El PSOE de Page se rearma con la guerra del agua y la armonización fiscal

Emiliano García-Page encara este fin de semana el duodécimo congreso del PSOE en Castilla-La Mancha sin oposición interna alguna. Lo que hace cuatro años fue un enfrentamiento con el sector pedrista encabezado por el alcalde de Azuqueca de Henares, José Luis Blanco, ha dado paso a un periodo de máxima tranquilidad interna, marcada, eso sí, por la gestión de la pandemia.

Este sábado y domingo, Page será aclamado por sus compañeros de nuevo como secretario general de los socialistas para intentar revalidar la mayoría absoluta que alcanzó hace dos años. Un sondeo encargado por el PSOE este mismo mes de octubre le vuelve a dar la victoria; sin embargo, otro anterior, de hace unas semanas, hablaba de una situación de empate entre PSOE y PP con la irrupción de Vox.

Mientras llegan las elecciones, los socialistas se rearman tras la pandemia, intentando recuperar fuelle tras algunos errores cometidos, sobre todo al principio. En las ponencias, dos cuestiones claras: el agua y el fin del trasvase por un lado, y, por otro, la financiación autonómica y la armonización fiscal. Page quiere que se paguen impuestos iguales en toda España y que el nuevo modelo de financiación atienda al coste real de los servicios en el medio rural.

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“El PSOE de Castilla-La Mancha siempre ha defendido los intereses de nuestros conciudadanos por encima de los intereses de partido”. Así es como comienza la ponencia del PSOE de Castilla-La Mancha en materia de agua, que este fin de semana se va a debatir en el congreso que celebra la organización en Toledo.

Y es que los socialistas de la región —desde Bono a Page, pasando por Barreda— siempre hicieron gala de anteponer el interés de la comunidad autónoma al de su propio partido. De hecho, esta misma semana, días antes del congreso, el secretario de organización del PSOE en Castilla-La Mancha, Sergio Gutiérrez, decía en una entrevista realizada en Onda Cero que “el PSOE es el partido regional de Castilla-La Mancha, de un regionalismo suave dentro de una España donde todos somos radicalmente iguales”.

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Estos últimos días, los socialistas manejan un sondeo en el que García-Page vuelve a revalidar la mayoría absoluta obtenida hace ahora dos años. El estudio, realizado por la empresa (idus)3 para el PSOE de Castilla-La Mancha, determina que, si hoy hubiera elecciones, Page seguiría con una estimación de voto superior al 40 por ciento (solo caería un 1,6% en relación con 2019), lo que le llevaría a obtener entre 18 y 20 escaños. En la actualidad, tiene 19 y la mayoría absoluta está en 17 diputados.

Mientras tanto, según esta misma encuesta, el PP de Paco Núñez subiría hasta los 12 o 13 diputados, con un aumento de estimación de voto del 1,6%, lo que lo situaría en el 30% de sufragios. Por último, Vox irrumpiría en el Parlamento regional con un 13,2% de los votos, lo que le llevaría a obtener uno o dos escaños. Tanto Ciudadanos como Podemos se quedarían fuera del Parlamento regional.

Por último, en relación con esta muestra, los socialistas también manejan otro dato que consideran alentador. García-Page sería el preferido por el 48,59% de los encuestados para volver a ser presidente de Castilla-La Mancha en año y medio, mientras que un 12,17% piensan que será Francisco Núñez el elegido.

Hace un par de semanas, sin embargo, se hizo pública otra encuesta de NC Report, según la cual PSOE y PP empataban a 15 escaños e irrumpía con tres escaños en el Parlamento autonómico la fuerza de Santiago Abascal. En este caso, Vox sería determinante para que el PP pudiera formar Gobierno y arrebatar la Junta al PSOE.

Asuntos transversales

Con este panorama, los socialistas de Castilla-La Mancha llegan a su duodécimo congreso bajo la sensación de que se cometieron errores al principio de la pandemia, pero con margen y posibilidad de recuperación. De entrada, plantean que la región ha sido la que mayor esfuerzo ha realizado en PIB per cápita para luchar contra la pandemia, puesto que fue una de las más afectadas por ella, sobre todo en la primera ola. Un esfuerzo, según los socialistas, compensado, por ejemplo, esta misma semana con la publicación de los datos de la EPA, que determinan que Castilla-La Mancha fue la comunidad autónoma que más empleo generó en España durante el último año.

Pero hay otra serie de temas transversales que ocuparán buena parte de los debates de este congreso y donde Castilla-La Mancha quiere tener voz propia y diferenciada del resto del partido, como ha ocurrido en otras ocasiones. Uno de ellos es el sempiterno asunto del agua, asunto transversal que supone un auténtico quebradero de cabeza para los grandes partidos políticos, en tanto que las posiciones están encontradas entre el Levante y Castilla-La Mancha.

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En este sentido, Page, que ya fue consejero muchos años con Bono y Barreda y también alcalde de Toledo, lo tiene claro desde hace mucho tiempo. Su apuesta ha sido por la de una reducción progresiva de la aportación de la cabecera del Tajo al Levante español. Esta misma semana, la portavoz del Ejecutivo autonómico, Blanca Fernández, daba un dato que hasta ahora no se había manejado con tanta claridad. En 30 años de trasvase, 13.800 hectómetros cúbicos han salido de los pantanos de Entrepeñas y Buendía hacia el Levante español. Se trata de una cantidad equivalente a 25 veces el Mar Menor.

