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La Nucía, el pueblo anti-Benidorm que sale en las revistas de diseño de Nueva York
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La Nucía, el pueblo anti-Benidorm que sale en las revistas de diseño de Nueva York

La Nucía es una localidad que, a 20 minutos de Benidorm, ha huido de los excesos del urbanismo y el turismo masificado y ha apostado por la salud y la arquitectura sostenible

Foto: Lab Nucia, edificio ganador de 2020 de uno de los premios Architizer, considerados los 'Oscar' de la arquitectura internacional (Crystalzoo)
Lab Nucia, edificio ganador de 2020 de uno de los premios Architizer, considerados los 'Oscar' de la arquitectura internacional (Crystalzoo)

En esa costa levantina emblema del urbanismo desaforado previo a la crisis de 2008 —la del pisito de veraneo y la primera línea de playa— se yergue La Nucía, una localidad a la sombra del monte Ponoig intercalada entre las dos bahías de Benidorm y Altea, que en los últimos años ha apostado por salirse de los cánones del turismo de sol y playa y crecer y reformarse siguiendo un modelo arquitectónico más sostenible.

Aunque en esta localidad en la que oficialmente viven 20.000 personas no haya primera línea de playa ni kilométricas costas de arena empedrada de toallas, entre sus calles se pueden encontrar, por ejemplo, varios edificios premiados por los conocidos como ‘Oscar de la arquitectura’ internacional, los premios Architizer, que otorga cada año la revista neoyorquina. De hecho, es una de las pocas localidades de toda España que cuentan con dos galardones de ese tipo.

Tampoco se encontrarán grandes discotecas ni bares abiertos hasta las seis de la mañana, pero sí hay un estadio, piscinas, pistas y otros campos de entrenamiento en una ciudad deportiva cuyas instalaciones han sido parada obligatoria para varios deportistas olímpicos de España con destino Tokio 2020.

placeholder Vista aérea de la Ciudad Deportiva (cedida)
Vista aérea de la Ciudad Deportiva (cedida)

Y no hay muchas opciones de tomar un desayuno en el 49º piso de ese rascacielos recién inaugurado que se asoma al Mediterráneo, pero en el centro del pueblo hace décadas que no se permite pasar con el coche y las calles fueron tomadas por los peatones. De la resaca del ladrillo y el tópico del Levante solo quedan rastros, a lo lejos: los rascacielos de la cercana Benidorm que se recortan en la mañana y poco más.

Huyendo del tópico del Levante

Todo forma parte de un plan que hace muchos años empezó a fraguarse en este pueblo, que ha ido creciendo con los años alimentándose de aquellos que vienen a la costa del Levante a buscar buen tiempo, sol y playa pero prefieren la casa baja, la urbanización y la “escala humana” al hotel y el ocio nocturno; una preferencia que ha llevado a publicaciones de arquitectura y diseño como 'AD' a fijarse en su estilo urbanístico y a revistas especializadas de viajes como 'Traveler' a bautizar La Nucía como el ‘anti-Benidorm’.

Según explica Bernabé Cano, el que ha sido alcalde de la localidad los últimos 21 años, por su emplazamiento en plena Marina Baixa —esa zona que utilizó como escenario el escritor Rafael Chirbes para diseccionar los excesos del 'boom' inmobiliario y del turismo masificado—, el pueblo ha tenido que diferenciarse de sus vecinos destinos vacacionales ofreciendo infraestructuras que atraigan a otro tipo de turistas (familiar, de tercera edad, deportivo).

placeholder Vista de La Nucía. (cedida)
Vista de La Nucía. (cedida)

“Desde el punto de vista arquitectónico, aquello [Benidorm y otros destinos vacacionales] son edificios altos, y nosotros, viviendas unifamiliares y horizontales para que la gente que quiera ese tipo de vida —que es lo que busca la mayoría de gente del centro y norte de Europa— tenga ese producto. Y dentro de esa tipología de vivienda, darles un servicio diferenciador: servicios deportivos, culturales, sanitarios”, relata Cano a El Confidencial durante la primera edición de ‘Circular. I Jornadas de arquitectura’, un evento que ha reunido a paisajistas, arquitectos y diseñadores para reflexionar sobre la función que cumple la ciudad que habitamos en nuestras vidas y cómo se interrelacionan el territorio, el paisaje y la sostenibilidad.

El reclamo turístico son también, por tanto, los servicios para la tercera edad: Cano pone como ejemplo la pareja de alemanes de 70 años que están pensando en venirse a vivir a la zona y, buscando la cartera de servicios, se dan cuenta de que en La Nucía “tienen centros sociales, pueden hacer deporte, hay programación cultural y centros de salud y especialidades”.

