Es noticia
Rajoy busca defender su legado en Moncloa y desvincular al PP de la caja B
  1. España
Claves de la comisión Kitchen

Rajoy busca defender su legado en Moncloa y desvincular al PP de la caja B

Su obsesión ayer fue desmontar los motivos que provocaron la moción de censura y, de paso, colocar su libro. Preparó personalmente su retorno al Congreso sin ayuda y se tomó un café con Ana Pastor

Foto: Comparecencia de Mariano Rajoy en el Congreso. (EFE/Kiko Huesca)
Comparecencia de Mariano Rajoy en el Congreso. (EFE/Kiko Huesca)

Mariano Rajoy volvió a demostrar en su vuelta al Congreso que sigue estando en forma a nivel parlamentario. Hasta Macarena Olona, la portavoz de Vox, le habló con cierta precaución. También Gabriel Rufián. La obsesión del expresidente en su prejubilación política es defender su legado, tanto en el Gobierno —con la gestión de la crisis económica— como al frente del PP, e intentar desvincular tanto a él como a sus equipos de la caja B que gestionó Luis Bárcenas. "El PP no ha sido condenado por la existencia de una caja B, ni por los ordenadores —dijo—; conviene que interioricemos el derecho básico de cualquier ciudadano a la presunción de inocencia". Es un matiz, afirmó, importante: ser “partícipe a título lucrativo”, porque es "una figura jurídica que exige que el condenado desconozca absolutamente el hecho por el que ha sido condenado". Le llovieron las críticas y las acusaciones de mentir.

"Buenas tardes", decía Rajoy nada más salir del ascensor del Congreso. Llegó con un maletín repleto de papeles. Folios con declaraciones, como la que hizo su exsecretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez, en sede parlamentaria, y anotaciones a mano. Poco más. "El presidente tenía todo muy claro y se centró en algunos documentos de la comisión y de los tribunales", explican desde su entorno. No quería equivocarse en una sesión que sabía que iba a ser una encerrona. Por eso la preparó a conciencia durante la última semana, sin ayuda de quien fue su equipo más cercano en Moncloa y Génova. Antes de acceder a la sala Prim del Congreso sí quiso compartir unos minutos con su amiga, la exministra y expresidenta del Congreso Ana Pastor, y con Cuca Gamarra, actual portavoz parlamentaria, en la zona del palacio reservada para la oposición. Se tomó un café con ellas. Y dijo haber estado satisfecho de sus intervenciones.

Una comparecencia que fue un todos contra él. PSOE, Unidas Podemos y ERC, lo que se daba por descontado, y Vox y Ciudadanos, una 'pinza' que para el PP es "sorprendente". El expresidente del Gobierno empezó fuerte y quiso repetir una vez tras otra que "el PP no ha sido condenado por la existencia de una caja B" y defender la presunción de inocencia hasta que haya una sentencia firma. Incluso quiso leer una frase que se llegó a aprender de memoria: "No conozco al señor Villarejo, no me consta haberlo visto, no hablé con él nunca, y no me consta haber recibido ningún mensaje suyo". Ni haberle enviado ningún SMS. Para Rajoy, es importante no creer a Villarejo ni a Bárcenas, a quien siguió sin citar, y así se lo dijo, por ejemplo, al portavoz del PSOE, Felipe Sicilia: "Le puedo hablar de lo que ha dicho el señor Villarejo del PSOE". Citó las referencias del comisario a Felipe González y al malogrado Alfredo Pérez Rubalcaba para añadir que no les daba ninguna credibilidad, a diferencia de los socialistas. "Tienen problemas serios en los tribunales (...) Como tienen derecho a mentir, dicen lo que quieren", señaló.

El término que más citó Rajoy fue 'presunción de inocencia'. "Conviene que interioricemos el derecho básico de cualquier ciudadano a la presunción de inocencia". Ahí, la tensión subió. Especialmente cuando el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, tomó la palabra. Fue uno de los momentos más tensos de la comparecencia. Se acusaron de mentir. El dirigente independentista se levantó de su asiento para entregarle a Rajoy la sentencia del caso Gürtel, la razón última de la moción de censura que desalojó al PP del Gobierno. La presidenta de la comisión, la socialista Isaura Leal, le pidió que no lo hiciera. Pero Rufián no se detuvo y Rajoy aprovechó para vender su libro. Se había llevado un ejemplar para la ocasión: "Yo le voy a dar este libro". El portavoz de Bildu, Jon Iñarritu, le llegó a pedir un ejemplar para leerlo. Rajoy presume de obra, 'Política para adultos' y lanzó que algún diputado debería seguir sus consejos. Un libro donde se repite la idea de que el PP no ha sido condenado por una caja B.

"Respeten la presunción de inocencia". Rajoy volvió a citar el término cuando mencionó que el expresidente valenciano Francisco Camps había sido objeto de hasta 120 portadas de periódicos por el caso de los trajes, pero que al final había sido absuelto. "La presunción de inocencia se mantiene hasta que la rompa una resolución judicial firme", defendió.

Rajoy no dudó en defender a los suyos y en citar que mantiene una "magnífica" opinión de sus exministros María Dolores de Cospedal —destacó que había sido desimputada— y Jorge Fernández Díaz, e, incluso, del exsecretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez. Y dijo que no sabía nada de lo que cuenta Villarejo. "Cospedal no me comunicaba las reuniones con Villarejo en Génova", "nunca" supo sobre "el dispositivo de vigilancia a Bárcenas", "no" habló con su exsecretaria general de ninguna reunión de este tipo, "tampoco" ordenó nada. Lo repitió, una vez tras otra.

