El PP impone no hablar de corrupción y estirar al máximo la baza de la "polémica del chuletón"

En el PP la consigna es huir del triunfalismo porque todavía queda camino hasta las elecciones de Castilla y León, pero el ambiente es de que las cosas se les han puesto por fin de cara. La polémica con la ganadería del ministro de Consumo, Alberto Garzón, no solo ha dado un discurso, que exprimirán hasta el final, sino que, según entienden en el equipo de Pablo Casado, ha dejado en evidencia "la debilidad de la coalición". Por eso en Génova no quieren que el debate gire hacia la corrupción como están intentando ya desde PSOE, Podemos y Ciudadanos. "No preocupa allí y menos aquí", atajan en la dirección nacional, donde ven sin ningún recorrido el intento de implicar en presuntos fraudes a su candidato. Hasta ahora han visto con palomitas cómo los ministros socialistas devoraban al líder de IU mientras les despejan el camino para erigirse en los únicos defensores de los ganaderos. Toda la semana hemos visto a los líderes populares con vacas, ovejas o cualquier animal que se precie para sacar rédito al desacierto del titular de Consumo. Aunque en el laboratorio del PP reconocen que es pronto para medir en términos demoscópicos el "efecto Garzón", sí se fijan en las tendencias y todas las encuestas, tanto publicadas como internas, muestran una caída del PSOE.

En la pizarra de la planta séptima de Génova ahora hay dos ideas en rojo: "Mayoría suficiente" y "mayoría absoluta". La primera, si nada se tuerce, es asumible y es el actual escenario. Esta permitiría al presidente Alfonso Fernández Mañueco repetir y gobernar en solitario. "El objetivo es aplicar nuestro programa sin partidos que nos condicionen". En esta declaración de intenciones de un colaborador del presidente del PP resuena la abrupta ruptura de la coalición con Ciudadanos, aunque la mirada está puesta en Vox. Los exsocios han dejado de existir en los cálculos. En las Cortes de Castilla y León se elige a 81 diputados. En estos momentos los sondeos que manejan, tanto en la regional como en la nacional, están en los 38 y subiendo. La cifra da margen para no tener que arrodillarse ante Abascal, al que no le quedaría más remedio que facilitar la investidura para no ser acusado de bloqueo.

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La mayoría absoluta es la segunda fase y en ello se pondrá a todo el PP a trabajar desde hoy. El congreso del partido, que este fin de semana se celebra en León, marca el inicio de la campaña, aunque oficialmente arranque el día 28. Casado tiene ya programados cuatro grandes actos. Arropará a Mañueco en el inicio y cierre, como es tradicional, pero también estará en otros dos actos de fin de semana. Si la pandemia lo permite, el PP quiere sacar músculo con mítines multitudinarios. "El presidente se va a volcar y además de lo que esté en la agenda, se irá improvisando". Los estrategas van a aprovechar al máximo que juegan en casa. El eje está cantado: el sector primario. No soltarán el chuletón, pero lo acompañarán de propuestas y planes para frenar la despoblación. Aunque sea solo con el rabillo del ojo se mira a las formaciones de la "España Vaciada" porque, para superar el cuarenta por ciento del voto, "todos son necesarios". Estas plataformas eran el fenómeno revolucionario de esta cita, pero por ahora no han despegado. Los politólogos creen que irán creciendo según se acerque el día de las votaciones. 'A priori' el debate sobre la agricultura y el campo les favorece y por eso los populares quieren copar todo el espacio.

Los barones del PP en pleno están citados hoy. El mandato es dar muestra de unidad y ejemplo de gestión. La fotografía de Isabel Díaz Ayuso, Alberto Núñez Feijóo, Juanma Moreno y Fernando López Miras con Mañueco llevará el mensaje de los "escuderos" de Casado. Aunque el candidato es Mañueco, el líder del PP necesita ir subiendo peldaños hacia La Moncloa y cerrando debates tanto a nivel interno como entre los votantes. Habrá mucho abrazo y sonrisa porque las espadas se han bajado en la batalla por Madrid, al menos hasta marzo. Si Mañueco arrasa, Ayuso tendrá enfrente a un Teodoro García Egea más fortalecido y esto para sus intereses no es bueno, al margen de que sí lo sea para el partido. En estos días, los intereses de uno y otros coincidirán, después ya se verá. La paz sellada entre Casado y Ayuso estas Navidades se limitó a una llamada para felicitarse las fiestas. Con quién sí se ha visto en estas fechas Casado ha sido con el expresidente Rajoy, con el que la relación ha ido estrechándose en la medida de lo "gallego" que es el personaje. Lo cierto es que, pese a que el "padre" político del actual líder del PP es a priori José María Aznar, en el entorno cercano del mandatario popular destacan que Rajoy "siempre ha sido un señor con Pablo".

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La presidenta de la Comunidad de Madrid va a tener también protagonismo en la campaña. Está previsto que todos los barones hagan bolos y aunque la consigna es que "estén igualados" para evitar protagonismos, es evidente que los más cercanos, Ayuso y Feijóo, estarán más presentes. Además, egos aparte, la "baronesa" tiene mucho tirón y Mañueco no está dispuesto a dejar pasar esa ola. Como no todo va a ser tan bucólico, aunque las estampas ganaderas así lo sugieran, los fontaneros del PP dan por hecho que el PSOE, Podemos y Ciudadanos irán al talón de la corrupción. La vicesecretaria general de los socialistas, Adriana Lastra, inauguró ayer el goteo que se irá convirtiendo en lluvia fina para "implicar políticamente" a Mañueco en el caso de presunto fraude en las primarias del PP en Salamanca. El presidente de Castilla y León no ha sido citado por el juez y la única referencia que hay es un escrito anónimo que se ha presentado justo al convocarse elecciones. En Génova no preocupa este caso y no dedicarán un minuto a la corrupción. La orden es clara, como con Bárcenas o la Kitchen: "No se habla".