Villarejo alega "cansancio extremo" y ya solo quiere declarar por las mañanas

Golpe de timón de José Manuel Villarejo en el primer juicio del caso Tándem. Tras arrancar su declaración como acusado este lunes y retomarse la mañana de este martes, su defensa pidió que los interrogatorios no continúen por las tardes porque se encuentra indispuesto. El tribunal atendió la solicitud y, hasta nuevo aviso, la versión del comisario jubilado se verá interrumpida por las declaraciones de otros acusados: con la Fiscalía pidiendo 109 años de cárcel, Villarejo se defenderá a trompicones.

Su abogado Antonio José García Cabrera se encargó de justificar esta inusual petición poco antes de la una del mediodía. Según explicó, Villarejo sufrió este lunes una reacción "por la elevación de la tensión ante una declaración tan extensa" que se alargó cerca de tres horas, así que consideran que "no está en condiciones físicas" para continuar los interrogatorios por las tardes. "¿A su cliente lo vio ayer algún doctor?", quiso saber la presidenta del tribunal, Ángela Murillo. "No, estuvo en casa. Se tomó la tensión y tuvo un cansancio extremo. Yo puedo por lo menos acreditar que me mandó: 'Estoy extremadamente cansado". La magistrada dio por buenos sus argumentos.

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Esta decisión obliga a modificar el orden de declaraciones fijado por el tribunal, pero Murillo insistió en que no hay alternativa posible: "Por los imponderables que está viendo, no se puede seguir so pena de que estemos suspendiendo continuamente el juicio". Atendida la petición, la Fiscalía siguió adelante con el interrogatorio a Villarejo hasta pasadas las dos de la tarde, cuando el tribunal permitió al comisario no asistir al juicio por la tarde. "Me voy a meter en la cama. Se lo agradezco mucho, señoría".

Su relación con García Castaño

Las preguntas del fiscal Miguel Serrano se centraron al arranque de este martes en la relación de Villarejo con el exjefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO), Enrique García Castaño, para el que la Fiscalía pide 81 años de cárcel. La tesis de los investigadores pasa por que García Castaño le facilitó información reservada para sus negocios, pero Villarejo negó la mayor y sostuvo que solo le pidió determinados datos ante algunas "actuaciones oficiales" como agente de Inteligencia.

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"Cuando yo acudía a él, normalmente ya sabía por las instrucciones que había recibido lo que tenía que colaborar conmigo", aseguró. En cuanto a los cargos que daban estas supuestas instrucciones a García Castaño, Villarejo apuntó una vez más a las más altas instancias: "No solamente los DAO [director adjunto operativo de la Policía], también los directores de la Policía, los secretarios del Estado y en algunos casos incluso los ministros y, por supuesto, los altos responsables del CNI".

El fiscal quiso mostrarle entonces diversos documentos que detallan sus supuestos intercambios de dinero con García Castaño, pero Villarejo redujo cualquier movimiento a sus labores policiales, a "algún momento puntual y cantidades muy pequeñas". También argumentó que se trataba de pagos de los fondos reservados de Interior y, ante los informes de Asuntos Internos que sostienen lo contrario, se mostró tajante: "Todo lo que venda de Asuntos Internos no me interesa porque es todo falso".

Del "mi amiga Ana Rosa" al 17-A

El caso Tándem acumula una treintena de piezas, pero, en este primer asalto, la Audiencia Nacional solo enjuicia de forma conjunta tres de ellas: el supuesto espionaje a un bufete de abogados (pieza Iron), la batalla por la herencia del creador de la urbanización La Finca (pieza Land) y su contratación por parte de los hermanos Muñoz para conseguir información sensible sobre un antiguo socio (pieza Pintor). Al abordar la pieza Land este lunes, señaló a Felipe González y, al responder sobre Pintor este martes, hizo lo mismo con la periodista Ana Rosa Quintana, enmarcando así los servicios que prestó a su marido Juan Muñoz como un "favor" a la periodista.

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"No hubo ningún tipo de beneficio, no hubo ningún tipo de encargo profesional. Es mentira. Mi amiga Ana Rosa Quintana me pidió el favor, como me lo ha pedido en muchas otras ocasiones, y desesperada porque decía que estaba cansada por las torpezas de su marido", aseguró el comisario. Villarejo se refirió así a cómo los hermanos Juan y Fernando Muñoz le contrataron en 2017 para que consiguiera información sobre un antiguo socio y el abogado de este, el exmagistrado Francisco Javier de Urquía.

Más allá de señalar a personas que no constan como investigadas, su declaración de este martes incluyó a su vez una insinuación de que los atentados del 17 de agosto de 2017 en Cataluña fueron consecuencia de un "error grave" del exdirector del CNI, Félix Sánz Roldán. Según aseguró, intentó "arreglar el entuerto" porque este "calculó mal las consecuencias por darle un pequeño susto a Cataluña". El pasado marzo, en su juicio por calumnias contra el propio Sanz Roldán, con el que mantiene una manifiesta enemistad, también lanzó un dardo similar al decir que una fuente "muy importante" le había avisado al CNI de un "posible riesgo" de atentado de Barcelona.