Foto: El expresidente del Gobierno Mariano Rajoy en la comisión del Congreso. (EFE)

Las chanzas, de diferente tipo, también fueron la tónica habitual en la comparecencia. Con Sofía Castañón, de Unidas Podemos, bromeó afirmando que se encontraba "bien" pero que preferiría estar "tomando café". Con Rufián hubo menos broma. Rajoy le estaba esperando y le entró al cuerpo a cuerpo. "Quien miente es usted", le respondió ante las acusaciones. "¿Usted ha sido presidente del Gobierno?", le preguntó el republicano. "Esa es una pregunta muy inteligente", contestó el compareciente. "No se ponga nervioso", le llegó a decir. "Nervioso está usted", replicó. El catalán dijo en varias ocasiones que esto no era 'El Hormiguero'. Y Rajoy quiso concluir con un "usted lo que ha hecho es insultar y agredir; le da igual el Estado de derecho y la presunción de inocencia. Hoy creo que ha hecho el ridículo".

Rajoy y Vox, tensión por momentos

La tensión con Vox también fue evidente, aunque la conversación fue distinta que con el resto de formaciones. Tanto en la forma como en el fondo. La diputada Macarena Olona dejó claro al inicio de su intervención, como en sesiones precedentes, que su partido está en contra de la conocida como comisión Kitchen por desarrollarse de forma paralela a una causa judicial, hasta el punto de calificarla como un “circo político”.

A los pocos minutos, sin embargo, cambió su semblante y su tono afable porque el expresidente no se centraba en el objeto de sus preguntas. Rajoy combinó su presunto desconocimiento sobre algunos temas con una maestría total para escabullirse y no contestar a otras de las cuestiones. Olona, de hecho, pidió a la presidenta de la comisión que, en el ejercicio de su cargo, interviniera en estos supuestos.

Foto: El expresidente del Gobierno Mariano Rajoy, acompañado por el la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. (EFE/David Fernández) Opinión

Pero el momento más comprometido fue cuando la diputada de Vox deslizó una estrategia del PSOE para atribuir cualquier responsabilidad política sobre la trama en el Ministerio del Interior a María Dolores de Cospedal y no a Soraya Sáenz de Santamaría, pese a que el CNI estaba a su cargo. Rajoy intentó eludir este extremo haciendo otra pregunta y señalando directamente a los socialistas, pero Olona esta vez no pidió el amparo de la presidenta. “Si quisiera preguntar al PSOE, ya lo habría hecho”, zanjó muy seria.

El ambiente se relajó levemente cuando el expresidente del Gobierno atendió la cuestión con una respuesta más que evidente, en la línea de toda su intervención. “No tengo ni la más remota idea de por qué toma una decisión u otra”, declaró. La portavoz adjunta de Vox se dio por fin por satisfecha, aunque insistió en las supuestas conexiones de Rajoy con Villarejo y sus acusaciones. Y el termómetro volvió a subir. “Me preocuparía que no me crea entre lo que dice el señor Villarejo y el señor Rajoy”, dijo el exlíder popular.

Ciudadanos apretó

Ciudadanos tampoco fue especialmente benévolo y la respuesta de Rajoy estuvo a la altura. Edmundo Bal apeló al pasado como opositor del expresidente para criticar su rechazo a las comisiones de investigación, amparadas por la Constitución. “Debería saberlo”, reprochó el portavoz de la formación naranja.

Pero ni por esas. A Rajoy no le importó que la Carta Magna recoja esta figura para mostrarse manifiestamente en su contra. Todo lo contrario. El antiguo líder del PP se reafirmó en sus convicciones y pidió incluso una reforma para eliminar este precepto y las acusaciones populares. “No existe en otros países”, declaró.

El PP habla de "causa general contra el PP"

El PP, por su parte, no quiso formular a Rajoy ninguna pregunta "porque no hemos creído en esta comisión de investigación". Su portavoz, Cuca Gamarra, habló de "una causa general" contra el partido "a la que se han sumado sorprendentemente otros partidos de la oposición". Leyó un documento para recordar casos que afectaron al PSOE (GAL, fondos reservados, Roldán y los ERE de Andalucía), a Podemos (financiación ilegal) o a ERC (condena por sedición). Y pidió a sus rivales que "dejen de hablar genéricamente del PP" porque hay "cientos de miles de afiliados a quienes injurian y calumnian".

Mariano Rajoy volvió a demostrar en su vuelta al Congreso que sigue estando en forma a nivel parlamentario. Hasta Macarena Olona, la portavoz de Vox, le habló con cierta precaución. También Gabriel Rufián. La obsesión del expresidente en su prejubilación política es defender su legado, tanto en el Gobierno —con la gestión de la crisis económica— como al frente del PP, e intentar desvincular tanto a él como a sus equipos de la caja B que gestionó Luis Bárcenas. "El PP no ha sido condenado por la existencia de una caja B, ni por los ordenadores —dijo—; conviene que interioricemos el derecho básico de cualquier ciudadano a la presunción de inocencia". Es un matiz, afirmó, importante: ser “partícipe a título lucrativo”, porque es "una figura jurídica que exige que el condenado desconozca absolutamente el hecho por el que ha sido condenado". Le llovieron las críticas y las acusaciones de mentir.

Mariano Rajoy Partido Popular (PP)
El redactor recomienda