El TC maniobra para evitar la 'parálisis' tras las recusaciones del independentismo
El Constitucional está en riesgo de quedarse sin el 'quorum' suficiente para poder pronunciarse, dado que dos de sus integrantes ya se apartaron y un tercero se encuentra de baja médica
El Tribunal Constitucional abordará esta semana la forma de afrontar el reto planteado por los políticos independentistas, que ha llegado en esta ocasión como una oleada de recusaciones que amenazan con dejar paralizado el tribunal para tratar aquellos asuntos vinculados con el 'procés'. Los escritos presentados en los últimos días no suponen únicamente un cuestionamiento de la imparcialidad de los dos últimos miembros del tribunal nombrados a propuesta del PP, Enrique Arnaldo y Concepción Espejel. También amenazan con provocar que el TC se quede sin el 'quorum' suficiente para poder pronunciarse, dado que dos de sus integrantes ya se apartaron en los últimos meses tras ser cuestionados por Carles Puigdemont, un tercero se encuentra ausente por baja médica y en los escritos presentados también se duda de la capacidad del nuevo presidente, Pedro González-Trevijano, para decidir sobre la cuestión por amistad con los afectados.
El artículo 14 de la ley orgánica que regula la institución establece que "el tribunal en pleno puede adoptar acuerdos cuando estén presentes, al menos, dos tercios de los miembros que en cada momento lo compongan", es decir, ocho magistrados. La salida de Antonio Narváez y Cándido Conde-Pumpido deja en 10 el número de jueces que pueden abordar en la actualidad el estudio de las decenas de recursos planteados contra distintos aspectos de la vertiente jurídica del 'procés'. Un tercer magistrado, Alfredo Montoya, sufrió hace meses un grave problema de salud y se encuentra ausente. Si se suman más recusados, el mínimo no se alcanzará.
Son, en total, 12 asuntos distintos. El 'expresident' Quim Torra ha presentado cuatro, tres más Carles Puigdemont, dos Clara Ponsatí, uno Dolors Bassa, uno Quim Forn y uno más Oriol Junqueras y Raül Romeva. A la complicación del número se suma la de los aspectos planteados. Por ejemplo, en algunos solo se recusa a Arnaldo y Espejel. En otros se recusa también al presidente Trevijano. En algunos, Narváez y Conde-Pumpido deben abstenerse. En otros, no.
El TC debe ahora estudiarlos todos y decidir cuál se analiza primero, y cómo se compone el pleno que debe decidir sobre la admisión o inadmisión a trámite. Todo un sudoku que quiere dejarse resuelto antes del parón de la Navidad. La duda sobre las intenciones de esta estrategia —que se ha lanzado de forma conjunta a los pocos días de que los cuatro nuevos miembros tomaran posesión de sus cargos— es inevitable. "Quieren entorpecer y, si pueden, paralizar el funcionamiento del tribunal", asegura sin tapujos una fuente jurídica consultada.
Las interpretaciones
¿Existen posibilidades de que el Constitucional se vea incapaz de seguir resolviendo asuntos sobre el 'procés'? Es improbable que algo así suceda. La primera de las opciones del tribunal es optar por una inadmisión de plano si considera que tras la cascada de recusaciones se oculta un fraude de ley dirigido a maniatar el TC e impedirle la respuesta a los recursos planteados.
El alto tribunal siempre podría hacer, además, una interpretación más genérica de la ley, argumentando entonces que se debe calcular la exigencia de dos tercios sobre "los miembros reales, es decir, descontando los recusados". Respecto a esto, existe un precedente de 2007 en el que, ante la simultaneidad temporal de las recusaciones de cinco de los magistrados de entonces, se formó pleno integrado con la participación de los magistrados recusados.
Todo comenzó hace meses con la salida de Narváez, que abrió una compuerta de consecuencias imprevisibles. Las recusaciones tanto de este como de Pumpido se basaron en intervenciones públicas de ambos cuyo contenido, a ojos de los acusados, puso en cuestión su imparcialidad para decidir sobre asuntos relativos al 'procés'. Aunque ninguno de los dos magistrados consideró fundados los incidentes planteados en su contra, decidieron apartarse.
La primera de las recusaciones, contra Narváez, se cursó por una conferencia impartida en Granada en la que dijo que lo ocurrido en Cataluña era un "golpe de Estado encubierto", más grave que el 23-F. En el caso de Pumpido, el motivo de la recusación fue una conferencia pronunciada en el Congreso de los Diputados en la que repasó distintas sentencias del TC, algunas de ellas de enorme actualidad en aquel momento, como aquella en la que se declaraba la inconstitucionalidad de la ley del 6 de septiembre, del referéndum de autodeterminación. "Al aprobar esta ley, se han alzado frente a la soberanía nacional residenciada en el pueblo español convocando a una fracción del pueblo catalán, en desafío a la unidad de la nación, a decidir la suerte del Estado común", dijo.
Con las recusaciones en el aire, el TC celebra este miércoles su primer pleno con su nueva composición y en el orden del día figuran varios recursos de los políticos catalanes contra decisiones del Tribunal Supremo, entre ellos, uno planteado por Junqueras y un segundo presentado por Puigdemont.
El Tribunal Constitucional abordará esta semana la forma de afrontar el reto planteado por los políticos independentistas, que ha llegado en esta ocasión como una oleada de recusaciones que amenazan con dejar paralizado el tribunal para tratar aquellos asuntos vinculados con el 'procés'. Los escritos presentados en los últimos días no suponen únicamente un cuestionamiento de la imparcialidad de los dos últimos miembros del tribunal nombrados a propuesta del PP, Enrique Arnaldo y Concepción Espejel. También amenazan con provocar que el TC se quede sin el 'quorum' suficiente para poder pronunciarse, dado que dos de sus integrantes ya se apartaron en los últimos meses tras ser cuestionados por Carles Puigdemont, un tercero se encuentra ausente por baja médica y en los escritos presentados también se duda de la capacidad del nuevo presidente, Pedro González-Trevijano, para decidir sobre la cuestión por amistad con los afectados.