Por ello y porque la directiva europea del agua así lo determina —y porque los propios tribunales declararon ilegal el plan de cuenca del Tajo—, el objetivo del PSOE castellanomanchego es cerrar a medio y largo plazo el trasvase de una manera definitiva. Sucede, en cambio, que la cuestión no es tan sencilla, pues cuentan con la abierta oposición de sus compañeros de Valencia y Murcia y una actitud mediadora del Ministerio de Medio Ambiente y Transición Ecológica, con Teresa Ribera al frente, que continúa autorizando derivaciones de agua, si bien es cierto que en una cuantía mucho menor.

De esta manera, el PSOE de Castilla-La Mancha observa en su ponencia marco del agua que lleva a su congreso que “defendemos conceptos legales y éticos que son claves para nuestra región: la prioridad de la cuenca cedente en la asignación y reserva de recursos hídricos, así como el cumplimiento de los programas de medidas de los planes hidrológicos”.

Por ello, piden “la revisión actual del estatus del río Tajo y su sustitución por un acuerdo de Estado, consensuado, que garantice las necesidades hídricas del río en consonancia con la Directiva Marco del Agua de la Unión Europea. Esta revisión debe tener como prioridad el establecimiento de forma inmediata de una reserva de agua en la cabecera del Tajo, que aumente sustancialmente el límite mínimo no trasvasable, garantizando el desarrollo socioeconómico de la cuenca y las necesidades ambientales del río”.

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La ponencia en materia de agua concluye pidiendo un esfuerzo a la Comunidad de Madrid a la hora de depurar las aguas del río Jarama, uno de los afluentes principales del Tajo y donde se vierten residuos perjudiciales para el ecosistema del río. Por último, y no menos importante, insta a poner en marcha las desalinizadoras del Levante, que fueron financiadas con fondos europeos.

“Aunque somos solidarios respecto a las necesidades de agua para uso de boca —concluye— la realidad actual, que se verá agravada con el cambio climático, es que la cabecera del Tajo no genera recursos suficientes para satisfacer las necesidades de la agricultura levantina”.

El frente de la financiación

Pero, sin duda, otro frente que dará que hablar mucho en los próximos días es el de la financiación, donde también se rompen los clichés habituales de los partidos políticos, dependiendo de los territorios.

En este sentido, Page también lo tiene muy claro y no le importa alinearse con un presidente como Alberto Núñez Feijóo, del PP, cuyos planteamientos coinciden estratégicamente con los suyos, al ser Galicia y Castilla-La Mancha dos regiones con altos índices de despoblación.

La próxima reunión que tendrá lugar en Santiago de Compostela será muestra de ello y, aunque desde Ferraz se ha transmitido cierta preocupación por este tipo de encuentros, García-Page hace oídos sordos y se centra en la búsqueda de aliados para forzar un cambio en el modelo de financiación autonómico que sea más beneficioso para Castilla-La Mancha.

Así, la ponencia marco del congreso regional establece que “es necesario un nuevo modelo que tenga en cuenta y venga determinado en función del coste real de los servicios públicos, considerando las condiciones de cada una de las comunidades autónomas, ya que las regiones más despobladas, como Castilla-La Mancha, tienen un coste per cápita por prestación de servicios superior al de otras regiones más pobladas”.

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Por último, la armonización fiscal es otro de los caballos de batalla que piensa dar Page en este mismo debate. El PSOE de Castilla-La Mancha dice en su ponencia que “debe ser una herramienta de coordinación fiscal que las diferentes administraciones con competencias tributarias deben dotarse para alcanzar tres objetivos: en primer lugar, avanzar hacia un modelo que permita que los ciudadanos contribuyan en función de su capacidad económica y no en función del territorio en que viven; en segundo lugar, garantizar el principio de igualdad de oportunidades y, por último, hacer efectivo el principio de solidaridad interterritorial”.

En este sentido, Page y los socialistas de Castilla-La Mancha entienden que “las comunidades autónomas deben tener la capacidad de disponer de un margen de maniobra a la hora de regular los llamados impuestos cedidos, pero asegurando que el ejercicio de este principio no resulte perjudicial para otras regiones y para el conjunto del sistema como consecuencia de las ventajas comparativas de las que gozan unos territorios frente a otros”.

Finalmente, los socialistas de Castilla-La Mancha entienden que debe reforzarse la política fiscal, dirigida específicamente a la lucha contra la despoblación, “que ha iniciado el Gobierno regional de manera pionera en España con la aprobación de la Ley de Medidas económicas, sociales y tributarias frente a la Despoblación y para el Desarrollo rural de Castilla-La Mancha”.

En definitiva, varios frentes que Page mantendrá abiertos en los próximos meses y que, muy seguramente, continuará y prolongará hasta las elecciones en caso de ser candidato. Él mejor que nadie, dados sus años de experiencia, conoce cuál es el discurso del socialismo a la manchega, bien diferente y muy matizado respecto al que viene de Ferraz. Un socialismo de derechas, como algunos de sus detractores califican. De momento, ha conseguido la confianza de sus compañeros para continuar al frente del partido otros cuatro años más. El resto, ya se verá.