Por la noche y en domingo: los ministros suspenden en conciliación
A pesar de incluir las medidas para compaginar la vida laboral y personal en sus programas, los políticos no predican con el ejemplo a la hora de acudir o convocar actos en su agenda
Los actos a los que acude cada ministro no solo le involucran a él mismo. Su equipo y, a menudo, la prensa, acompañan al político a cada evento, independientemente de la hora o el día de la semana del que se trate. Pero esto a menudo entra en confrontación con la conciliación, incluso en aquellos gobiernos que la enarbolan como medida social a implementar en las empresas.
Lo cierto es que, en vista a los datos recopilados de las agendas de ministros que se publican en la web de la Moncloa, gran parte de los actos a los que acuden o convocan se realizan fuera del horario laboral general, sea cual sea el color del gobierno. Así, de los 4.455 eventos a los que acudió algún ministro del Partido Popular, el 16% se realizaron entre las 18:00 y las 21:00 horas. En el caso del PSOE, esta cifra llega al 10,8% de los más de 10.000 eventos publicados en sus agendas, mientras que sus socios de Unidas Podemos solo anuncian el 3,7% de sus actos en esa franja (de los 861 en los que constaba la hora de realización).
Gran parte de los actos a los que acuden o convocan se realizan fuera del horario laboral general, sea cual sea el color del gobierno
A menudo, esos actos son invitaciones a los ministros por parte de otras instituciones, que proponen la hora. Inauguraciones, seminarios, presentaciones de libros, partidos de fútbol… Pero también hay eventos que convoca el propio gabinete, como reuniones con colegios profesionales, fundaciones o encuentros con otros mandatarios.
A partir de las 21:00 horas la actividad ministerial tampoco cesa. El Partido Popular celebra el 1,5% de sus convocatorias entre esta hora y la medianoche, mientras el PSOE el 1,2% y UP apenas el 0,1%. En este horario asisten sobre todo a cenas oficiales, estrenos de cine o teatro y entregas de premios. Estos datos, que publica hoy El Confidencial, son el resultado de un análisis de las agendas ministeriales publicadas por cada gabinete desde 2016 y hasta octubre de 2021.
Tampoco cumplen con la conciliación que recogen en sus programas electorales en los días de la semana en los que hay actividad gubernamental en sus agendas. Un 3,2% de los actos anunciados por el PP se celebran en sábado y un 1,2% en domingo. En el caso del PSOE, el porcentaje es muy similar (3,1% y 1,5%) y mejora en los eventos convocados por Unidas Podemos (un 1,1% un sábado y ningún evento en domingo).
De nuevo, muchos actos como entrevistas en televisión, asistencia a partidos de fútbol o a conciertos son complicados de cambiar, pero también en festivo hacen visitas a líneas de ferrocarril, museos, centros de formación o empresas que podrían realizarse entre semana.
"Lo que sucede en nuestro país es que lo excepcional se vuelve la regla general. Se puede entender que el presidente o los ministros tengan que salir a cualquier hora si ha entrado un volcán en erupción, pero no hace falta presentar un decreto a las siete de la tarde. El problema es que no se tienen los marcos adecuados para cada cosa", explica José Luis Casero, presidente de ARHOE-Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles.
Estos eventos a deshoras distan mucho de uno de los puntos del acuerdo de la coalición, en el que tanto PSOE como Unidas Podemos se comprometieron a "favorecer la conciliación de la vida laboral, familiar y personal, y la necesaria corresponsabilidad entre hombres y mujeres", así como a promover "un pacto social y político por la racionalización de los horarios".
También Mariano Rajoy enarboló la bandera de la conciliación en varias ocasiones y de manera muy específica cuando prometió en 2016 que promovería una nueva ley de conciliación y corresponsabilidad por la que de forma general se pondría fin a la jornada laboral a las seis de la tarde. En 2017 y en 2018 volvió a anunciarlo, aunque nunca se llevó a cabo.
Soy partidario de que la jornada laboral en España, con carácter general, acabe a las 18:00h. Es buen momento para acordar y firmar un Pacto Nacional por la Conciliación y la Racionalización de Horarios. #EspañaConcilia pic.twitter.com/v29qnzmVHX
— Mariano Rajoy Brey (@marianorajoy) February 24, 2018
Por eso, para Casero los políticos no son buen modelo de lo que por otro lado defienden: "Muchas veces se regodean en que trabajan mucho y a deshoras, pero eso no es un buen ejemplo para el resto y parte de su trabajo de gestión es dar ejemplo. Además, tienen que pensar que esa decisión no solo les afecta a ellos: también a los periodistas que les cubren o a sus colaboradores del gabinete, secretarios o miembros de seguridad, que no tienen precisamente su mismo sueldo".
"Los políticos tienen que pensar que esa decisión no solo les afecta a ellos"
Durante la pandemia, los actos políticos vespertinos y en fin de semana no han hecho más que incrementarse. Sin ir más lejos, el estado de alarma se anunció un sábado y tanto los Consejos de Ministros Extraordinarios como las reuniones de evaluación y seguimiento posteriores han sido habitualmente este día de la semana. También los comités científicos y técnicos y las reuniones con el comité de la Desescalada se celebraron en fin de semana. Incluso las ruedas de prensa de Sanidad se convocaron muchos días a partir de las siete de la tarde y, casi dos años después, los periodistas aún no saben a qué hora saldrán los datos de contagios y vacunas, aunque rara vez es antes de las seis de la tarde.
Casero, que trabajó varios años en la administración pública, cree que con estos horarios la conciliación en la política está peor que en la empresa privada y a años luz de los de otros países europeos, donde las agendas sí tienen en cuenta cuándo parar. "Aquí aún tienen que aprender a priorizar. Si soy ministro y me invitan a actos a las 7 y 8 de la tarde a lo mejor no tengo que ir, porque tengo que predicar con el ejemplo y además tengo que descansar para poder ser eficiente. No saben priorizar, todo es exposición pública y todo es urgente, pero no lo es".
Los actos a los que acude cada ministro no solo le involucran a él mismo. Su equipo y, a menudo, la prensa, acompañan al político a cada evento, independientemente de la hora o el día de la semana del que se trate. Pero esto a menudo entra en confrontación con la conciliación, incluso en aquellos gobiernos que la enarbolan como medida social a implementar en las empresas.
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