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Un cónclave para resintonizar Ferraz con Moncloa y sellar la paz del PSOE
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MODERACIÓN EN LO IDEOLÓGICO

Un cónclave para resintonizar Ferraz con Moncloa y sellar la paz del PSOE

Se deja atrás el sanchismo y se intenta tensar y compenetrar las estructuras del partido, desde el nivel municipal hasta la ejecutiva federal, de cara al horizonte electoral de 2023

Foto: El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez (c), durante la última reunión de la Comisión Ejecutiva Federal antes del 40º congreso. (EFE)
El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez (c), durante la última reunión de la Comisión Ejecutiva Federal antes del 40º congreso. (EFE)

Los socialistas arrancan este viernes en Valencia un 40º Congreso Federal que, salvando los debates programáticos, se prevé a nivel orgánico uno de los más plácidos que recuerdan los veteranos del PSOE. Pedro Sánchez ha planeado el cónclave como un paseo triunfal. A pesar de la ausencia de rivales para disputarle la secretaría general y la merma de los sectores críticos, el líder de los socialistas no ha descuidado los trabajos durante los últimos meses para buscar la reconciliación interna tras el fratricida cónclave de 2017 y resintonizar Ferraz con Moncloa. Se deja atrás el sanchismo y se intentan tensar y compenetrar las estructuras del partido, desde el nivel municipal hasta la ejecutiva federal, de cara al horizonte electoral de 2023.

Del congreso del PSOE, como bromea un dirigente territorial que ha limado antiguas asperezas con el presidente del Gobierno, "saldrá el Sánchez 3.0". Más moderado en lo ideológico, como se desprende de la ponencia marco, para contrarrestar la imagen de radicalidad que le da gobernar con Unidas Podemos o pactar en el Congreso con los soberanistas, porque "las elecciones se ganan en el centro".

Foto: Sánchez y Merkel, en el Monasterio de Yuste. (Reuters)

La remodelación del Gobierno el pasado mes de julio, devolviendo el control de la sala de máquinas de Moncloa a la vieja guardia del partido e incorporando al Consejo de Ministros a figuras que le habían disputado las primarias junto a Susana Díaz, fue el primer cimiento. El segundo, tras bambalinas, tuvo que ver con la recuperación de una relación más cercana con todos los barones. De hecho, habrá integración territorial en la futura ejecutiva, cuota pactada con los líderes regionales, e incluso se dará asiento a alguno de ellos, como será el caso del extremeño Guillermo Fernández Vara. Los barones necesitan a Sánchez y este a ellos. El presidente del Gobierno y secretario general de la formación quiere dejar atrás la imagen de transitoriedad de un partido sanchista para que se hable de "un solo PSOE".

La presencia en Valencia de Felipe González, José Luis Rodríguez Zapatero y Joaquín Almunia, todos los ex secretarios generales vivos del partido, que intervendrán en el cónclave, es un claro mensaje sobre el ánimo de reconciliación. El reencuentro más simbólico, tanto por las diferencias entre González y Zapatero, políticas y estratégicas, como por las decenas de declaraciones críticas contra Sánchez que tiene en su haber el que fuera líder del PSOE entre 1979 y 1997. Hasta el punto de que en una de sus últimas intervenciones, a propósito de los indultos a los presos del 'procés', González llegó a confesarse "huérfano de representación" en su partido.

Foto: Pedro Sánchez en un acto en mayo de 2019. (EFE)

El otro mensaje para visibilizar la cohesión interna y territorial es la celebración de una reunión del Consejo Político Federal, que será el pistoletazo de salida con la participación de todos los barones, secretarios generales y ministros socialistas del Gobierno, incluidos los que no tienen carné, como Nadia Calviño y José Luis Escrivá. Habrá foto de familia. Cinco años y dos semanas después del 'asesinato' en el comité federal, y la posterior 'resurrección' vía primarias como el candidato de la militancia, Sánchez se mostrará como el secretario general de todos y sin apenas rastro de críticos.

