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"Solo quería darle cariño": el vídeo de Juan Carlos y Bárbara Rey que no quieren que veas
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Cronología de un chantaje

"Solo quería darle cariño": el vídeo de Juan Carlos y Bárbara Rey que no quieren que veas

El CNI admite tres décadas después que pagó a la actriz para que el escándalo sexual no salpicara al monarca. Cómo el Rey enfangó a todos los poderes fácticos y cómo la 'vedette' ganó un pulso duro al Estado profundo

Foto: Imagen: EC Diseño.
Imagen: EC Diseño.

Fue un clásico 'underground' en los 90: ¿estaban liados Juan Carlos I y Bárbara Rey? ¿Grabó la 'vedette' un vídeo sexual clandestino al Rey? ¿Le chantajeó tras romper la relación? ¿El Estado profundo intentó resolver el conflicto por las malas y lo acabó haciendo por las buenas?

El rumor estaba en la calle, pero los periódicos de la época pasaron de puntillas ('El Mundo' fue el más incisivo, pero todos chocaron con el tabú Juan Carlos) y la info más detallada aparecería poco a poco en libros de investigación (Pilar Urbano, Rebeca Quintáns, Ana Romero o Francesc Arabí). La pasada década, la caída de Juan Carlos I abrió la veda a la fiscalización de cuestiones reales escabrosas, pero no ha sido hasta ahora, otoño de 2021, cuando el Estado profundo ha admitido al fin que Bárbara Rey fue untada para evitarle un escándalo sexual al Rey.

"Bárbara Rey tiene tres vídeos tomados en su casa. El primero en el comedor, los otros dos en la cama"

Hablamos de una triple confesión/filtración de los servicios secretos (el CNI, antiguo Cesid). A) ‘El jefe de los espías’, libro de Javier Chicote y Juan Fernández-Miranda sobre los papeles secretos póstumos de Emilio Alonso Manglano, exdirector del Cesid durante el felipismo, incluye las notas de Manglano (escritas en caliente) sobre el operativo para callar a la actriz. B) Alberto Saiz Cortés, director del CNI entre 2004 y 2009, admitió en 'Salvados' pagos a Bárbara Rey vía “donantes externos”. C) Anotaciones del comisario Villarejo publicadas en ‘El periódico de España’ sugieren que empresas del Ibex (Telefónica, Repsol, Santander) desviaron dinero a los servicios secretos (900 millones de pesetas/5,4 millones de euros) para comprar el silencio de Bárbara Rey. A Villarejo siempre hay que cogerlo con pinzas, pero la secuencia (A, B y C) completa un relato con sentido sobre cómo el Estado logró que Bárbara Rey no volviera a hablar nunca más (hasta hoy) sobre su amigo entrañable.

Ahora que el Estado ha admitido lo que en los 90 solo sostenían públicamente cuatro subversivos en la barra de un bar y tenemos, por tanto, la pieza que le faltaba al relato, toca montar el rompecabezas completo de una de las relaciones sentimentales más tóxicas de la democracia. La historia de un chantaje, pero también la de un monarca que enredó a todos los poderes fácticos para arreglar sus desaguisados sentimentales, y la de una mujer de carácter que le aguantó un pulso duro al Estado.

La ruptura

31 de diciembre de 1975: Bárbara Rey actúa en la gala de fin de año de TVE “y el Rey se encapricha con la nueva estrella”. Durante la Transición, inician una relación sentimental que, en dos fases con idas y venidas, se extiende hasta bien entrados los 90.

Principios de los 80: termina el primer 'affaire' entre Bárbara Rey y Juan Carlos I. La actriz se casa con el domador Ángel Cristo.

Finales de los 80: Bárbara Rey y Ángel Cristo se separan. La actriz retoma su relación sentimental con el Rey.

1994: Juan Carlos I corta con Bárbara Rey. “Simplemente cambia el teléfono”, escribe Ana Romero en ‘El rey ante el espejo’. “Ella no está contenta”. Empieza el culebrón.

