La lenta digestión de Otegi por el socialismo vasco
El nuevo líder del socialismo vasco se reúne con el dirigente de Bildu con el objetivo, aún a medio plazo, de gobernar juntos. La foto de hoy oficializa el nuevo tiempo político vasco
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Arnaldo Otegi es un político tóxico. Hasta Pablo Iglesias, que invitó a Bildu a entrar en la “dirección del Estado” desde la vicepresidencia del Gobierno, ha esquivado siempre hacerse una foto con él. Su relación es fluida, hablan mucho, exhiben su compadreo en Twitter, pero no hay hasta la fecha prueba gráfica de su idilio.
El fundador de Podemos ha sido bien consciente de que las bases de Podemos en España pueden digerir mal al exlíder de HB y esa instantánea no le aportaba nada bueno.
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Solo ERC —Junqueras, Tardà, Rufián— se prestó en todos estos años a ir del brazo de Otegi, en manifestaciones por los presos o donde hiciera falta. Y, por descontado, la CUP. Puigdemont, sin embargo, se resistió durante años a fotografiarse al lado de Otegi cuando este visitó el Parlament en 2016 tras salir de prisión. El ‘president’ consultó entonces al PNV qué hacer y finalmente rechazó recibirle en el Palau, evitando manchar el ‘procès’.
Solo después de su fuga a Bélgica, de perdidos al río, le recibió y firmó el independentismo catalán reforzó su alianza con Otegi contra el Estado español. El PNV, que asumió el rol histórico de hermano mayor dentro del nacionalismo, mantiene una relación volcánica. Ni se fía, ni puede fiarse de quien aspira a reemplazarle. Bildu y Podemos ansían sumar con el PSE para desalojar al viejo partido nacionalista del poder.
Euskal Herria eta Katalunia. Bi herri, helburu bakarra: independentzia! Nosaltres sempre amb Catalunya, @KRLS. pic.twitter.com/Sjf9WjAWxV
— Arnaldo Otegi 🔻 (@ArnaldoOtegi) November 7, 2018
La relación con el PSOE ha sido mucho más trágica. Con ETA asesinando a sus compañeros socialistas y del PP, se abrió el abismo con Batasuna, aunque siempre hubo abiertos cauces discretos de comunicación, con Jesús Eguiguren como deshollinador del Gobierno de Rodríguez Zapatero.
De aquel tiempo es la foto de Patxi López y Rodolfo Ares con Otegi y Rufi Etxeberria, la cúpula de la ilegalizada Batasuna, que les llevó ante el TSJ aunque quedó archivado. Pero una vez que —hace ahora diez años— la banda terrorista echó el cierre y Bildu jugó a la política, todo ha cambiado y el PSOE de Sánchez —tras resistirse hasta que necesitó sus votos— ha abierto el obturador.
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En verano de 2019 en Navarra se montó el ‘photocall’. Las cámaras grabaron la primera reunión formal de las dos direcciones del PSN y Bildu para procurar el Gobierno de la socialista María Chivite con su abstención. Con Santos Cerdán, actual secretario de Organización de Ferraz, en el papel de Eguiguren. Los rostros serios de los socialistas se repitieron un año después en el Congreso. Adriana Lastra se retrató con la portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurua, hoy socia necesaria de la coalición de Gobierno.
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Ahora es Eneko Andueza, recién elegido secretario general de los socialistas vascos, quien ha acudido a visitar a Otegi en la sede de Bildu. Dos guipuzcoanos en Bilbao, remarcando el carácter oficial de una reunión con la que Andueza pretende sentar las bases para una relación normalizada. Se ha abierto un nuevo tiempo político en el País Vasco, señalan los rótulos informativos.
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Ya hay acuerdos puntuales de gobiernos locales en Irún, Eibar o Durango, aunque aún es pronto para hablar de tripartitos de izquierda, insisten en el PSE, porque Bildu sigue sin condenar a las claras a ETA. Pero las imágenes de hoy difundidas por los socialistas, en las que se ve a sus dirigentes llegando ligeros de equipaje, sonriendo tras las mascarillas, tienen una profunda carga política.
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No es la primera imagen, y llegarán muchas más. Cada vez la digestión es menos pesada. Recordemos que hasta hace bien poco la fotografía de la exlíder del PSE y hoy vicelehendakari de Urkullu, Idoia Mendia, cocinando en un reportaje en 'El Diario Vasco' junto a Otegi se les atragantó y arruinó la Navidad. Era 2018. Sánchez acababa de llegar a Moncloa. Hoy Bildu es un socio más en las Cortes. Fuera de los focos se ‘cocina’ la solución para los presos. Las elecciones municipales y forales en el País Vasco y en Navarra balizarán el sendero luminoso de esta nueva relación entre PSOE y Bildu. Para entonces, el álbum familiar habrá engrosado.
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Arnaldo Otegi es un político tóxico. Hasta Pablo Iglesias, que invitó a Bildu a entrar en la “dirección del Estado” desde la vicepresidencia del Gobierno, ha esquivado siempre hacerse una foto con él. Su relación es fluida, hablan mucho, exhiben su compadreo en Twitter, pero no hay hasta la fecha prueba gráfica de su idilio.