La futura ejecutiva, más reducida que la actual, se ha concebido como un refuerzo del Gobierno, sin apenas ministros, para fortalecer su labor desde el partido. De la actual ejecutiva solo está previsto que repitan la vicesecretaria general, Adriana Lastra, el secretario de Organización, Santos Cerdán, el portavoz en el Congreso, Héctor Gómez, y la presidenta del partido, Cristina Narbona. Sánchez se desprenderá del sanchismo, al menos el de primera hora, dejando atrás a quien lo acompañó en las primarias y posteriormente en la dirección del partido. Especialmente sintomáticas fueron las salidas de José Luis Ábalos y Carmen Calvo, dos pesos pesados no solo del Ejecutivo, sino también de la actual dirección de la formación.

Se busca caminar hacia "una nueva fase" tras el congreso federal de los socialistas, trabajando en "un proyecto a largo plazo"

Se busca caminar hacia "una nueva fase" tras el congreso federal de los socialistas, trabajando en "un proyecto a largo plazo", al tiempo que se pone el foco en el objetivo de rejuvenecer y modernizar la organización. El concepto 'siglo XXI' se repite a lo largo y ancho de la ponencia marco del congreso. Esta marca una línea hacia la moderación en lo económico y lo territorial, combinada con una amplia agenda social. También en defensa del estado de bienestar, y de ahí el compromiso "con una reforma constitucional que incorpore como derechos fundamentales la protección social y la sanidad, el acceso a la educación y a los servicios sociales, y la garantía del poder adquisitivo de las pensiones".

En lo económico, se recupera el discurso que Sánchez tenía previo a la crisis sanitaria y con el que defendía una "economía social de mercado" y la supeditación a las directrices de Bruselas, espejo en el que se mira la política sobre esta materia del PSOE en la ponencia marco. Esto es, un capitalismo social y verde, de tercera vía, como trató de tranquilizar el presidente sobre su agenda de reformas a los fondos de inversión norteamericanos con los que se reunió en Nueva York.

Foto: El alcalde de Sevilla y candidato del PSOE a la presidencia de la Junta de Andalucía, Juan Espadas. (EFE)

La búsqueda de la centralidad en materia de política económica se condensa en que, "a diferencia de una derecha que respalda cualquier acuerdo comercial bajo una lógica liberal de expansión de los mercados, y en contraposición a las extremas izquierdas que siguen persistiendo en sus propios errores sobre el papel de la iniciativa privada, los socialistas mantenemos nuestro compromiso con la economía social de mercado". Políticas, ya sean fiscales o de deuda, siempre supeditadas al marco de la UE, tal y como Sánchez esbozó en su primer discurso de investidura y dos semanas después en el Foro de Davos.

En lo territorial, multilateralismo y cogobernanza para "profundizar el Estado de las autonomías", sin referencias al "conflicto político" que se vive en Cataluña o la visión de España como una nación de naciones. En este sentido, el paréntesis habría sido Miquel Iceta, sustituido por Isabel Rodríguez en la cartera de Política Territorial.

Los socialistas arrancan este viernes en Valencia un 40º Congreso Federal que, salvando los debates programáticos, se prevé a nivel orgánico uno de los más plácidos que recuerdan los veteranos del PSOE. Pedro Sánchez ha planeado el cónclave como un paseo triunfal. A pesar de la ausencia de rivales para disputarle la secretaría general y la merma de los sectores críticos, el líder de los socialistas no ha descuidado los trabajos durante los últimos meses para buscar la reconciliación interna tras el fratricida cónclave de 2017 y resintonizar Ferraz con Moncloa. Se deja atrás el sanchismo y se intentan tensar y compenetrar las estructuras del partido, desde el nivel municipal hasta la ejecutiva federal, de cara al horizonte electoral de 2023.

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