“Lo que hemos hecho ha sido aumentar la cartera de servicios para que sea atractivo [para vivir] y nosotros hemos conseguido, a pesar de las crisis que ha habido y la pérdida de población que han tenido otros municipios, estar en una línea ascendente que no ha parado en ningún momento: estamos creciendo anualmente un 4%”, asegura el alcalde.

placeholder La Casilla (Crystalzoo)
La Casilla (Crystalzoo)

La mitad de sus habitantes son extranjeros. Según explica, hay 20.000 empadronados, pero según el gasto de agua, calculan que viven allí actualmente unas 40.000 personas. El nivel de renta per cápita también es alto y el presupuesto del ayuntamiento asciende a unos 25 millones de euros. Con financiación de la Unión Europea, la Diputación de Alicante y la Generalitat Valenciana han puesto en marcha también varios proyectos, como un 'ecoparque' de separación de residuos o un sistema de gestión de datos.

Un puzle arquitectónico

Las citadas jornadas sirvieron para poner La Nucía como referente de la arquitectura sostenible en la zona y al estudio alicantino Crystalzoo como el estudio que ha sido capaz de entender y concretar en paredes y cemento lo que buscaba el consistorio cuando hablaba de reducir la huella ecológica y recuperar, al mismo tiempo, el patrimonio arquitectonico de la zona.

placeholder Patio de La Casilla. (Crystalzoo)
Patio de La Casilla. (Crystalzoo)

Para el CEO de Crystalzoo, José Luis Campos Rosique, a la hora de abordar un proyecto de edificio público no solo hay que centrarse en la arquitectura, sino también en el paisaje que lo rodea, encajarlo con la cultura del lugar. Su estudio ha sido el que se ha encargado de reformar en La Nucía la Sede permanente de la Universidad de Alicante (SEU), el Centro de la Tercera Edad La Casilla, la Extensión administrativa del ayuntamiento y el LAB Nucía (estos dos últimos, los dos proyectos reconocidos en 2016 y 2020, respectivamente, por Architizer como 'Mejor edificio público' junto al propio estudio, que este año ha ganado también el premio al 'Mejor estudio de arquitectura de obra pública 2021').

"Es parte de nuestra obligación disponer de diferentes destinos al de sol y playa reinventando por completo la arquitectura de esos espacios"

“La arquitectura y el diseño son cultura, y es parte de nuestra obligación disponer de diferentes destinos al de sol y playa reinventando por completo la arquitectura de esos espacios. Reinventar el turismo y apostar por la sostenibilidad es una revolución que avanza”, argumenta Campos.

Al citar sus diferentes proyectos en el municipio, recuerda el de la SEU, que es, en su opinión, “la apuesta del municipio a la memoria colectiva, a la sostenibilidad, una nueva ruralidad planteada desde la biodiversidad. La SEU es un modelo de reciclaje arquitectónico”.

placeholder Extensión administrativa, ganador del Premio Architizer del 2016. (Crystalzoo)
Extensión administrativa, ganador del Premio Architizer del 2016. (Crystalzoo)

También han rehabilitado edificios emblemáticos de la zona, como es el caso de La Casilla, actual centro de día y antigua casa del ya desaparecido oficio de peón caminero, con el objetivo de “recuperar el patrimonio cultural” de la localidad.

El LAB Nucía es el ganador del 2020 del premio Architizer al 'Mejor edificio público del 2020' y es un laboratorio de empresas, un espacio de trabajo colaborativo compatido, por ahora, por 44 empresas de la zona. La forma del edificio recuerda a una roca hexagonal que desde el estudio comparan con un "origami" con el amarillo como protagonista y una gran escalera interior donde basculan todas las estancias.

placeholder Escaleras dentro del LAB Nucia (Crystalzoo)
Escaleras dentro del LAB Nucia (Crystalzoo)

Aquí también han aplicado el factor de sostenibilidad. “Nosotros queremos ser bajitos”, afirma Campos, que explica que en el nuevo edificio no quisieron hacer un falso techo, ya que es un elemento sin el que “es mucho más económico y nos permite reducir la altura del edificio, de la fachada, de los vidrios… Estamos haciendo que el edificio sea más económico y que a nivel de sostenibilidad funcione mejor. Reducimos los costes de todo el edificio y por fuera el edificio más bajito, a una escala más humana, que es exactamente lo que buscábamos, una escala reconocible".

placeholder Dominó dentro del Centro de la Tercera Edad de La Casilla (Crystalzoo)
Dominó dentro del Centro de la Tercera Edad de La Casilla (Crystalzoo)

La sombra de Benidorm (y de sus rascacielos a pie de playa) es alargada. Y sin embargo, para Campos ese tipo de arquitectura emblema del turismo salvaje no es el enemigo, siempre que haya espacios públicos para la gente. De hecho, explica que en el caso de la ciudad turística masiva por excelencia, ese tipo de estructura sirve para “liberar el espacio” y mejorar la ventilación.

