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El misterio de Julio Hang, el hombre de las maletas en el asalto a la Embajada de Corea
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El misterio de Julio Hang, el hombre de las maletas en el asalto a la Embajada de Corea

Un individuo fue días después del asalto al hotel del líder del comando bajo una identidad falsa y recogió sus cosas. Corea del Sur mandó un enlace para traducir a la mujer que huyó del ataque, pero la Policía lo impidió

Foto: El líder del comando el día del asalto a la embajada.
El líder del comando el día del asalto a la embajada.

El asalto violento a la Embajada de Corea del Norte en Madrid mantiene todavía algunos enigmas transcurridos casi tres años de investigación policial y judicial. Uno de ellos se cierne sobre la persona que se presentó en el hotel donde se había alojado el jefe del comando para recoger las cosas que se había dejado por tener que huir a la carrera. Habían pasado varios días del suceso y todos los asaltantes habían abandonado ya España al saberse descubiertos.

Se sabe que el grupo compuesto por 11 personas llegó en cuestión de horas a Portugal en varios taxis y desde allí tomaron vuelos a Estados Unidos para ponerse a salvo. En la accidentada fuga, el jefe del comando, Adrian Hong Chang, se comunicó con el Hotel Aitana en el que se había alojado, próximo al estadio Santiago Bernabéu. Avisó de que no podría pasarse a recoger sus pertenencias.

Foto: Imagen: Ec Diseño
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Alejandro Requeijo Beatriz Parera Infografía: Rocío Márquez Formato: EC Diseño Diseño: Laura Martín Luis Rodríguez Fernando Anido

Según consta en la documentación del caso a la que ha tenido acceso El Confidencial, Adrian Hong Chang usó una aplicación móvil de mensajería de la que dispone el hotel. El jefe del comando mintió y dijo que le había surgido un imprevisto por el que tenía que volar de urgencia a París. Por ello, solicitó que algún trabajador del establecimiento entrase en su habitación para recoger su equipaje y que las mandasen a través de una empresa de mensajería a su casa de Los Ángeles (EEUU).

Eso fue la noche del viernes 22 al sábado 23 de febrero de 2019. El comando de hombres armados acababa de asaltar la embajada y Adrian Hong Chang en realidad estaba camino de Lisboa. Ya en EEUU, el cabecilla del grupo volvió a comunicarse con el Hotel Aitana el lunes 25 de febrero. Por medio de la misma aplicación de mensajería, pidió que, en lugar de mandarle sus cosas por mensajería, se las entregasen a una persona llamada Julio Hang, que se pasaría por allí al día siguiente, el martes 26.

Efectivamente, entre las 7 y las 8 horas del martes, apareció en el hotel una persona bajo esa identidad que se llevó las cosas. Por la descripción que aportaron los trabajadores del establecimiento a los investigadores, se trataba de un varón con rasgos asiáticos, como todos los asaltantes de este grupo autodenominado Free Josean. Son una facción que desafía al régimen de Corea del Norte. Se caracteriza por llevar a cabo operaciones de rescate de norcoreanos que quieren desertar de la dictadura de Kim Jong-un.

Julio Hang, un nombre falso

La Policía Nacional no tiene duda de que Julio Hang es un nombre falso y a día de hoy sigue siendo una incógnita su identidad real y su relación con el grupo. Se revisaron las imágenes captadas por las cámaras de seguridad del hotel, pero no tenían la calidad suficiente para identificarle. Lo último que se sabe del equipaje es que finalmente se envió a EEUU por medio de la empresa de paquetería Mail Boxes a nombre de Cheol Woo Ryu. Este último sí está identificado. Es un miembro del comando, el único nacido en Corea del Norte. Se fugó de un campo de detención de Kim Jong-un y acabó en Estados Unidos donde adoptó la identidad de Charles Ryu. Actualmente tiene 29 años.

