La letalidad de la sexta ola es la más baja, pero ya deja más de 3.200 personas fallecidas

Otra ola epidémica y otro debate. ¿Gripalizar el coronavirus? La semana pasada se supo que el Gobierno ultimaba un plan para elaborar un sistema centinela de seguimiento del coronavirus como el que aplica para el virus de la gripe. Pocos días después, Sanidad anunció que el salto a nueva fase que permita abordar el covid como una enfermedad endémica se pospondrá hasta que pase la sexta ola.

Por su parte, la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc) se ha posicionado a favor del "fin de la excepcionalidad", pero sus tesis han sido rebatidas por otras sociedades médicas, virólogos y epidemiólogos. También la Organización Mundial de la Salud y la Agencia Europea del Medicamento consideran precipitado ese posicionamiento. En España, las Comunidades Autónomas han mostrado asimismo su recelo: "Quedan dos semanas o tres complicadas", señaló el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno.

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Los contagios comenzaron a subir de nuevo a mediados de octubre, y aunque no todos estos fallecidos pueden asimilarse a infecciones durante esta ola, la tendencia de muertes diarias todavía es ascendente, por lo que en los próximos días la cifra seguirá subiendo. Los detractores de lo que antes se entendía como normalizar o convivir con el virus advierten que la saturación hospitalaria actual y el número de muertes no son todavía asimilables a los que provocan otros virus como el de la gripe.

Sí hay más consenso en el hecho de que hay que ceder menos protagonismo a la curva de contagios y más a la de las UCI y la de fallecidos. Y ese puede ser el principio de un camino hacia la normalización que, sin embargo, no todos ven tan cercana. Desde que comenzó la sexta ola han fallecido 3.270 personas, según las cifras del Instituto de Salud Carlos III.

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Ahora, casi la mitad de las provincias superan el umbral del riesgo "muy alto" de saturación en las UCI, lo que indica que más del 25% de las camas están ocupadas por pacientes con coronavirus. En 'El Aguafiestas' puede seguir día a día cómo evoluciona el virus en los hospitales de su provincia y la comparativa desde las navidades de 2020, cuando acechaba la tercera ola.

Y en cuanto a los fallecidos, la curva ya alcanza las 80 muertes diarias de media, sin tener en cuenta los datos de los últimos días, que se ven más afectados por el retraso en la notificación. En la ola anterior, el pico fue de 110 fallecidos en un día, aunque ahora hay muchos más contagios. Y también hay ahora muchos más positivos de los que hubo en la fatídica tercera ola, la de después de las navidades de 2020. De hecho, hasta la fecha, el actual periodo está siendo el menos letal. Es decir, el porcentaje de fallecidos entre el número total de casos es ahora el más bajo desde que comenzó la pandemia.

El efecto de las vacunas para prevenir la enfermedad grave y el estallido de contagios de ómicron explican que esta tasa esté ahora en mínimos, aunque el dato está afectado por los retrasos en la notificación de fallecidos y variará en los próximos días en los que es previsible que las muertes continúen al alza. No obstante, esta tasa no ha dejado de caer desde que pasó la tercera ola. En la quinta ola la letalidad ya fue cerca de la mitad que en la cuarta y ahora es todavía más baja. Aunque la tendencia es clara, habrá que esperar al menos hasta marzo para tener datos más concluyentes.

Los datos de la primera ola son menos representativos porque se estima que hubo hasta 10 veces más contagios de los que notificaron. Eso significaría que la incidencia entonces podría haber sido parecida a la de ahora. En ese supuesto, la letalidad rondaría los 1,1 fallecidos con diagnóstico por cada caso. Pero si se incluyen además las muertes sin diagnóstico que el Instituto Nacional de Estadística (INE) estimó, aunque no forman parte del recuento de Sanidad, la tasa llegaría hasta 1,8 de fallecidos por cada 100 contagiados.

El último informe de Sanidad con información sobre la letalidad según si se está o no vacunado apunta en la misma dirección: el pinchazo reduce la mortalidad en todas las edades, aunque el efecto es más evidente a medida que la edad es más avanzada.

Como se ve estos gráficos, la tasa de fallecidos entre casos notificados ha caído especialmente para los grupos de edad a partir de 60 años. Entre los menores de esa edad, la tasa de fallecidos entre el total de contagiados siempre ha sido muy baja. En la cuarta y quinta ola, entre abril y septiembre del año pasado, se percibió un cambio en el perfil del fallecido por coronavirus según la edad. Entonces, los mayores de 80 ya tenían una tasa muy alta de vacunados y comenzó a haber más porcentaje de fallecidos entre los grupos de 60 y 70 años. Ahora que toda la población alcanza cotas altas de vacunación, esta proporción ha vuelto a ser similar a como ha sido la mayor parte del tiempo: la mayoría de las personas que mueren, cerca del 60%, tiene más de 80 años.

Con 80 fallecidos diarios de media, la evolución de fallecidos diarios está ahora a menos de medio camino de llegar al pico de la quinta ola (110), pero sigue muy lejos de lo que se vivió en periodos epidémicos anteriores, con cerca de 900 fallecidos diarios en abril de 2020 y más de 500 en enero de 2021.

Si tomamos el pico más alto de muertes en la anterior ola navideña como referencia y le atribuimos un valor 100, se puede ver cómo ahora la cifra de fallecidos estaría en 10: un 90% menos. Por edades, hay algunas diferencias, pero como se ha visto, la mayor parte de los que se lleva el virus son mayores de 80 años. Con esta base 100, de hecho, la línea de evolución de los menores de 29 años refleja que la cifra de muertes en estas edades ha sido bastante estable y más independiente de la cantidad total de contagios que para el resto. Al final, las muertes en esta franja de edad representan un 0,2% del total de la pandemia en España.