Presos de ETA acusan a la Fiscalía de "bloquear" beneficios y salidas: "Estamos preocupados"

Los presos de ETA señalan la Fiscalía como un obstáculo que bloquea su acceso a beneficios y excarcelaciones tras el fin de la política de dispersión ejercida por el Gobierno de Pedro Sánchez. Así se aprecia en las conversaciones de los reclusos de la banda a las que ha tenido acceso El Confidencial. “Lo que pasa es que sí estamos preocupados porque el fiscal está bloqueando y la vía, la vía es esa, ¡eh!”.

Quien mostraba este malestar en el seno del colectivo de los presos de ETA era Manuel Miner Villanueva, preso en ese momento en la cárcel palentina de Dueñas con delitos de sangre. Se lo dijo hace meses al exconsejero de Justicia del Gobierno vasco Joseba Azkarraga, uno de los personajes clave en las gestiones en favor de los reclusos terroristas. Ex secretario general de Eusko Alkartasuna, ejerce como portavoz de la plataforma 'abertzale' Sare.

Es la red de apoyo a los presos de ETA y se encarga, entre otras cosas, de organizar la tradicional manifestación anual en defensa de los intereses de los terroristas encarcelados. Tiene lugar a principios de enero y este año se celebra el próximo fin de semana, pero repartida por varias localidades por motivo de la pandemia. Otra de sus iniciativas fue convocar el último día del año un homenaje al etarra Henri Parot. Desató la polémica entre las víctimas, que pidieron su prohibición a las autoridades.

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En ese caso, la Fiscalía eludió pedir la prohibición del acto. Esa postura no es nueva. Es la misma que manifestó en septiembre cuando la izquierda 'abertzale' programó otra iniciativa para homenajear a Parot en Mondragón. Entonces, al igual que hace unos días, el juez de la Audiencia Nacional tampoco encontró motivos para prohibir la convocatoria al entender que el derecho penal no es la vía adecuada para ello. Pero el malestar de los presos de ETA con la Fiscalía va por otros derroteros. Se refiere a sus beneficios penitenciarios.

Según la documentación a la que ha tenido acceso este periódico, Azkarraga realizó visitas en 2021 a las cárceles para entrevistarse con miembros de la organización a los que trasladaba las gestiones ante el Gobierno vasco y el Ejecutivo central para mejorar su situación penitenciaria. Miner Villanueva, que hablaba en primera persona del plural, evidenció con su alusión a la Fiscalía uno de los principales escollos para mejorar su situación en las cárceles.

El papel de Fiscalía

Tanto los cerca de 80 internos que ya están en cárceles vascas bajo la competencia del Gobierno de Urkullu como los que siguen repartidos por el norte de España, tutelados por Madrid, siguen rigiéndose por el Código Penal y el Reglamento Penitenciario. Y esas normas otorgan un papel decisivo a la Fiscalía de la Audiencia Nacional a la hora de frenar permisos penitenciarios o el acceso al tercer grado y la libertad condicional.

Las cárceles, la Consejería de Justicia del Gobierno vasco y el Ministerio del Interior pueden impulsar beneficios para los presos, pero la última palabra la siguen teniendo los jueces de la Audiencia Nacional. Y para que estos se pronuncien sobre las medidas más relevantes, es necesario que la Fiscalía se oponga y recurra. Como viene informando este periódico desde hace meses, el ministerio público de la Audiencia Nacional ejerce desde hace meses un obstáculo para los planes de los presos terroristas.

"Nuestra aportación, tío, ha sido no seguir [con la 'lucha armada'] y, joder, parece que no se tiene en cuenta, dicen: ‘El perdón, la condena”

Tanto el fiscal como los jueces han tumbado decisiones de la Administración al dudar de la veracidad del perdón de los etarras o considerarlo insuficiente. También por la falta de colaboración con la Justicia para esclarecer atentados sin resolver. En este sentido, el etarra Miner Villanueva no daba muestras de querer ayudar a resolver atentados. Se quejaba así a su interlocutor: “Nosotros como colectivo, de manera individual dentro del colectivo, nuestra aportación, tío, ha sido no seguir [con la 'lucha armada'], de apostar por vías pacíficas, políticas y todo eso y, joder, eso parece que no se tiene en cuenta, dicen: ‘El perdón, la condena”.

Más allá de los canales de comunicación propios que llevan décadas practicando los etarras para comunicarse entre prisiones, Miner Villanueva compartió centro penitenciario en Palencia con algunos de los presos con más pedigrí criminal de la banda. Es el caso de Juan Carlos Iglesias Chouzas, alias ‘Gadafi’, condenado por matar al niño de dos años Fabio Moreno. En esa cárcel también estaba Jon Bienzobas. Conocido en la organización criminal con el alias de Karaka, fue condenado por el asesinato en 1996 del expresidente del Tribunal Constitucional Francisco Tomás y Valiente.

