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Sánchez reúne a las CCAA sin visos de llegar a un acuerdo para frenar la sexta ola
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RÉCORD DE CONTAGIOS CON 49.823 POSITIVOS

Sánchez reúne a las CCAA sin visos de llegar a un acuerdo para frenar la sexta ola

La disparidad de criterios entre las regiones es notable, mientras que el objetivo marcado por el Gobierno es conseguir "un mínimo común" en la adopción de medidas que frenen los casos

Foto: Conferencia de Presidentes autonómicos de septiembre de 2020. (EFE/Pool/Moncloa/Borja Puig)
Conferencia de Presidentes autonómicos de septiembre de 2020. (EFE/Pool/Moncloa/Borja Puig)

La división entre comunidades marcará la Conferencia de Presidentes extraordinaria convocada para esta tarde. Sánchez y los dirigentes autonómicos abordarán, en un encuentro telemático, la evolución de la sexta ola y la explosión de contagios ligados a la variante ómicron. Y aunque el Ejecutivo se ha marcado el objetivo de alcanzar “un mínimo común” en la adopción de medidas que sirvan para contener la crecida de casos, parece difícil incluso alcanzar esa humilde meta. Las diferencias entre las regiones y las recetas que proponen son, en algunos casos, abismales. Véase el toque de queda planteado por Cataluña, que el Gobierno central descarta aplicar en el conjunto del país, frente al no se aprobarán más cierres de Isabel Díaz Ayuso. La cita, a pesar de los llamamientos de muchos dirigentes regionales para acordar una postura única, tiene visos de cerrarse sin ningún acuerdo en un momento en que el hartazgo y la incertidumbre hacen mella en la ciudadanía.

Las dudas se multiplican, más después de que ayer la Comisión de Salud Pública, un órgano que reúne a técnicos de Sanidad y de las comunidades, no estudiase ninguna posible restricción. Estaba previsto que los especialistas analizasen la explosión de contagios y perfilasen las limitaciones planteadas por las diferentes comunidades. Una especie de reunión preparatoria del foro de presidentes que finalmente solo acordó flexibilizar las cuarentenas de los contactos estrechos, como había propuesto Madrid. “No se ha visto ninguna medida”, explicaron fuentes de una Consejería de Sanidad. Además, la estrategia seguida por el Gobierno central no hace sino ahondar en la incertidumbre. España roza ya una incidencia de 700 casos por cada 100.000 habitantes tras subir 86 puntos en un día. Los positivos notificados ascendieron ayer a 49.823, máximo de la crisis sanitaria.

El Ejecutivo se centró ayer en alejar la posibilidad de adoptar restricciones duras como las que acompañaron a los diferentes estados de alarma. El mensaje más repetido desde Moncloa en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros fue el de “prudencia y tranquilidad”, junto al de negar cualquier comparación del momento actual con el de otras olas previas. “No estamos igual, ahora estamos más preparados y contamos con más instrumentos”, en referencia al alto porcentaje de la población española que cuenta con la pauta completa, pero Moncloa de momento no ha ofrecido ningún detalle de lo que propondrá a las regiones.

17 propuestas

La disparidad de criterios entre las comunidades es notable. Siete mandatarios son partidarios de que la mascarilla vuelva a ser obligatoria en exteriores en todo momento, entre ellos, el vasco Iñigo Urkullu (PNV), uno de los dirigentes que forzaron a Sánchez a que convocase el encuentro, el gallego Alberto Núñez Feijóo (PP) o la navarra María Chivite (PSOE), mientras que el consejero de Sanidad de Asturias, Pablo Fernández, otra región bajo mando socialista, zanjó este martes sin miramientos que “no aporta gran cosa” obligar a que un senderista lleve el elemento de protección en mitad de la montaña.

Foto: La ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, durante una rueda de prensa ofrecida este martes. (EFE/Emilio Naranjo)

Sin embargo, Asturias ha sido la última región en sumarse a la implantación del certificado covid para regular el acceso a determinados espacios. La región no ha dado más detalles, pero ya ha anunciado que solicitará autorización judicial. Es una restricción que gradualmente se ha ido implantando en la mayoría de España y ya son solo cuatro comunidades las que no han apostado por la medida: Madrid, Extremadura y las dos Castillas. El uso además que cada región hace del documento es dispar. Baleares ha conseguido que los sanitarios que no puedan acreditar que están vacunados se sometan a tres pruebas PCR a la semana, mientras que Valencia no descarta ahora pedirlo incluso para el acceso a terrazas. Precisamente, esta última región y Galicia pondrán este miércoles encima de la mesa la idoneidad de que se marque un criterio único en el empleo del salvoconducto.