"Los cómplices de Bárbara Rey en el chantaje se asustaron de la sangre fría de la 'vedette"

“Bárbara no estaba dispuesta a pasar página tan fácilmente. Disponía de todo un arsenal de grabaciones, filmaciones y fotografías… La discreción no es uno de los dones de Juan Carlos, y con su amante hablaba sin tapujos de todos sus problemas… Cuando los cómplices de Bárbara Rey en el chantaje escucharon algunos ejemplos de lo que tenía grabado, se asustaron de la sangre fría de la 'vedette'. Lo verdaderamente preocupante son las conversaciones en las que el monarca había comentado como si nada cuestiones de política nacional y, muy especialmente, algunas frases relativas al golpe de Estado del 23-F”, contó Rebeca Quintáns en ‘Juan Carlos I. La biografía sin silencios’ (2000 y 2016).

El primer intento de chantaje se narra así en 'El jefe de los espías':

4 de julio de 1994: el Rey llama al director de los servicios secretos, Manglano, que anota sus palabras. “Me llamó Bárbara Rey y me fui a almorzar con ella… Le toqué el pecho… El viernes llamó una persona a Zarzuela y dijo que tiene fotos. Pide 100.000 dólares”.

7 de julio de 1994: el coronel Guillermo Quintana-Lacaci, jefe de seguridad de la Casa del Rey, despacha con Manglano. “Todo el asunto lo ha montado Bárbara Rey”. Manglano se reúne luego con el Rey: “Emilio, hay que recuperar las fotos. Habrá que hacer pagos, ver la situación económica… Trátalo con Manolo Prado [y Colón de Carvajal, fontanero y administrador del Rey]”.

Foto: Bibiana Fernández, en 'El programa de AR'. (Telecinco)

8 de julio: el Rey llama a Manglano. “Ayer entregó todo el material. Manolo se ocupa de los aspectos económicos”. Manglano llama a Prado: “Le he dado a Bárbara Rey 25 millones de pesetas. Le daré más… Tenemos que ocuparnos de su contrato en Televisión Española”.

12 de julio: "El jefe del Cesid trabaja en el acuerdo con Bárbara Rey, que tiene la aprobación no solo de la jefatura del Estado, sino también del Gobierno. Manglano envía a José Enrique Serrano, jefe de Gabinete de Felipe González, ‘la nota para contratar a B. [Bárbara Rey] en TVE".

3 de noviembre de 1994: Bárbara Rey vuelve a la tele 17 años después con el programa ‘Esto es espectáculo’ (TVE). “Manuel de Prado y Colón de Carvajal le ha buscado este trabajo y, con la ayuda de los servicios secretos, le facilita pagos intermitentes que la mantienen callada hasta 1997”, según el libro de Ana Romero. ¿Cifras? Se habla de más de un millón de pesetas al mes. Pero es solo el principio...

placeholder Antigua casa de Bárbara Rey en Boadilla.
Antigua casa de Bárbara Rey en Boadilla.

15 septiembre de 1995: “Bárbara Rey necesita más. Según las anotaciones de Manglano, la 'vedette' vuelve a llamar a la puerta. El Rey acude de nuevo a Manglano: —Emilio, Bárbara Rey ha vuelto a pedir ayuda, sabe cosas. ‘Hablar con M. Prado", anota en el libro Manglano, que desde junio ya no es director del Cesid.

24 de enero de 1996: Manglano, Manolo Prado y Quintana-Lacaci hablan del monotema. Anotaciones de Manglano: “Bárbara Rey está en mala situación económica… Emisarios de Mario Conde y De la Rosa querían comprarle el material sensible que afecta al jefe del Estado, y no precisamente para destruirlo”. Manolo Prado: “[Bárbara Rey] tiene tres vídeos tomados en su casa. El primero en el comedor, el segundo en la cama y el tercero también en la cama. Se oye bien la conversación entre ambos. Bárbara Rey tenía cámaras ocultas en su domicilio, una en el salón camuflada dentro del televisor… La asusté y le dije que hay que negociar con él, pero que el Rey no tiene dinero”.

Foto: Foto: Reuters.

Primavera de 1996: fin del programa ‘Esto es espectáculo’ por baja audiencia. Tensiones y negociaciones entre el Cesid y la 'vedette'.

1996: Bárbara Rey acuerda meter toda la información comprometedora en un maletín proporcionado por el CNI y custodiado por ella misma. Cada mes recibirá dinero si el maletín sigue cerrado. Pero había truco: tras cerrarlo por primera vez, el maletín comienza a echar humo: la idea del CNI era meter fuego a los vídeos, pero la actriz arroja el maletín a la piscina de su casa. Diversas versiones de este rocambolesco episodio han sido filtradas por la actriz y los agentes secretos los últimos años.

placeholder Casa donde la actriz se encontró con el Rey.
Casa donde la actriz se encontró con el Rey.