El miércoles 27 de febrero, tan solo un día después de que el desconocido acudiera al Hotel Aitana, pasaron dos cosas importantes en torno a este suceso. El Confidencial desveló el asalto, que saltó a los medios de comunicación, y Adrian Hong Chang contactó en EEUU con el FBI para informar de la acción. Ese mismo día arrancaba, además, en Vietnam, una cumbre entre el entonces presidente de EEUU, Donald Trump y Kim Jong-un y el suceso de la embajada puso en vilo a la comunidad internacional.

El comando liderado por Adrian Hong Chang tuvo que escapar a la carrera cuando supo que la Policía merodeaba alrededor de la embajada. También llegaron tres estudiantes norcoreanos que tenían cita para hacer un trámite en la embajada. Al no recibir respuesta del interior de la delegación y presenciar la escena, sospecharon que algo iba mal. Uno de ellos saltó el muro de la finca para liberar a los trabajadores, que estaban engrilletados. Este periódico ha tratado de ponerse en contacto con los tres jóvenes, pero sus números de teléfono españoles no dan señal o la operadora indica que ya no son clientes de la empresa de telefonía.

placeholder La calle se llenó de vehículos policiales tras salir los rehenes. (EC)
La calle se llenó de vehículos policiales tras salir los rehenes. (EC)

El asalto empezó a complicarse cuando una mujer llamada Cho Sun Hi logró escapar de la delegación diplomática. Aparatosamente, saltó por una ventana y se lesionó de gravedad. De 56 años de edad, a duras penas alcanzó el exterior del recinto y se topó con un ciudadano español que estaba dentro de su coche. Muerta de miedo y sin saber hablar español, se subió al auto. El hombre era monitor de un gimnasio cercano, llamó a una ambulancia y a la Policía.

La mujer, de nacionalidad norcoreana, ingresó en las urgencias de la Fundación Jiménez Díaz y permaneció custodiada por cuatro agentes de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional a los que ofreció una primera explicación de lo sucedido. Definió a los asaltantes como “espías o atracadores surcoreanos”, según el primer atestado policial.

Comunicar con China y el enlace surcoreano

Cuando los agentes le preguntaron quién podría ayudarle, la mujer “solo manifestaba que se comunicaran con China”. La potencia asiática es la principal valedora de la dictadura de Corea del Norte en el tablero internacional, pero fuentes de la investigación atribuyen esas palabras de la mujer a que estaba desorientada o a que los agentes no la entendieron bien.

Foto: El líder del comando posa en un hotel de Nueva York con dos militantes por identificar.

En esas primeras horas de la investigación, se produjo otro de los muchos hechos extraños que se acumulan en este suceso. A las 21.45, se presentó en el hospital una persona de 42 años de nacionalidad surcoreana que se identificó como Yungsoo Lee. “Se presenta como un enlace de la Embajada de Corea del Sur con la finalidad de traducir lo que manifieste la víctima que se encuentra allí ingresada”. Las fuentes de la investigación admiten que desde Seguridad Ciudadana se pidió ayuda para entender a la mujer, pero no aclaran qué hacía allí esa persona en concreto enviada por Corea del Sur, principal enemigo de su vecino del Norte.

Lo cierto es que los uniformados españoles le cerraron el paso y le negaron cualquier contacto con la mujer. “Por orden de la superioridad, al no estar claro ni el motivo de las lesiones ni los responsables de la agresión sufrida no se le permite ni a él ni a nadie visitarla hasta aclarar lo sucedido”, zanja el atestado.

El asalto violento a la Embajada de Corea del Norte en Madrid mantiene todavía algunos enigmas transcurridos casi tres años de investigación policial y judicial. Uno de ellos se cierne sobre la persona que se presentó en el hotel donde se había alojado el jefe del comando para recoger las cosas que se había dejado por tener que huir a la carrera. Habían pasado varios días del suceso y todos los asaltantes habían abandonado ya España al saberse descubiertos.

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