Pero más allá de estos dos ejemplos, la gran brecha en este momento la encarna la propuesta de Cataluña: volver al toque de queda. El Govern defendió ayer que otras comunidades debían seguir su ejemplo, especialmente las limítrofes, y aprobar restricciones similares. Un escenario que ninguna otra región comparte y tampoco el Gobierno central. La Generalitat, que hoy presentará formalmente la solicitud ante el TSJC, se va a quedar sola en la adopción de limitaciones duras, mientras el Ejecutivo parece en este caso más próximo a los planteamientos de Isabel Díaz Ayuso. La presidenta madrileña es partidaria de no aplicar nuevos cierres, ni medidas que supongan una merma de la actividad económica o trabas para la actividad ordinaria y diaria de la gente.

Llamamientos a la tranquilidad

El ánimo es rebajar el dramatismo y el objetivo para el Gobierno es que de la reunión salgan acuerdos con el mayor consenso posible, pero limitándose a “aplicar un mínimo común denominador a todo el territorio nacional”. El Ejecutivo acudirá a la cita de este miércoles con una propuesta que ha evitado concretar, pero sobre la que sí ha dado pistas al insistir en la cautela y dejar margen de maniobra a las regiones. "Las comunidades autónomas son las que mejor conocen su realidad", aclaran fuentes del Gobierno, para añadir respecto a la Conferencia de Presidentes que podrán seguir adoptando medidas propias e incluso anticiparse, como han hecho varias con el pasaporte covid o Cataluña con la vuelta al toque de queda, la limitación de aforos en hostelería y el cierre del ocio nocturno.

Si algunas de las administraciones autonómicas con más contagios, como País Vasco y Cataluña, han presionado al Gobierno para que moviese ficha, desde el Ejecutivo central optaban este martes por devolver la pelota y repartir la responsabilidad. Se expresa su "máximo respeto a la autonomía en el ámbito de las competencias sanitarias" y trasladan que en el marco "de la realidad del Estado autonómico" y "las competencias delegadas" cada comunidad puede tomar "sus propias decisiones". Eso sí, en el marco de la “cogobernanza” y evitando cualquier paraguas jurídico.

Foto: Conferencia de Presidentes en Salamanca. (EFE/Juanjo Martín)

El Ejecutivo pretende sortear la posibilidad de elaborar una ley de pandemias, como vienen exigiendo desde hace meses los populares y como demandarán en la reunión de este miércoles varias regiones, entre ellas Galicia o País Vasco. La propia ministra de Justicia, Pilar Llop, explicó que las restricciones decretadas por las comunidades autónomas que puedan afectar a derechos fundamentales "tendrán que ser ratificadas por los tribunales de Justicia" de cada comunidad.

Fuentes del Gobierno enfriaban también la posibilidad de que se siguiesen al pie de la letra algunos de los informes técnicos elaborados durante las últimas semanas para marcar una hoja de ruta. “Informes hay muchos”, indicaban estas mismas fuentes, para subrayar que se debe atender a cómo sigue evolucionando esta ola con especial atención a los ingresos hospitalarios y la ocupación de las UCI. La sensación que se trasmite en privado es que la nueva variante ómicron sería más contagiosa, pero con efectos menos graves. Escuchar, evaluar la situación y que "las decisiones que surjan tengan el máximo acuerdo" es el formato del encuentro de este miércoles previsto por el Gobierno. “No podemos mirar la pandemia como antes”, insisten fuentes de Moncloa, reconociendo su ánimo de no generar más frustración entre la población.

La división entre comunidades marcará la Conferencia de Presidentes extraordinaria convocada para esta tarde. Sánchez y los dirigentes autonómicos abordarán, en un encuentro telemático, la evolución de la sexta ola y la explosión de contagios ligados a la variante ómicron. Y aunque el Ejecutivo se ha marcado el objetivo de alcanzar “un mínimo común” en la adopción de medidas que sirvan para contener la crecida de casos, parece difícil incluso alcanzar esa humilde meta. Las diferencias entre las regiones y las recetas que proponen son, en algunos casos, abismales. Véase el toque de queda planteado por Cataluña, que el Gobierno central descarta aplicar en el conjunto del país, frente al no se aprobarán más cierres de Isabel Díaz Ayuso. La cita, a pesar de los llamamientos de muchos dirigentes regionales para acordar una postura única, tiene visos de cerrarse sin ningún acuerdo en un momento en que el hartazgo y la incertidumbre hacen mella en la ciudadanía.

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