1997, el año que todo explotó

Primavera de 1997: “La artista ha grabado al rey en la cama y esto es un problema de Estado. José María Aznar [llegado meses antes a Moncloa], con frialdad y firmeza, manda parar, que se acaben los pagos intermitentes, se ponga fin a los problemas de seguridad y se busque una ‘solución permanente”, según el libro de Ana Romero.

25 de mayo de 1997: robo en la residencia de Bárbara Rey en Boadilla del Monte.

25 de mayo, 1 de junio y 13 de junio de 1997: triple denuncia en comisaría de Bárbara Rey.

26 de junio de 1997: un sobre anónimo llega a varias redacciones de periódicos madrileños. Bárbara Rey acusa a Manuel de Prada y Colón de Carvajal de asaltar tres veces su domicilio y vaciarle la caja fuerte. Los allanadores buscaban, entre otras cosas, “cinco cintas de vídeo” que “implican a personas importantes de este país”.

Foto: Bárbara Rey y Sofía Cristo, en 'Secret Story'. (Mediaset)

27 de junio de 1997: titular de portada de ‘El Mundo’. “Bárbara Rey denuncia a Manuel Prado por el robo de documentación comprometida”. ‘El País’, en páginas interiores: “Bárbara Rey denuncia que sufre amenazas para proteger a una alta personalidad”. Nadie menciona a Juan Carlos I en ningún momento.

“Nadie explica lo que estaba pasando de verdad. El título quizá tenía que haber sido éste: 'Bárbara Rey intenta continuar con el chantaje al Rey que Aznar quiere parar”, cuenta Ana Romero en ‘El rey ante el espejo’.

En efecto, el asunto desaparecerá pronto de las portadas, pero los choques entre Bárbara Rey y el Estado profundo durarán varios meses.

Felipe González a Manglano: "La prensa sensata está controlada"

Esa noche, Jesús Mariñas airea la denuncia en ‘Tómbola’ (pionero del 'cuore' televisivo canalla grabado en Valencia en Canal Nou, pero emitido también en Telemadrid y Canal Sur). Una Bárbara Rey en ignición llama al programa y deja una frase para la historia: “Yo solo he dado cariño a alguien que lo necesitaba”, y un cierre racial de folclórica empoderada: quién “ose” tocar a sus hijos, sufrirá las “consecuencias”.

Los servicios secretos han pinchado en hueso.

17 de julio de 1997: apoteósica aparición fantasma de Bárbara Rey en ‘Tómbola’. Tras anunciarse su presencia para contar toda la verdad sobre su amigo entrañable, la intervención se suspende 'in extremis' en medio de la histeria general. Barbara Rey no saldrá del camerino, donde se dice que recibió la visita de los hombres de negro, pero cobrará su caché igualmente (dos millones de pesetas/12.000 euros). Ese mismo día, Manglano, que ya no está al frente del Cesid, se reúne con Felipe González, que tampoco es ya presidente. El 'establishment', que nunca duerme, cierra filas con el monarca en su hora sexual más oscura. “La prensa sensata está controlada, aunque en los ambientes la relación se da por segura. También existe el apoyo de la élite, banqueros, empresarios”, cuenta Felipe a Manglano, según el libro.

Foto: El rey Juan Carlos, con Corinna, en una imagen de archivo. (Gtres) Opinión
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Al día siguiente, Bárbara Rey concede una entrevista a Francesc Arabí del 'Levante-EMV': "Quien mantuvo la relación conmigo no se ha portado bien, ni siquiera me ha telefoneado". La actriz afirma que el vídeo existe, pero niega la autoría y apunta a otra trama descontrolada de la era Manglano: agentes díscolos del CNI habrían filmado las correrías del Rey y otros altos cargos en un piso 'seguro' de los servicios secretos en Aravaca, como desveló 'El Mundo' en 1995. "El día de la no entrevista a Bárbara Rey en Canal Nou, temblaron los cimientos del Estado, el CESID, la Zarzuela, la Moncloa y las raíces del Occidente judeocristiano", según Arabí.

El tombolazo fue un punto de inflexión. Demasiado astracán para unos años en los que el monarca era silenciosamente intocable. Demasiado ruido en el oasis real noventero. La cuenta atrás para un pacto duradero con Bárbara Rey se inicia en esas trepidantes horas.

