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La paz pactada entre Lambán y Azcón esconde una batalla en ciernes por Aragón
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CÁLCULOS PREELECTORALES

La paz pactada entre Lambán y Azcón esconde una batalla en ciernes por Aragón

Los dos principales líderes políticos de la región afilan los cuchillos a pesar de la sintonía fingida en la búsqueda de acuerdos. Sus equipos ya tienen la hoja de ruta y están preparados para encarar la precampaña electoral

Foto: Javier Lambán y Jorge Azcón. (EFE/Toni Galan)
Javier Lambán y Jorge Azcón. (EFE/Toni Galan)

Las espadas en alto y la sangre aún sin correr. Es el resumen del trato que se están dispensando los dos principales líderes políticos de Aragón: el socialista Javier Lambán, presidente de la comunidad, y el popular Jorge Azcón, alcalde de Zaragoza. Una relación sellada en un pacto de no agresión tras los últimos enfrentamientos políticos que lastraban la imagen pública de cordialidad y dibujaban un escenario irreconciliable entre ambas instituciones. No es el momento de la guerra por Aragón entre el PSOE y el PP, sino de coger distancia y preparar a sus equipos con la vista puesta en las elecciones autonómicas de 2023.

El ascenso de Jorge Azcón a la presidencia del PP de Aragón empieza a inquietar al PSOE que, con Javier Lambán a la cabeza, gobierna la comunidad sin que en los últimos años haya tenido un contrapeso firme en la oposición. La salida propuesta por Génova del todavía líder de los populares en la comunidad, Luis María Beamonte, propicia un cambio de guion con Azcón como mejor baza de la formación conservadora. A falta de conocer si el actual alcalde de Zaragoza optará a presidir la autonomía, la tensión entre ambos líderes se palpa más en las cañerías de sus equipos que en el plano público.

Foto: Ximo Puig, junto a Javier Lambán. (EFE/Yuval Molina Obedman)

Hace pocos días, ambos dirigentes comparecieron tras firmar un acuerdo financiero en la Comisión Bilateral en la que se sienta el Gobierno regional y el Ayuntamiento zaragozano, y ahí evitaron cualquier polémica. Los dos líderes dejaron claro que, por ahora, no habrá pelea ni guerra. Un pacto común por la estabilidad institucional tras semanas donde el tono se elevó debido a discrepancias en grandes proyectos para la ciudad de Zaragoza.

Sin embargo, fuentes cercanas a ambos líderes aseguran que es una paz fingida por el bien de sus gobiernos y porque aún hay tiempo para una batalla electoral con la que el PP quiere volver a recuperar Aragón sin dejar por el camino el Consistorio de Zaragoza. Al mismo tiempo, Lambán no dejará caer el Ejecutivo regional y ya aspira a recuperar la capital. Un duelo que, al margen de la cordialidad pública impostada, comienza a asomar.

Una paz fingida

Los dos dirigentes llevaban semanas lanzándose mensajes y mostrando desavenencias en los medios de comunicación. Daba igual el contexto, lo que decía uno era respondido por el otro. La llegada de Azcón a la presidencia del PP regional abre un nuevo tiempo donde Lambán ya no trata con el alcalde de Zaragoza, sino también con un líder que le disputa el relato político y que, por ahora, se desconoce si será su rival en las próximas autonómicas. La buena sintonía que han exhibido ambos desde el inicio de legislatura ha saltado por los aires.

La construcción de viviendas en la zona Expo, la política fiscal que está manteniendo el Gobierno de Lambán, la captación de inversiones millonarias para Zaragoza o la construcción del nuevo estadio de La Romareda. Daba igual el asunto, con mayor o menor relevancia, que la disputa comenzaba por imponer el modelo de cada uno. Hasta que los dos líderes comparecieron públicamente para firmar un acuerdo financiero entre las dos instituciones que encabezan y donde dejaron a un lado las declaraciones cruzadas y las expectativas de una guerra abierta. Con una bandera blanca, tanto Lambán como Azcón se emplazaron para llegar a acuerdos para el beneficio de Zaragoza.

