Pertréchate para un apocalipsis zombi o asaltar Fort Knox a golpe de clic

La crisis energética y la posibilidad de un gran apagón que retrajera en el tiempo a la sociedad hizo que muchos ciudadanos se lanzaran a comprar velas, linternas, pilas, generadores y cualquier aparato que asegurase la luz. Una respuesta más comedida que la que vació por completo las estanterías de los supermercados en los primeros momentos de la pandemia, pero que hizo que algunos regresaran a las ferreterías, las tiendas de deportes de montaña y, sobre todo, bucearan por los principales portales de venta en Internet. Escaparates virtuales que ponen al alcance un material táctico inimaginable con el que, más que prepararse para un corte de electricidad generalizado, cualquiera puede pertrecharse para un apocalipsis zombi o incluso intentar asaltar la caja fuerte de Fort Knox.

Simplemente hay que tener claro qué se desea comprar, porque a la mayoría de las personas no se les va a ocurrir teclear en la barra de búsqueda: “Casco antibalas”. Si lo hacen, encontrarán una variedad de modelos -de los que hay que apartar las réplicas utilizadas para ‘airsoft’- que aseguran que son resistentes al impacto de un proyectil o una explosión. Habilitados para soportar linternas, cámaras o visores, pero que “también se pueden utilizar para practicar ciclismo”.

TE PUEDE INTERESAR

Ser un 'Prepper' o estar preparado para el desastre

Argemino Barro. Nueva York

El surtido de prendas de protección es más amplio y los internautas pueden hallar hasta un traje de antidisturbios, pasando por guantes y camisetas anticortes y llegando hasta los chalecos antibalas. Estos últimos se ordenan según sean policiales o militares y sus precios pueden oscilar. Hay un modelo que se aproxima a los 1.000 euros cuyo fabricante asegura 10 años de garantía y esgrime como prueba de calidad la certificación por parte del Ministerio de Defensa. Pero hay otro especialmente llamativo -su coste es de 440 euros- que es exactamente igual que el chaleco de un traje de vestir, por lo que pasa completamente desapercibido. Se recomienda a “reporteros y personal militar en viajes de negocios” para su uso “en las zonas devastadas por la guerra, para proteger su propia seguridad y evitar daños al cuerpo causados por balas y escombros”.

Entre 139 y 184 euros, dependiendo de la talla, cuesta una camiseta anticorte de mangas largas que protege frente a “ataques con cuchillo a órganos y arterias”. “Con costuras planas para evitar marcas y roces en la piel y tratamiento antibacteriano contra olores” y “diseñada como primera capa para llevar debajo de uniformes de servicio”.

La Red ofrece armas turcas de fogueo que se vuelven letales quitándoles un tornillo

El catálogo de armas blancas es infinito aunque llama la atención que se pueda adquirir un machete para abrirse paso en la selva, de esos que cuelgan del cinto de unos mercenarios que se enfrentan a un extraterrestre decidido a darles caza o portan un grupo de supervivientes que trata de atravesar contra una horda de muertos vivientes. Por aproximadamente 140 euros se puede comprar uno con 35 centímetros de hoja y 1,36 kilos de peso, pero eso sí, se advierte que su venta “no es apta a menores de 18 años” y se recuerda que “se podrá solicitar copia de documento de identidad para verificar al comprador”.

Armas que se pueden modificar

Este requisito, sin embargo, no se especifica a la hora de adquirir algunas de las muchas armas de fogueo que se pueden comprar en estos portales. Pistolas y revólveres que inicialmente son inofensivas, pero que debidamente modificadas pueden ser letales.

Un instructor de tiro consultado por este periódico explica que en ocasiones no hace falta ni la intervención de un armero para que sean operativas. “Hay modelos turcos de 8 milímetros, que se pueden adquirir en Internet, a los que simplemente hace falta quitarles un tornillo”, señala, para resumir el cambio de tendencia que ha provocado el comercio electrónico: “Lo que antes tenías que comprar en una armería, ahora te lo llevan a casa”.

¿Pero qué control real existe sobre estas armas? La citada fuente aclara que el nuevo reglamento ha limitado el acceso a las detonadoras que antes “podía comprar cualquiera”. “Ahora hay que dar conocimiento a Guardia Civil y justificarle por qué se quiere portar. Sería el caso de las personas relacionadas con las federaciones o eventos de atletismo y que las emplean para dar la salida a una prueba, de los coleccionistas, de los instructores de tiro y también de aquellos vinculados al mundo del cine”. No obstante, el éxito de este protocolo se confía a las limitaciones de venta que ponga el proveedor y -demasiado- a la buena voluntad del cliente.

TE PUEDE INTERESAR

Tras la pista de Vadym Alperin, el zar del tráfico de armas que dejó su rastro en España

Alejandro Requeijo

Paradójicamente, señala el experto, el gran contratiempo que tienen estas armas modificadas, además de que “no mecanizan bien”, es el acceso a la munición. Pero lo pueden solventar fabricando proyectiles caseros, y eso es más fácil haciéndose con cartuchos de fogueo y adaptándoles una ‘carga’ lesiva.

La combinación de pistola y balas modificadas no concede “mucha fiabilidad”, aunque “son igual de peligrosas” y pueden acabar con una vida.

Lo cierto es que el instructor se asombra de la cantidad de material táctico que se puede comprar fácilmente desde casa y que va más allá de kits de supervivencia. La Red no sólo hace las delicias de los survivalistas, sino que pone a disposición del ciudadano elementos que llevan los miembros de las unidades especiales de los ejércitos o del Grupo Especial de Operaciónes (GEO), como pueden ser cascos con amplificadores de audio que permiten escuchar nítidamente ruidos imperceptibles o aparatos de visión nocturna.

TE PUEDE INTERESAR

¿Y ahora qué hacemos? EEUU pide consejo a los 'preparacionistas' del fin del mundo

Argemino Barro. Nueva York

El movimiento del preparacionismo encuentra en estas webs todo tipo de gadgets con los que estar preparados para el hundimiento de la civilización. Herramientas desmontables y multifuncionales, que igual se transforman en una pala, que en un arpón para pescar. Purificadores de agua o paneles solares portátiles. Toda clase de relojes y pulseras para orientarse y ropa impermeable para estar siempre secos.

Es cierto que pertrecharse para una gran hecatombe es mucho más fácil en países como Estados Unidos​, donde hay sitios en los que te regalan un rifle por abrir una cuenta corriente o ponerte la vacuna del coronavirus, por eso los portales de venta se han convertido en un atajo para comprar productos legales con los que tratar de retrasar la extinción o prepararnos para tratar de dar el golpe del siglo y no morir en el intento.