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Alberto Rodríguez pelea por la titularidad de su escaño al margen de Podemos
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Polémica por la inhabilitación

Alberto Rodríguez pelea por la titularidad de su escaño al margen de Podemos

La renuncia del partido a acompañar al exdiputado en su estrategia ante el TC genera un riesgo: si Rodríguez tiene éxito y recupera el escaño, podrá renunciar a la disciplina de partido

Foto: Alberto Rodríguez, en uno de los plenos del Congreso. (EFE)
Alberto Rodríguez, en uno de los plenos del Congreso. (EFE)

Alberto Rodríguez ha comenzado a dar los primeros pasos de la impugnación legal de la retirada de su escaño por parte de la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, y lo ha hecho solo. Entre el apoyo público de Podemos el pasado viernes y la soledad del ya exdiputado de Podemos este lunes han transcurrido 48 horas. El fin de semana comenzó con la líder de Podemos, Ione Belarra, acusando a la tercera autoridad del Estado de prevaricar y el anuncio de querella y acabó con la formación plegando velas, primero con la discrepancia de algunos de sus principales exponentes y después apuntando que la pelea jurídica debía ser personal del afectado. Esta postura de renuncia es también un riesgo. Si Rodríguez tiene éxito ante el Tribunal Constitucional y recupera el escaño, este será suyo y no del partido y podrá renunciar a la disciplina impuesta.

Podemos no solo ha renunciado a la querella contra Batet que levantó chispas en el seno de la coalición, tampoco acompañará a Rodríguez para recurrir la forma en la que fue inhabilitado. A título personal y asesorado por sus abogados, Gonzalo Boye e Isabel Elbal, el antiguo secretario de Organización de los morados arrancó su estrategia de defensa este mismo lunes con un escrito a la presidenta de la Cámara Baja en que pide explicaciones sobre la decisión que le ha dejado fuera del Congreso. En esa comunicación, que firma una vez más solo, formula una batería de preguntas ante lo que tacha de decisión "arbitraria". Entre otras cosas, quiere saber si la decisión fue de la presidenta de la Cámara Baja y en virtud de qué resolución se adoptó.

Foto: El diputado de Unidas Podemos, Alberto Rodríguez. (EFE)

Fuentes de su entorno informan a El Confidencial de que con este movimiento Rodríguez busca armar su trampolín para pedir amparo al TC, ante el que prevé reclamar como medida cautelar que se le devuelva su puesto perdido. Su escaño y no el de Podemos. Estas fuentes señalan el abandono del partido, que le dejó caer, como el motivo principal del cese de militancia que anunció el exdiputado este domingo. Si el Constitucional le diera la razón, a la formación le bailaría el puesto que ahora ha ocupado otro diputado al correr turno tras la inhabilitación.

Los grupos parlamentarios que sustentan el Gobierno de coalición suman 155 diputados en el Congreso, 120 de los socialistas y 35 de los morados. Una minoría —muy lejos de los 176 necesarios para la mayoría absoluta— por la que el Ejecutivo debe negociar voto a voto con otras fuerzas cada iniciativa que lleva a la Cámara. La complejidad de esta situación ha provocado que el Gobierno haya sufrido algunos reveses, como la no convalidación del decreto ley para el uso de los remanentes municipales. La pérdida de un escaño en las filas moradas, en caso de que tras una supuesta reincorporación de Rodríguez no se integrase en la disciplina de voto al haberse dado de baja de su militancia en Podemos, dificultaría todavía más la aritmética parlamentaria para el Ejecutivo.

Foto: Alberto Rodríguez, exdiputado de UP. (EFE)

Los socios preferentes del Gobierno son los grupos parlamentarios y partidos que apoyaron la investidura de Pedro Sánchez. Entonces salió adelante por tan solo dos votos y gracias a la abstención de ERC, que cuenta con 13 representantes, y EH Bildu, con cinco. Los actuales Presupuestos de 2021 contaron con un mayor respaldo al recibir 188 apoyos, por lo que el Ejecutivo tendría margen de maniobra y hasta podría prescindir de varios de estos votos. Sin estar en peligro la gobernabilidad de la legislatura, hay que recordar que para el Gobierno en minoría todos los votos cuentan. De hecho, el pasado mes de junio se salvó el decreto de los interinos 'in extremis' y por tan solo un voto.

Los motivos de ambas partes

El viraje de 48 horas de Podemos empezó con un error de cálculo de comunicación y acabó con un portazo. El anuncio oficial de querella contra una de las principales cabezas visibles del PSOE levantó el inmediato enfado de los socialistas en un momento delicado por el desacuerdo de fondo sobre la reforma laboral. En el seno de Unidas Podemos hubo debate desde el primer momento. Los de Izquierda Unida vieron el comunicado de la prevaricación como un fallo, al igual que En Comú Podem y la ministra Yolanda Díaz.

Foto: Alberto Rodríguez y Yolanda Díaz en los pasillos del Congreso. (EFE)

De la forma, la discrepancia saltó al fondo. Con Alberto Garzón como principal voz del desacuerdo, comenzaron las dudas sobre la conveniencia de liderar una querella con pocos visos de prosperar, ya que debía presentarse ante la misma Sala del Supremo que condenó a Rodríguez e indicó al Congreso que le informara a efectos de liquidación de condena, lo que evidenciaría una actitud beligerante contra el PSOE, dañando el difícil equilibrio en que se mueve la coalición

El relato oficial de Podemos es distinto. Aseguran que la ruptura de Rodríguez se debió a su deseo de emprender una estrategia legal contundente y eficaz alejada de un uso propagandístico de lo sucedido. Por respeto, aseguran estas fuentes, se decidió dejar la cuestión en el terreno personal para que, "como ciudadano", desplegara su defensa como mejor creyera. Las declaraciones públicas de este martes han ido todas en esa línea. Por ejemplo, Yolanda Díaz destacó su afecto hacia el canario y le deseó "la mejor de las suertes".

Alberto Rodríguez ha comenzado a dar los primeros pasos de la impugnación legal de la retirada de su escaño por parte de la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, y lo ha hecho solo. Entre el apoyo público de Podemos el pasado viernes y la soledad del ya exdiputado de Podemos este lunes han transcurrido 48 horas. El fin de semana comenzó con la líder de Podemos, Ione Belarra, acusando a la tercera autoridad del Estado de prevaricar y el anuncio de querella y acabó con la formación plegando velas, primero con la discrepancia de algunos de sus principales exponentes y después apuntando que la pelea jurídica debía ser personal del afectado. Esta postura de renuncia es también un riesgo. Si Rodríguez tiene éxito ante el Tribunal Constitucional y recupera el escaño, este será suyo y no del partido y podrá renunciar a la disciplina impuesta.

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