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Una bomba en tu garaje: los artefactos de la Guerra Civil que siguen explotando
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Una bomba en tu garaje: los artefactos de la Guerra Civil que siguen explotando

La explosión en dos ocasiones de la granada Breda, conocida como el 'diablo rojo' de la Guerra Civil, ocasionó la perdida de manos y la ceguera de dos pastores de Teruel

Foto: Un Tedax inspecciona proyectiles de la Guerra Civil.
Un Tedax inspecciona proyectiles de la Guerra Civil.

Como si se tratase de una pesadilla que no termina y que vuelve una y otra vez a recordarnos los estragos de un conflicto armado entre compatriotas, que se inició en un lejano 1936, las cicatrices de la Guerra Civil aún están latentes en la España de 2022. Lejos de la política de garrotazos de un Congreso de los Diputados que aún da pinceladas de la España de los dos bandos, en cada rincón del país hay artefactos, proyectiles o restos armamentísticos del conflicto entre el bando republicano y el bando sublevado. Suena surrealista pero nada más alejado de la realidad. Más de 80 años después, aún salen a la luz restos de la guerra.

Aragón es uno de los mejores ejemplos de estos instrumentos que permanecen activos y mantienen su letalidad intacta. El hallazgo de un misil italiano del bando sublevado o el encontronazo de varios obreros en una construcción con una bomba republicana. Son múltiples las situaciones donde estos artefactos de los años 30 pueden aparecer y producir una desgracia. La Guardia Civil detalla que cada año descubre más artefactos explosivos y que ya suman más de 170 desde el año 2020.

No siempre estos hallazgos son detectados sin percances y neutralizados por los Tedax de la Guardia Civil o de la Policía Nacional. Recientemente, un joven pastor que estaba con su rebaño por los campos de Teruel halló una granada de la Guerra Civil. Se acercó por curiosidad y le explotó en la mano ocasionándole la amputación de tres dedos.

Foto: Un agente de los Tédax, en una imagen de archivo. (EFE)

En los últimos días, la Comandancia de la Guardia Civil en las tres provincias de Aragón han dado avisos de hallazgos de artefactos de la Guerra Civil. Y a cada cual más rocambolesco por tratarse de situaciones cotidianas en municipios que sufrieron el zarpazo del conflicto. Concretamente, el pasado lunes, durante la construcción de una obra de un edificio de Huesca, la Policía Nacional fue avisada por varios obreros alertados al encontrarse un proyectil enterrado.

Los Tedax-NRBQ de la Policía Nacional, con sus equipos de desactivación de explosivos, confirmaron el hallazgo de un proyectil de 155 mm. Fue entonces cuando retiraron el artefacto para su destrucción controlada en un campo de tiro militar. Según fuentes de la Policía Nacional presentes en el hallazgo, "la letalidad del artefacto estaba intacta y podría haber explotado en cualquier momento". Estas fuentes avisan de que todos los Tedax de la Policía Nacional presentes se sorprendieron de que haya permanecido ‘dormida’ más de 80 años “por su potencial inestabilidad y fácil activación”.

placeholder Proyectiles hallados por la Guardia Civil en una finca.
Proyectiles hallados por la Guardia Civil en una finca.

Otro caso reciente, esta misma semana, alertó a los vecinos del municipio zaragozano de Maella. Un vecino octogenario avisó al propietario de un local que tenía en sus instalaciones una bomba de aviación de la Guerra Civil desde hace más de 80 años. Este vecino aseguró que, cuando él tenía 6 años, recordaba dónde cayó y que era consciente de que seguía en el mismo lugar. Nunca había dado la voz de alerta ni avisado a nadie hasta ahora. Por aquel entonces no era más que un corral y no llegó a explotar. Se cubrió de hormigón el suelo sin ningún tipo de precaución y la bomba permaneció ahí dormida.

Fuentes de la Guardia Civil desplegadas en el dispositivo confirman que una vez que el vecino avisó al propietario del local, dio la alarma a la benemérita para su desactivación. Fue necesario usar un detector de metales para averiguar el punto exacto donde se encontraba y romper el hormigón en un operativo que entrañó riesgo para los agentes, confirman las fuentes. El dispositivo era una bomba de aviación explosiva de 50 kilogramos, se solía llamar ‘el torpedín legionario’ y era muy habitual en la aviación italiana. Era uno de los artefactos con más potencia y podía arrojar metralla más de 700 metros. En esta situación también se necesitó explosionar el artefacto en un lugar acordonado y alejado de un radio de 1.000 metros de cualquier presencia debido a su poder destructivo.

Proyectiles de 45 kg y el 'diablo rojo'

Fuentes de la Delegación del Gobierno de Aragón, consultadas por el Confidencial, explican que cada año se realizan decenas de hallazgos y aún habrá centenares de artefactos activos y peligrosos escondidos por las provincias aragonesas. Normalmente, cuentan las fuentes, están ocultos bajo la maleza o bajo tierra y pueden ocasionar una desgracia si se intentan manipular. Los proyectiles de artillería más hallados suelen tener pesos comprendidos entre los 3 y 45 kg, abundan también las granadas de mano, de mortero o las bombas de aviación.

Los hallazgos son de lo más inverosímiles: desde una bomba colgando de un pino durante 75 años a más de 161 proyectiles ocultos en una finca familiar. Entre los incidentes más sonados, destaca la explosión en dos ocasiones de una granada Breda, también llamada el ‘diablo rojo’ de la Guerra Civil. El primero de los accidentes lo vivió un pastor del municipio de Sarrión (Teruel) cuando halló una de estas granadas y al intentar alcanzarla perdió tres dedos. Estas granadas Breda, de fabricación italiana, son el artefacto más peligroso y letal de los que aún están esparcidos por el territorio. En otra ocasión, un joven de 22 años paseaba con su padre y al explotar la granada le dejó ciego y sin las dos manos. Su padre que le acompañaba sufrió graves heridas por el cuerpo.

placeholder Explosión controlada por los Tedax.
Explosión controlada por los Tedax.

Los Tedax de la Guardia Civil, según datos publicados por el Gobierno de España, llegaron a neutralizar solo en el año 2021 un total de 145 artefactos explosivos procedentes de la Guerra Civil. La mayor parte de ellos en la provincia de Teruel con 85 artefactos, debido a que es uno de los territorios que más sufrió el zarpazo bélico de la Guerra Civil. La batalla de Teruel fue la más mortífera de la Guerra Civil. Solo en esa batalla perdieron la vida 97.000 combatientes durante 71 días.

Desde la Guardia Civil se detalla, en conversación con este diario, que estos artefactos suelen ser hallados al realizar labores agrícolas, movimiento de tierras en construcciones, la práctica de caza o en la recolección. En caso de encontrarse con un dispositivo, explican las fuentes, hay que ponerse en contacto con la Guardia Civil o la Policía Nacional y siempre abstenerse de manipular el artefacto.

Como si se tratase de una pesadilla que no termina y que vuelve una y otra vez a recordarnos los estragos de un conflicto armado entre compatriotas, que se inició en un lejano 1936, las cicatrices de la Guerra Civil aún están latentes en la España de 2022. Lejos de la política de garrotazos de un Congreso de los Diputados que aún da pinceladas de la España de los dos bandos, en cada rincón del país hay artefactos, proyectiles o restos armamentísticos del conflicto entre el bando republicano y el bando sublevado. Suena surrealista pero nada más alejado de la realidad. Más de 80 años después, aún salen a la luz restos de la guerra.

Guardia Civil Teruel
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