El Constitucional elegirá el próximo viernes a González-Trevijano como nuevo presidente

El Tribunal Constitucional celebrará el próximo viernes el pleno en que se elegirá a sus nuevos presidente y vicepresidente. El puesto corresponderá por mayoría de apoyos al magistrado Pedro González-Trevijano en sustitución de Juan José González Rivas. Juan Antonio Xiol ocupará la vicepresidencia con un amplio apoyo. Ambos se encuentran en el último tercio de sus mandatos de nueve años, por lo que la designación se mantendrá únicamente unos meses, hasta que el próximo junio el Gobierno y el Consejo General del Poder Judicial nombren otros cuatro nuevos magistrados y ellos dos sean sustituidos, informan a El Confidencial fuentes jurídicas.

El TC se renueva por ciclos, como dicta la Constitución, y cada uno de sus magistrados es designado por un periodo de nueve años y van cambiando por terceras partes cada tres años. Cuando llega el momento del cambio, este depende por turnos de distintos órganos: cuatro de sus 12 miembros son nombrados a propuesta del Congreso por mayoría de tres quintas partes de sus miembros, cuatro a propuesta del Senado por la misma mayoría, dos a propuesta del Gobierno y dos a propuesta del Consejo General del Poder Judicial.

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La renovación que acaban de acordar el PP y el PSOE es la que ha votado el Congreso. Se ha sustituido así a cuatro magistrados que ya llevan en el cargo más de los nueve años fijados, entre ellos, el presidente. Con la elección de Trevijano y de Xiol, se mantendrá una tradición siempre respetada que obliga a que solo aspiren a esos puestos los magistrados que se encuentran en el último tercio de los nueve años del mandato. La siguiente renovación, prevista en 2022, es la que corresponde al Ejecutivo y no exige, por tanto, acuerdo entre los principales partidos. Los de Pedro Sánchez designarán a quien consideren sin tener que pactarlo con nadie. Esta presidencia efímera viene provocada por la pinza creada entre una renovación alcanzada tras un bloqueo de dos años de retraso y otra inaplazable dentro de año y medio que cortaría su designación.

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Con la elección de Trevijano se pone punto y final a un conato de estrategia política que el PP barajó en las últimas semanas y descartó por la oposición del bloque conservador del TC. El partido de Casado trató de maniobrar para desplazar a este magistrado de la presidencia y colocar en su lugar a otro cuyo mandato no esté tan cercano a su fin. Tanteó así la sustitución de Trevijano por Ricardo Enríquez, cuyo mandato no finaliza hasta 2026. La formación es consciente de que la renovación del próximo junio no solo descabalgará al presidente, sino que aparcará la mayoría conservadora que ha reinado en el TC durante la última década.

La mirada, en el CGPJ

Cuando llegue junio, en el grupo de magistrados salientes habrá tres conservadores y un progresista. Deberán ser sustituidos, en concreto, el propio Trevijano, Antonio Narváez, Santiago Martínez Vares y Juan Antonio Xiol (progresista). El Ejecutivo se encontrará entonces con dos escenarios que ya ha comenzado a preparar. Como la renovación depende del Gobierno y del CGPJ, de forma simultánea, ha previsto dos caminos: la posibilidad de que el Consejo General del Poder Judicial continúe aún sin renovar y en funciones o la de que ya haya sido sustituido por uno nuevo.

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El caso más complejo es el primero. Si llega junio y el CGPJ continúa caducado, el órgano que dirige en la actualidad Carlos Lesmes no podrá designar a los dos magistrados que le tocan. No hay precedentes de que la unidad de la designación conjunta Gobierno-CGPJ se haya roto, pero desde Moncloa argumentan que nada impide que el Ejecutivo nombre a sus dos jueces aunque el Consejo no pueda hacerlo. Con este movimiento, el PSOE lograría sumar dos nuevos miembros al bloque progresista, ya que quedarían sustituidos los dos jueces que fueron designados hace nueve años por Mariano Rajoy.

En el segundo escenario, en el caso de que el Consejo haya sido renovado al fin, la situación sería más favorable aún para los socialistas. Además de esos dos nombramientos directos, el PSOE contaría con uno más suplementario. Pese a que el nuevo CGPJ cuente con mayoría progresista, el reparto tradicional da un magistrado a cada bloque.