“La edificabilidad es la misma que en otra población, pero lo que hacen es liberar el suelo para subir en altura, y lo que genera es un espacio verde alrededor. A lo mejor te choca. Pero tú cuando estás en Benidorm es curioso, porque desde todos los apartamentos se ve el mar. (...) Pero es verdad que es una arquitectura menos amable que pasear por aquí, por este casco urbano”, apunta.

placeholder Estadio de la Ciudad Deportiva. (cedida)
Estadio de la Ciudad Deportiva. (cedida)

“¿Al final qué es lo que debe ganar? Utilizar la cabeza, tienes que tener espacios para todos. Hay otro tipo de ciudades que son muy extensivas y son una locura a nivel de servicios públicos, y ese tipo de cosas también las tienes que controlar. Tienes que encontrar una especie de equilibrio”, argumenta.

Benidorm es una fábrica turística, está muy bien planteado y llega a funcionar muy bien. Son dos cosas diferentes y no hay que compararlas. Es una población de 70.000 habitantes y la estamos comparando con una población que apenas llega a los 40.000 habitantes. Es otro ritmo de vida, más lento: en La Nucía son zonas periurbanas, tienes a los nómadas digitales, a los neorrurales… El teletrabajo ha abierto muchas puertas”.

La Nucía funciona así casi como campo de pruebas para comprobar en qué quiere convertirse la ciudad turística y sostenible del futuro. Y no todos están de acuerdo con los mismos planteamientos.

Según el paisajista Joan Roig, quien también participó en las jornadas, lo más sostenible es concentrar servicios y desplazamientos en el espacio: en su opinión, en el territorio hay que agrupar para que sea más respestuoso con el medioambiente. Y, por lo tanto, La Nucía podría ser un buen ejemplo para revisar el modelo de implantación de edificios que ya está en marcha para adaptarlo, porque el esquema escogido por ahora —que él denomina "de campus americano o nórdico, de pisos aislados con calles que los unen"— es un modelo que ya no se usa. Lo que interesa en Europa, ahora, es el soporte medioambiental de los proyectos.

Turismo deportivo

La otra pata en que se ha volcado el Ayuntamiento de La Nucía es la construcción de la ciudad deportiva Camilo Cano: en sus instalaciones, se pueden entrenar hasta 55 prácticas deportivas, y 14 federaciones de diferentes deportes las han utilizado. El alcalde explica que la temperatura mediterránea de la zona permite a los deportistas de otros países de Europa venir aquí a entrenar durante los meses de invierno.

placeholder José Luis Campos, durante las jornadas 'Circular. I Jornadas Arquitectura en La Nucía'
José Luis Campos, durante las jornadas 'Circular. I Jornadas Arquitectura en La Nucía'

La inversión en infraestructuras deportivas ha convertido la ciudad deportiva en un atractivo turístico más y un “motor económico” de la localidad, además de conseguir, según destaca el alcalde —médico de profesión— que los vecinos hicieran más deporte y mejorara la salud de los ciudadanos. Según datos del propio ayuntamiento, el 83% de los jóvenes de La Nucía practica deporte y se han reducido la tasas de obesidad y de diabetes de los habitantes.

Deportistas como el ciclista Carlos Coloma o el tenista Javier Ferrer han montado aquí sus academias y más de 2,4 millones de personas han utilizado las instalaciones.

En la ciudad deportiva, también se nota la mano de Crystalzoo, quienes han diseñado el estadio, un edificio reducido a su mínima expresión para reducir costes y aplicar una escala más humana y sostenible dentro de un municipio pequeño. Estas instalaciones han servido también para dar a conocer el municipio a través del deporte, explica el alcalde, quien subraya que año tras año la ciudad deportiva ha ido creciendo, hasta conseguir que la iniciativa privada se interese por el proyecto y haya decidido ampliarlo.

En los próximos tres años, se sumarán a las instalaciones ya existentes un centro hípico, un centro de fútbol con residencia, una piscina de olas, un centro 'fitness', un colegio privado y una residencia de estudiantes, todo construido con capital privado, con una inversión de 150 millones de euros.

En esa costa levantina emblema del urbanismo desaforado previo a la crisis de 2008 —la del pisito de veraneo y la primera línea de playa— se yergue La Nucía, una localidad a la sombra del monte Ponoig intercalada entre las dos bahías de Benidorm y Altea, que en los últimos años ha apostado por salirse de los cánones del turismo de sol y playa y crecer y reformarse siguiendo un modelo arquitectónico más sostenible.

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