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Pío García-Escudero, el eslabón débil en el discurso del PP para romper con Bárcenas
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Probado que hubo contabilidad paralela

Pío García-Escudero, el eslabón débil en el discurso del PP para romper con Bárcenas

El actual presidente de la gestora en Madrid fue el primer dirigente en reconocer un apunte contable en los papeles del extesorero. Admitió en 2013 haber recibido un crédito de cinco millones de pesetas

Foto: Pablo Casado, Isabel Díaz Ayuso y Pío García-Escudero. (EFE)
Pablo Casado, Isabel Díaz Ayuso y Pío García-Escudero. (EFE)

Pablo Casado intenta marcar distancias de la sentencia de la Audiencia Nacional que acredita que el Partido Popular sigue ocupando una sede nacional que se reformó con dinero negro. Pero hay un nombre que torpedea esta estrategia. Se trata de Pío García-Escudero, el histórico líder de la formación en Madrid y hombre de confianza de Mariano Rajoy, que fue el primer dirigente del partido en reconocer un apunte contable en los papeles de Bárcenas. El expresidente del Senado fue elegido por el propio Casado para dirigir, junto a Ana Camins, la gestora que está pilotando la sucesión en la formación madrileña y por la que hay abierta una guerra soterrada con Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida de protagonistas. García-Escudero, por tanto, sigue teniendo mando en plaza en Génova.

La dirección nacional del PP intenta fijar un muro de contención entre los dirigentes del pasado y la nueva hornada que comanda ahora el partido. "Las hipotecas en política no son hereditarias y no podemos seguir pagando facturas de cuestiones que ni conocemos", anunció Casado el 16 de febrero, menos de 48 horas después del descalabro electoral en Cataluña. Ese día, el PP decidió que abandonaría Génova 13 y se instalaría en una nueva sede. "No debemos seguir en un edificio cuya reforma se está investigando esta misma semana en los tribunales", añadía el presidente popular. Esa investigación ya ha culminado parcialmente en forma de sentencia y la conclusión es severa para el PP: el inmueble se reformó con dinero negro.

Foto: Mariano Rajoy, durante su declaración como testigo en el juicio. (EC)

El origen de toda la investigación son los llamados papeles de Bárcenas, las anotaciones del extesorero donde iba reflejando supuestas operaciones que se realizaban en el partido. Ahora, la Audiencia Nacional acredita que esos papeles "en una parte sí son reales". En concreto, el tribunal condena a dos años de cárcel a Bárcenas por abonar al estudio de arquitectura Unifica más de un millón de euros en B durante las obras y, de forma paralela, al partido como responsable civil subsidiario del extesorero en la cuantía de 123.669 euros. La sentencia, de 454 páginas, considera probada la existencia de esa contabilidad paralela.

La sentencia también tiene su relevancia política. Casado lleva, en efecto, desde que ganó las primarias y, con más insistencia, desde el resultado del 14-F, intentando desvincularse de lo relacionado con la corrupción. Pero ese eslabón débil en este momento es Pío García-Escudero. El presidente 'de facto' del PP de Madrid reconoció en 2013 en la Audiencia Nacional que al menos uno de los apuntes contables de los papeles de Bárcenas era cierto. El extesorero anotó su nombre junto a la fecha de agosto de 2000 y una cifra: cinco millones de pesetas. García-Escudero admitió que, en efecto, se le había transferido desde Génova esa cantidad en concepto de crédito para reparar una parte de su domicilio. En concreto, el expresidente del Senado sufrió un atentado de ETA en su vivienda habitual que causó daños importantes y recurrió al partido para financiar esa obra.

Foto: García-Escudero admite que pidió 5 millones al PP y que después lo devolvió

“A la ahora de analizar daños e indemnizaciones, podíamos pedir al Consorcio Seguros, pero había que presentar primero las facturas de gastos de reposición, había que comprar nuevo mobiliario de cocina, dormitorios, unos gastos muy grandes en muy poco tiempo, por lo que decidí solicitar un préstamo al partido”, especificó el propio García-Escudero recientemente en el juicio de la supuesta caja B del PP. Añadió que en aquel año, 2000, acudió al entonces secretario general, Javier Arenas, que le aconsejó que hablase con el tesorero Álvaro Lapuerta, ya fallecido, quien le dio “todo tipo de facilidades”.

García-Escudero añadió en sede judicial que "no hubo ninguna ilegalidad" en ese crédito concedido por el PP, porque lo devolvió de forma íntegra y, además, tuvo sus correspondientes retenciones fiscales. El daño interno de esa confesión, no obstante, estaba hecho y no sentó nada bien en el entorno de Mariano Rajoy. La entonces cúpula del PP, con María Dolores de Cospedal al frente de la secretaría general, no tuvo más remedio que abrir la puerta a que algún apunte de esos papeles de Bárcenas sí fuera real.

Foto: El extesorero del PP Luis Bárcenas. (EFE)

En el PP actual, no pasa desapercibido que Pío García-Escudero siga ocupando un despacho con galones en la primera planta de la sede nacional, donde se ubica el PP de Madrid. Sí es cierto que el histórico dirigente madrileño no tiene responsabilidad orgánica a nivel nacional, pero su figura, como presidente interino de la gestora madrileña, hace un flaco favor a la estrategia de tierra quemada de Casado con respecto al negro pasado del partido.

Casado sigue contando, de hecho, con García-Escudero para actos importantes. En la Convención Nacional del PP, tuvo un papel destacado, participando en una mesa bajo el nombre 'Más sociedad y mejor gobierno' junto a Gerardo Cuerva, presidente de Cepyme; José Vicente de los Mozos, presidente de Anfac, y Zurab Pololikashvili, secretario general de la ONU-OMT. El actual vicepresidente segundo del Senado también estuvo en un lugar de honor en la campaña electoral del 4 de mayo.

El PP se niega a hacer declaraciones sobre la sentencia de la Audiencia Nacional y se remite a las palabras de Casado del 4 de mayo: "Esta dirección nacional no va a dar más explicaciones que correspondan al pasado y conductas individuales. No nos lo podemos permitir más con el calendario judicial que se avecina. El coste electoral es tremendo y tenemos que dejar de preocuparnos por nuestro pasado y ocuparnos del futuro", apuntó el presidente del partido ante el Comité Ejecutivo Nacional. La mudanza de la sede de Génova, prevista para verano, aún está pendiente.

Pablo Casado intenta marcar distancias de la sentencia de la Audiencia Nacional que acredita que el Partido Popular sigue ocupando una sede nacional que se reformó con dinero negro. Pero hay un nombre que torpedea esta estrategia. Se trata de Pío García-Escudero, el histórico líder de la formación en Madrid y hombre de confianza de Mariano Rajoy, que fue el primer dirigente del partido en reconocer un apunte contable en los papeles de Bárcenas. El expresidente del Senado fue elegido por el propio Casado para dirigir, junto a Ana Camins, la gestora que está pilotando la sucesión en la formación madrileña y por la que hay abierta una guerra soterrada con Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida de protagonistas. García-Escudero, por tanto, sigue teniendo mando en plaza en Génova.

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