La fiscal cree que el asesinato de Javier Ardines fue por "odio" y los sicarios niegan el crimen
La fiscal considera que Pedro Nieva planeó el asesinato del concejal de Llanes tras conocer la relación con su mujer, que se prolongó durante 30 años
La Audiencia Provincial de Oviedo ha comenzado este martes el juicio por el crimen de Llanes contra los presuntos responsables del asesinato de Javier Ardines, el concejal asesinado en agosto de 2018. La Fiscalía pide una pena de 25 años de cárcel para cada uno de los cuatro implicados: Pedro Luis N. A., como presunto inductor intelectual; Jesús M., como supuesto intermediario, y Djillali B. y Maamar K. están considerados como presuntos sicarios. En su turno de palabra, los sicarios han negado los hechos y han asegurado que no conocían a la víctima ni tuvieron nada que ver con el crimen.
En la primera sesión del juicio oral, la fiscal ha dicho que tiene la seguridad de que Pedro N. A. planificó el asesinato por el odio profundo que tenía hacia Ardines desde que descubrió la relación con su esposa, y que Jesús M. fue intermediario al intervenir en los actos "previos y posteriores", contactar y pagar a los dos sicarios. Asimismo, ha pedido a los miembros del jurado "sentido común" a la hora de tomar su decisión. Les ha indicado que no esperen ni la declaración de un testigo de los actos, ni una grabación de una cámara porque no hay prueba directa, pero eso "es irrelevante para conseguir una condena" porque para eso lo que se necesita es "sentido común".
Los sicarios niegan el crimen
En este primer día de juicio, los dos ciudadanos argelinos acusados de actuar como sicarios han asegurado que nunca se desplazaron a Asturias y que ni participaron en el crimen ni conocían a la víctima. Djilali B. ha dicho que el día del crimen estaba en su domicilio de Bilbao y ha insistido en que nunca estuvo en Belmonte de Pría, la parroquia llanisca en la que residía Ardines y donde fue asesinado a escasos metros de su casa.
A pesar de que la investigación constató que su coche había sido identificado cuando se desplazaba a Belmonte de Pría, el acusado ha indicado que tiene un coche "como el de todo el mundo" y ha insistido en que está seguro de que ese día estaba en Bilbao. Asimismo, ha afirmado que solo conoció a Nieva, presunto inductor del crimen, y a Jesús M. y ha añadido que con el también acusado y compatriota Maamar K. únicamente tenía una relación de amistad.
El segundo en declarar ha sido Maamar K., que también se ha limitado a responder a su abogado para admitir que tenía una relación cordial con Djilali B., pero que la amistad se rompió cuando estando preso en Suiza para cumplir otras condenas anteriores se enteró de que este le había implicado en el asesinato de Ardines.
Tres décadas de amor adolescente
Según el Ministerio Público, la mujer del principal acusado mantenía una relación clandestina con la víctima desde adolescentes que duraba ya más de 30 años cuando se cometieron los hechos y se desarrollaba en Llanes, donde vivía Ardines y a donde Nieva se desplazaba sobre todo en periodos vacacionales, ya que vivía junto a su familia en el País Vasco.
Además, considera probado que el acusado Nieva descubrió el idilio en diciembre de 2017, tras grabar con su móvil una conversación entre su esposa y el fallecido. Fue en el mes de julio de 2018, cuando, ante la proximidad del verano y sabedor de que su mujer pasaría ese tiempo en una casa familiar próxima a la de la víctima, tomó la decisión de acabar con la vida del concejal y para ello contactó con el también acusado Jesús Muguruza, a quien pidió que buscase a personas que pudieran ejecutar los hechos.
La Audiencia Provincial de Oviedo ha comenzado este martes el juicio por el crimen de Llanes contra los presuntos responsables del asesinato de Javier Ardines, el concejal asesinado en agosto de 2018. La Fiscalía pide una pena de 25 años de cárcel para cada uno de los cuatro implicados: Pedro Luis N. A., como presunto inductor intelectual; Jesús M., como supuesto intermediario, y Djillali B. y Maamar K. están considerados como presuntos sicarios. En su turno de palabra, los sicarios han negado los hechos y han asegurado que no conocían a la víctima ni tuvieron nada que ver con el crimen.