22 de septiembre de 1997: el teniente general Andrés Cassinello, director del Cesid con Adolfo Suárez, informa a Manglano de que Rafael Vera, exsecretario de Estado de Seguridad, dice que Mario Conde también tiene un vídeo sexual del monarca y la 'vedette' y se lo quiere vender a una revista alemana, según 'El rey de los espías'. Los rumores hablan ya de tres vídeos sexuales circulando por Madrid: el de Bárbara Rey, el de Mario Conde y el de los agentes díscolos del Cesid.

"Ella firma un papel. Se le entregan 100 millones de pesetas de entrada y 50 al año, en porciones mensuales, durante diez años"

2 de octubre de 1997: el Rey anuncia a Manglano en Zarzuela que “se ha llegado a un acuerdo” con Bárbara Rey. “Ella firmará un papel. Se le entregan 100 millones de pesetas de entrada y 50 al año, en porciones mensuales, durante diez años. Las aportaciones mensuales las pagará el CESID. Los 100 millones aún no se sabe”. Según el libro sobre Manglano, “el acuerdo asciende a 600 millones de pesetas de 1997, al margen de las entregas previas que hiciera Colón de Carvajal. El presidente del Gobierno, José María Aznar, ha sido informado de que el Estado compró el silencio, o cedió al chantaje, pero no oculta su malestar… a juzgar por cómo el rey relata la escena a Manglano: ‘Me enfadé con Aznar. Le dije: ‘He cometido este error y estoy dispuesto a marcharme’. Aznar estaba frío".

Noviembre de 1997: Pilar Urbano publica ‘Yo entré en el CESID’, en el que el coronel Andrés Fuentes, jefe de la división de seguridad, admite (en forma de “hipótesis de trabajo”) que los servicios secretos asaltaron el domicilio de la actriz para buscar las cintas sexuales con el Rey.

“Si Bárbara Rey ha grabado a empresarios, a políticos o al maharajá de Kapurthala, al presidente de Estados Unidos o al Rey de Prusia… se lo ha montado cierta tienda de artilugios sofisticados que está en la calle Alcalá. Son amigos… El dueño de la tienda [del Espía] está en muy buenas relaciones con Bárbara Rey. Ella ha grabado a todo el mundo. Le ha instalado un sistema de grabación de sus juergas con personajes”.

"Si Bárbara Rey ha grabado a empresarios, a políticos o al maharajá… se lo ha montado cierta tienda de artilugios en la calle Alcalá"

“El operativo [del Cesid] dura semanas. Hay que conocer bien a los habitantes del chalé de Bárbara Rey... Sus hábitos y horarios de entradas y salidas. Hay que seguirla a ella y a los dos criados dominicanos a todas horas. Y a los dos hijos, niño y niña, en los fines de semana, que es cuando vuelven a casa. Eso requiere un dispositivo largo, paciente, muy disimulado... Hay que estudiar también a los criados, aprovechando que la señora no está en Madrid... se toman una cerveza... por ahí. Los viajes de Bárbara Rey son muy interesantes… Tiene dinero en metálico, dinero negro, claro, en Bruselas, Luxemburgo y Zúrich”.

Lo de la alarma es muy latoso: conviene hacerse con una igual que la de ella. Desmontarla y ver cómo se desactiva; pero sin cortar cables, para que en la central de control… no noten que está desconectada”.

“Una operación como esta te obliga a entrar seis o siete veces. Siempre en total silencio… Entras y es un chalé de tres plantas atiborrado de muebles, cuadros, lámparas, chismes, fotografías, objetos y cachivaches de vitrina… Cuando una persona esconde algo, lo puede tener en sitios insospechados: dentro de un colchón, en los cojines de un sofá, detrás de un mueble… Tú no puedes andar desgarrándolo todo”.

"Bárbara Rey, seguro, sabe esconder bien, es más astuta y más lista de lo que la gente cree"

“Habrá que ir viendo cinta por cinta, pasándolas a velocidad rápida, pero hay que verlas todas, porque un vídeo puede empezar con los niños jugando en la playa y al poco, zas: el vídeo escabroso”.

