La Audiencia retoma el juicio contra Villarejo con la reaparición del acusado ausente

La Audiencia Nacional retomará este lunes el primer juicio del caso Tándem con José Manuel Villarejo en el banquillo. Todavía no se espera que declaren los acusados, pero esta semana estará marcada por la reaparición de uno de ellos: Juan Manuel León Leiva, un detective subcontratado por el comisario jubilado para el que la Fiscalía pide 12 años de cárcel. No se presentó a ninguna de las primeras sesiones y, para sorpresa del tribunal, ni siquiera su abogado supo explicar el porqué de su ausencia.

"El letrado del señor Leiva nos ha comunicado que ignora el paradero de este señor, que no comparece ni se le espera que comparezca porque no hay forma de dar con él, y no sabe si incluso le ha podido pasar algo", explicó la presidenta del tribunal, Ángela Murillo, el pasado 14 de octubre. El tribunal acordó entonces interponer una requisitoria "para que, en el caso de que se le encuentre, se le enjuicia aparte", pero Leiva asegura ahora a El Confidencial que su situación ha quedado resuelta y acudirá este lunes.

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Él mismo señaló el pasado mes a este diario que su ausencia se debía a "asuntos personales" y que había aclarado los mismos con el tribunal: "La Sala tiene constancia de ello. Es un tema personal y la verdad... Como es un tema personal, quien tiene que tener constancia es la sala y no quiero que se haga público". Según asegura, sigue en el proceso —"me he presentado a tiempo"—, pero queda por ver si en la sesión de este lunes alguna de las defensas eleva el tono y pide alguna medida por lo ocurrido.

Un juicio a trompicones

El caso Tándem acumula una treintena de piezas, pero en este primer juicio, se abordan tres: el supuesto espionaje del bufete Herrero y Asociados a otro despacho de abogados (pieza Iron), la batalla de los García-Cereceda por la herencia del creador de la urbanización La Finca (pieza Land) y el encargo de los empresarios Juan y Fernando Muñoz para recuperar una deuda (pieza Pintor). La sentencia marcará un antes y un después en el caso, por lo que las defensas pelean cada palmo.

La falta de disponibilidad en el calendario del tribunal ha obligado a celebrar las vistas a trompicones. Tras el arranque en octubre, esta semana tendrá lugar una nueva sesión, pues las previstas para los días 27 y 28 del pasado mes terminaron por suspenderse: varias defensas criticaron que no se les hubiera facilitado el acceso a toda la documentación y el tribunal aplazó la continuación del juicio para que tuvieran "tiempo más que de sobra" para hacer las correspondientes consultas.

La sesión de este lunes se centrará en las cuestiones previas de las defensas, entre ellas las de José Manuel Villarejo y otro de los principales acusados, el comisario Enrique García Castaño. En principio, las declaraciones de los acusados tendrán que esperar a diciembre, pues este mes no hay más vistas programas. En cualquier caso, la fecha definitiva sigue en el aire: según apuntan diversos abogados, el tribunal no ha facilitado un guion definitivo, así que hasta nuevo aviso, solo esperan cuestiones previas.

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En la última sesión de octubre, los abogados de la pieza Land ya pidieron la nulidad de los audios que recogen conversaciones grabadas por el comisario jubilado o incluso la expulsión de Podemos del procedimiento, que ejerce como acusación popular. Ahora quedan por ver las alegaciones del propio Villarejo y de García Castaño, así como las de los acusados de Iron y Pintor. Algunos de ellos ya han alcanzado pactos con la Fiscalía para reducir las peticiones de condena a cambio de reconocer los hechos.

Villarejo, por su parte, insiste en su inocencia. La Fiscalía pide 109 años de cárcel para él, quien niega los hechos que le imputan y pretende hacer valer su estatus de abogado para interrogar a otros imputados: en las primeras sesiones se presentó en la sala con una toga. Junto a él, otros dos acusados se sentaron en primera fila durante el arranque del juicio: su socio Rafael Redondo y el comisario Enrique García Castaño, quienes se enfrentan a 102 y 81 años de cárcel respectivamente. Su mujer, Gema Alcalá, para la que la Fiscalía pide otros 83 años de cárcel, ocupó un asiento de la segunda fila.