Sánchez trabaja con la idea de un adelanto conjunto en Andalucía y Castilla y León

El escenario de un adelanto electoral conjunto en Andalucía y Castilla y León está tomando fuerza en los cálculos de Ferraz. Así lo aseguran fuentes de la dirección del partido socialista, que dicen estar trabajando con esta tesis y preparando su maquinaria para afrontar estas convocatorias el próximo año, previsiblemente en junio. Desde el Gobierno, afean que se puedan priorizar intereses particulares con dichas convocatorias, cuya decisión recae únicamente en los presidentes autonómicos Juanma Moreno y Fernández Mañueco, a la "necesidad de estabilidad" en este contexto para contribuir a la recuperación económica y desplegar los fondos europeos en las comunidades. Sin bien, en línea con Ferraz, un ministro socialista destaca que el partido está "preparado" y "cohesionado", en referencia a la unidad interna sellada en el 40 congreso federal del PSOE.

Las encuestas en las dos regiones son favorables a los populares y un refuerzo en ambas generaría un efecto contagio de cara a los comicios municipales y autonómicos de mayo de 2023. El liderazgo del socialista Juan Espadas en Andalucía todavía necesita tiempo para construirse, mientras que Luis Tudanca está lejos de los resultados de 2019, cuando se situó en primera posición con seis procuradores más que el PP. Entre otros motivos debido a la absorción de Ciudadanos por parte de los populares y el desgaste del Gobierno central desde las últimas generales que vienen reflejando los sondeos. A su izquierda tampoco se traduce en una mayor movilización la nueva plataforma que pretende liderar Yolanda Díaz, cuyos tiempos están más orientados a las generales que a comicios autonómicos.

TE PUEDE INTERESAR

El PSOE andaluz rehúye la autocrítica y desafía al PP a convocar elecciones cuando quieran

Isabel Morillo. Torremolinos (Málaga)

Fuentes del socio minoritario del Ejecutivo, Unidas Podemos, asumen la hipótesis de que el PP pretenda aprovechar esta situación para realizar un adelanto electoral conjunto. "Los presidentes se están mirando todos de reojo", admite un cargo morado abonando la tesis de que pulsarán al unísono el botón para disolver sus Parlamentos y convocar comicios. La tensión electoral es creciente y ni siquiera la guerra soterrada entre Génova y Sol por el control del PP madrileño, que estaría haciendo retroceder a los populares en las encuestas, frena el calendario trazado por Moreno Bonilla para adelantar la convocatoria a "junio u octubre".

Lo que se descarta, al menos de momento, es que también se mueva ficha en la Comunidad Valenciana para contrarrestar el efecto de unos resultados favorables del PP, que situarían a Pablo Casado en una posición privilegiada para afrontar el ciclo electoral de 2023, con las municipales y autonómicas, primero, y las generales, después. El propio Ximo Puig ha querido acallar estas especulaciones, deslizando incluso la posibilidad de retrasarlas un mes, para lo que pidió ya informes, con el objetivo de hacerlas coincidir con las locales. En condiciones normales, los comicios valencianos se celebrarían en abril de 2023.

TE PUEDE INTERESAR

PP y Vox abren en Andalucía una pelea electoral a cara de perro

Isabel Morillo. Sevilla

En el PSOE se exhibe como una de sus principales bazas para afrontar este escenario su estructural territorial y la sincronización con todos los barones autonómicos de los mensajes y hojas de ruta. La alineación de Sánchez con los dirigentes regionales simbolizada en el congreso de los socialistas busca aunar fuerzas para conservar el poder territorial y, con este impulso, el Gobierno central. Para ello también se pretende visibilizar un giro a la centralidad, a la socialdemocracia clásica aupada en el contexto europeo con un paréntesis de la ortodoxia económica, sobre todo en los territorios más conservadores. La unidad es una gran ventaja en los procesos electorales y la dependencia entre Sánchez y los barones es mutua.

Con el proceso de los congresos regionales prácticamente cerrado, a la espera solo de que el PSC celebre su cónclave el fin de semana del 18 y 19 de diciembre, los socialistas han pasado de engrasar su maquinaria a comenzar a tensionar todas las estructuras del partido, principalmente allí donde se prevén elecciones a corto plazo. Los discursos de Pedro Sánchez durante su participación en los congresos regionales han tenido ya una fuerte carga electoral.

TE PUEDE INTERESAR

Barones del PSOE y del PP se alían para cerrar el paso a las nuevas fuerzas de la España vaciada

Inés P. Chávarri

En el cónclave que revalidó a Luis Tudanca hace dos fines de semana al frente del PSOE de Castilla y León, Sánchez ya llamó a la movilización de las bases en este territorio para conseguir una mayoría "más rotunda" que la de 2019 y que "el cambio sea imparable y nadie lo pueda bloquear". En el capítulo de promesas electorales, Sánchez puso en valor el plan de descentralización de instituciones, anunciando que Soria acogerá el Centro Nacional de Fotografía y Segovia un centro de innovación en Formación Profesional que se inauguraría en abril.

Sin incentivos para adelantar las generales

Los socios del Ejecutivo de coalición insisten en estirar la legislatura hasta finales de 2023. Pedro Sánchez fía su reelección a la recuperación económica y que esta se deje sentir en los hogares, más allá de las perspectivas macroeconómicas. Para ello, necesita desplegar los fondos europeos, que Bruselas irá transfiriendo por tramos hasta alcanzar los 70.000 millones previstos en 2024, y avanzar en su ejecución. Un ministro del Gobierno despeja el fantasma del adelanto de unas generales asegurando que ninguno de los socios, principalmente el minoritario, tiene incentivos para forzar una ruptura o precipitar elecciones. De hecho, de producirse otro efecto 4-M en unos comicios conjuntos en Andalucía y Castilla y León, más se disipará cuanto más se aleje el calendario de las generales.

TE PUEDE INTERESAR

Sánchez se asegura la legislatura tras cerrar sus segundos PGE con ERC y Bildu

Fernando H. Valls Iván Gil

Ni socialistas ni morados quieren forzar los tiempos, pero la rivalidad electoral entre los socios va tomando cuerpo a medida que la vicepresidenta segunda marca perfil propio. Y con ello el malestar de los socialistas. De los choques por motivos más técnicos y políticos, como el salario mínimo o la reforma laboral, se ha pasado a los conflictos simbólicos e identitarios, como la polémica por el uso de una tanqueta de la Policía en las manifestaciones de la huelga del metal en Cádiz o, en los últimos días, por la gestión de la pandemia y el espacio político que pretende ocupar la nueva plataforma de Yolanda Díaz y el partido socialista. La convocatoria electoral es una prerrogativa que corresponde únicamente al presidente del Gobierno, y lo que digan las urnas en Andalucía y Castilla y León determinará el ciclo electoral que se abre.