"Vamos a los lugares donde Bárbara Rey pudo haber escondido sus escabrosos tesoros: detrás de un cuadro, en el jardín, dentro de una bolsa de plástico, enterrada bajo el césped; en la piscina; ahí se esconden bien las cosas, donde está la depuradora o junto a los contenedores de basura; bajo unas tablillas del parqué que se levantan; o aprovechando una baldosa suelta que queda debajo de uno de los muebles de la cocina. Bárbara Rey, seguro, sabe esconder bien, es más astuta y más lista de lo que la gente cree”.

“Aunque una mujer como Bárbara Rey alguien le diera, qué sé yo, mil millones de pesetas, no hay modo de tener la certeza, con pruebas, de que no se ha quedado otra copia. Y sería el cuento de nunca acabar”.

Foto: Bárbara Rey, en 'Sábado Deluxe'. (Telecinco).

Marzo de 2000: Sofía Cristo, hija de Bárbara Rey y Ángel Cristo, filtra en ‘Crónicas marcianas’ la grabación de una discusión entre sus padres en la que el domador llama “puta” a la actriz. En un giro espectacular de los acontecimientos, Ángel Cristo, que está en el plató, neutraliza el golpe con una bomba: “Si esta señora [Bárbara Rey] ha sido capaz de chantajear a uno de los hombres más importantes de nuestro país, cómo no va a tratar de destruir a un pobre y humilde hombre de circo como yo”.

En otras palabras: los periódicos ya no hablaban sobre este asunto (entre 1997 y 2017 hubo manto de silencio), pero el relato 'underground' seguía más vivo que nunca.

placeholder Piscina de la antigua casa de Bárbara Rey en Boadilla.
Piscina de la antigua casa de Bárbara Rey en Boadilla.

Barra libre

Tras la caída en desgracia de Juan Carlos I, comenzó a fluir la información sobre el chantaje. Ana Romero, en ‘El rey ante el espejo’ (2018): “El dinero utilizado para formalizar el pacto no fueron fondos reservados. ‘El Estado [los servicios secretos] puso la infraestructura, pero fueron amigos de Juan Carlos I los que pusieron el dinero”, afirman fuentes de absoluta solvencia, que cifran en 40 millones (unos 250.000 euros) lo que recibió la 'vedette' por la destrucción definitiva del material. Después, mensualmente, recibió cuatro millones de pesetas”. Se desconoce hasta qué año cobró Rey las mensualidades. El mediador de Bárbara Rey fue el periodista Santi Arriazu, hombre fuerte de la prensa rosa, que se llevó un 20% de comisión.

En efecto, las cifras bailan según las fuentes, pero siempre dentro de un arco lo suficientemente millonario como para silenciar el asunto. “Si Bárbara Rey sigue callada, es porque ‘el pacto ha funcionado”, según Romero.

Otoño de 2021: los servicios secretos admiten por varias vías (papeles de Manglano, entrevista a Alberto Saiz, papeles de Villarejo) que el chantaje existió y que el Estado pagó por ello. La paradoja es que el muro de silencio en el 'establishment' lo ha quebrado Manglano desde la tumba; es decir, la persona que más enredó en vida para enterrar este asunto por las buenas o por las malas, héroe por accidente de la transparencia, la libertad de expresión y la fiscalización a los poderes públicos. ¿Victoria pírrica de la democracia?

Foto: Emma García y Bárbara Rey. (Mediaset España)

Los enemigos del cine español denuncian que se ve poco y se subvenciona mucho. Siguiendo esa lógica, el supuesto vídeo sexual casero de Bárbara Rey y Juan Carlos I sería el mayor desastre financiero de la historia del cine español: el Estado se gastó un dineral… para que no lo viera nadie. Cero espectadores para un filme fantasma que salió por un pico.

En efecto, todo el quilombo por una película que, como en los mejores MacGuffins de Hitchcock, nadie parece haber visto. A estas alturas, con el juancarlismo rentabilizado y atrapado en una explosiva trama económica suiza, lo del vídeo de Bárbara Rey es puro folclore. El colmo del escándalo quizá no sería que apareciera, sino que se demostrara que nunca existió. Porque, con vídeo o sin vídeo, el proceso ha sido estrepitoso. Todo esto pasó.

Fue un clásico 'underground' en los 90: ¿estaban liados Juan Carlos I y Bárbara Rey? ¿Grabó la 'vedette' un vídeo sexual clandestino al Rey? ¿Le chantajeó tras romper la relación? ¿El Estado profundo intentó resolver el conflicto por las malas y lo acabó haciendo por las buenas?

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