Foto: El presidente de Aragón, Javier Lambán. (EFE)

“No hablaré de nada más que de poner en valor los acuerdos alcanzados y desde el plano real de ambas instituciones de hacer cosas importantes en el futuro inmediato”, aclaraba Lambán. Por su parte, Azcón siguió en la misma línea: "El objetivo es centrarse en acuerdos y soluciones pensando en el interés general". Y aún fue más allá el presidente de Aragón: “El acuerdo se logra desde la discreción y el trabajo sereno y sosegado, sin luz ni taquígrafos, aunque luego sean comunicados”.

Esta discreción sellada en busca del acuerdo se sustenta en el intento de desatascar asuntos de capital importancia para las dos instituciones. Entre ellos, la construcción de un nuevo estadio de La Romareda para ser subsede del Mundial de Fútbol 2030 al que España opta, la candidatura de los Juegos Olímpicos de Invierno o la llegada de inversiones millonarias por el atractivo que está despertando la capital aragonesa.

La tensión, 'in crescendo'

Los dos principales líderes políticos de Aragón afilan los cuchillos a pesar de la sintonía fingida en la búsqueda de acuerdos. Sus equipos ya tienen la hoja de ruta y están preparados para encarar la precampaña electoral. En la parte socialista, es decir, en la del Gobierno de Aragón, se multiplican los anuncios de inversiones en Zaragoza. Más vivienda pública, un nuevo estadio de fútbol para grandes eventos o el objetivo de hacer de la ciudad una especie de cocapital de España. En el caso de Jorge Azcón, es decir, la parte popular, su periplo por la política autonómica está iniciándose con una serie de actos para afianzar su próximo liderazgo en el PP regional. Siempre rodeado de militantes, el alcalde no deja de apuntar a Lambán sobre asuntos que inquietan al PSOE: la unión de estaciones de esquí que divide a su Ejecutivo, la falta de proyectos en Teruel para dar alas al movimiento Teruel Existe

“Las discrepancias se irán viendo poco a poco y ahora no es momento de jugarnos todo contra Lambán. Las batallas es mejor no hacerlas públicas, sino soterradamente con ideas, planteamientos o proyectos que dejen en fuera de juego al PSOE”, apuntan desde el entorno del alcalde de Zaragoza a El Confidencial. Por su parte, el presidente de Aragón sabe que el potencial de Azcón se juega en la capital. Ahí, el actual alcalde ha sabido manejar su crecimiento político, secundado por las encuestas. Por eso, la baza de los socialistas es apostar por "nuevos planes que pillen por sorpresa a Azcón". De esta manera, aseguran estas fuentes, “el alcalde está rebotado porque ve que el Gobierno de Aragón tienes planes importantes para la ciudad”.

Foto: El presidente de Aragón, Javier Lambán. (EFE)

Los entornos de ambos líderes saben que en esta batalla en ciernes lo más importante son los tiempos. Quedan muchos meses para mayo de 2023 y también muchas incógnitas por despejar. Principalmente, si Azcón será el candidato al Gobierno de Aragón o querrá revalidar la alcaldía de Zaragoza. Por su parte, el popular insiste en que su sitio está “en la plaza del Pilar”, donde está la sede del ayuntamiento.

Al margen de los movimientos de ambos líderes, sus equipos ya piensan en 2022 como un año preelectoral donde el acierto de ambos será vital para ganar las elecciones autonómicas. Y sus partidos a nivel nacional, tanto PP como PSOE, no quieren dar nada por perdido. Consideran que tienen a los mejores candidatos y que están en el mejor escenario para un enfrentamiento político como hace años no hay en Aragón.

Las espadas en alto y la sangre aún sin correr. Es el resumen del trato que se están dispensando los dos principales líderes políticos de Aragón: el socialista Javier Lambán, presidente de la comunidad, y el popular Jorge Azcón, alcalde de Zaragoza. Una relación sellada en un pacto de no agresión tras los últimos enfrentamientos políticos que lastraban la imagen pública de cordialidad y dibujaban un escenario irreconciliable entre ambas instituciones. No es el momento de la guerra por Aragón entre el PSOE y el PP, sino de coger distancia y preparar a sus equipos con la vista puesta en las elecciones autonómicas de 2023.

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