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Bienzobas también se entrevistó con Azkarraga y en su conversación aludieron a las víctimas, aunque no precisan si se refieren a las damnificadas de los atentados de la banda o a las que el sector proetarra llama víctimas de abusos policiales. El exconsejero vasco le comentó que "mientras no se busque una solución" al tema de los presos "y también al reconocimiento de las víctimas, es muy difícil después avanzar". "Nosotros en el tema vuestro tenemos que insistir y otros ya insistirán también en el tema de todas las víctimas", le dijo. El etarra le contestó que "se está haciendo".

La división en el colectivo

Parte de su charla giró en torno a las corrientes disidentes internas, el sector duro de los presos de ETA que no comulgan con la línea de la izquierda 'abertzale' oficial que encabeza Arnaldo Otegi. El portavoz de Sare le confesó a Bienzobas que va a las cárceles y estos internos “no salen” a hablar con él: "Por la tarde estuve en Mansilla [la cárcel de León]. Bien, bueno, Iker Lima no quiso salir, pero bueno oye, sí que salió tu compañero [Fernando García Jodrá]". Lima ha sido el último etarra en dejar el primer grado penitenciario, el más severo. Detenido en 2001, cumple una condena de 25 años de cárcel.

“Que sepan los que están contigo que nosotros vamos a trabajar por todos igual (...). No vamos a hacer diferencias con nadie, ni con los de ATA”

Bienzobas dijo respetar las diferentes opiniones que conviven en prisión, pero defiende que cada uno salga y diga lo que piensa: “Sal y di lo que tengas que decir. Tu idea, tu forma de pensar. Con respeto hacia la persona que viene”. Azkarraga le comentó que en la cárcel de Palencia “ha habido unos dos o tres que no han querido salir”. El preso dice saber de quiénes se trata: “Sí, los que están conmigo son…”. Bienzobas es un peso pesado dentro del colectivo de presos de ETA. Exmiembro de los comandos Vizcaya y Madrid, cumplió 18 años de condena en Francia y ahora afronta otra larga pena en España que le puede llevar hasta los 50 años entre rejas.

Ambos se detienen a comentar el perfil de “Goyo Escudero” —Gregorio Escudero Balerdi, condenado por el asesinato del concejal socialista Juan Priede—. “Cuando estuve en Curtis [la cárcel gallega de Teixeiro] en agosto del año pasado no quiso salir y no se hablaba con los que estaban allí. Y aquí tampoco ha querido”, le indicó el portavoz de Sare. En cualquier caso, Azkarraga le garantizó que en la izquierda 'abertzale' iban a trabajar por todos, también por el sector duro.

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“Que sepan también —le dijo— los que están contigo que nosotros vamos a trabajar por todos igual (...) que no se preocupen que nuestra actitud va a ser igual. Ahí no vamos a hacer diferencias con nadie, ni con los de ATA”. El exconsejero vasco se refiere a Amnistia Ta Askatasuna (ATA). Es la escisión dentro del mundo proetarra que se introdujo en las prisiones. El frente de cárceles de ETA, que siempre se había mostrado unido, ha experimentado bajas en los últimos años. Algunos de los internos más irredentos abandonaron la disciplina del colectivo, afín a las tesis de Bildu, para abrazar posiciones más radicales.

Las siglas de ATA estuvieron detrás del último brote de violencia callejera que se vivió en el País Vasco y Navarra en 2020. El origen fue la huelga de hambre que inició precisamente uno de sus internos afines, Patxi Ruiz, ingresado en la cárcel de Murcia. Defienden un discursos maximalista que insiste, por ejemplo, en reivindicar la amnistía total para todos los presos de ETA, una exigencia ya superada por la izquierda 'abertzale' institucional.

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Tanto Sortu como Bildu siempre han tenido presente el riesgo de una escisión violenta en su seno y trabajan por minimizar al máximo esta corriente, pero los enfrentamientos entre ambos mundos se han hecho visibles en numerosas ocasiones. En ese contexto explican fuentes de la izquierda 'abertzale' consultadas por este periódico la decisión de contar entre la dirección de Sortu con el último jefe de ETA, David Pla. El último punto de tensión interna fue el anuncio del colectivo de presos oficial de poner fin a los 'ongi etorri', los homenajes públicos a los terroristas cuando salen de prisión. Las diferencias en torno a este paso histórico pasaron a mayores hace días con motivo del homenaje brindado al etarra Iñaki Etxeberria, alias 'Mortadelo'.

Este terrorista pasó 25 años en prisión por seis asesinatos y su puesta en libertad suponía la primera oportunidad para medir el grado de compromiso del mundo de ETA por dejar atrás los homenajes en plena calle. El resultado fueron de nuevo bengalas, decenas de asistentes, aplausos y petardos en la vía pública para escarnio de las víctimas. Tal y como avanzó este periódico, los asistentes y la simbología que se mostró en ese acto representaban al sector duro de ATA. Tanto es así que la izquierda 'abertzale' institucional representada a través de Sortu emitió un comunicado apenas unas horas después para desmarcarse del homenaje, que atribuyó a “otros sectores”.