en el voto por correo.

Con este panorama, los expertos no prevén esa mayoría absoluta del PP de Alfonso Fernández Mañueco que roza en algunas encuestas. “En los foros de politólogos y sociólogos, no se ve tan clara esa mayoría absoluta del PP. Sí una mayoría del bloque de derechas, pero no absoluta del PP. 41 escaños es una cifra difícil de alcanzar por un único partido en la situación actual, en que no hay un líder carismático claro que movilice al electorado”, explica Pedro Villanueva, como sucedió en Madrid con el conocido como 'efecto Ayuso' que ansía replicar Mañueco.