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El jefe yihadista de Barcelona llegó en patera a España y ya había pactado el pago del AK47
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OPERACIÓN ARBAC

El jefe yihadista de Barcelona llegó en patera a España y ya había pactado el pago del AK47

Las escuchas a la célula desarticulada por la Policía Nacional permitieron escuchar a los investigados hablar de convertirse en "mártires"

Foto: Policía Nacional, en una foto de archivo. (EFE)
Policía Nacional, en una foto de archivo. (EFE)

Le llamaban el Sheikh y era el jefe de la célula yihadista desarticulada este fin de semana entre Barcelona y Madrid. Se trata de un argelino que en marzo cumplió 25 años. Justo ese mes entró en España, según las investigaciones. Las fuentes al tanto de la operación informan a El Confidencial de que accedió de forma ilegal en patera. Las detenciones se produjeron cuando los expertos antiterroristas detectaron que él y su grupo representaban un problema real. Hablaban de convertirse en mártires y el Sheikh ya había pactado el precio para adquirir un Kaláshnikov. Según fuentes de la investigación, el grupo debía abonar 2.500 euros para obtener el arma.

Estos trabajos se enmarcan en la segunda fase de la operación Arbac (se bautizó así por las primeras letras de Argelia y Barcelona). La primera parte tuvo lugar en enero, con el arresto de otros tres argelinos en la Ciudad Condal. En esta ocasión han sido detenidos otros cinco. El Sheikh ejercía un papel de liderazgo sobre todos ellos. Era un grupo de jóvenes que se dedicaban a la delincuencia común, principalmente atracos a turistas. Actuaban y vivían en el barrio de la Barceloneta. No contaban con contratos de alquiler, informan las mismas fuentes.

Los investigadores tenían la certeza de que se trataba de un grupo dispuesto a llevar su radicalismo hasta el final

Bajo la influencia del jefe, se fueron radicalizando y adoptando los postulados yihadistas de Estado Islámico. Las investigaciones en torno a ellos empezaron en las navidades pasadas. Han sido 10 meses de pesquisas judicializadas que han contado incluso con escuchas telefónicas. De ese modo, los investigadores tenían la certeza de que se trataba de un grupo dispuesto a llevar su radicalismo hasta el final, según las mismas fuentes. Se indaga ahora sobre si su idea era llevar a cabo alguna acción España o en el extranjero.

No contaban con ningún objetivo específico ni un plan de actuación concreto, pero el juez de la Audiencia Nacional Joaquín Gadea ha considerado que existen elementos suficientes para su ingreso en prisión. Ha sido determinante las gestiones que el jefe hizo para adquirir un fusil de asalto. Siempre según las mismas fuentes, ya había pactado con una persona una cantidad de dinero y solo faltaba la cita, siempre según las mismas fuentes.

CNI y FBI

En el operativo han participado el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), los servicios de Inteligencia de Argelia, el FBI norteamericano y las Brigadas Provinciales de Información de Barcelona y Girona. La primera fase de la operación, en enero, permitió a la Policía española detectar que los primeros detenidos eran monitorizados por este joven terrorista que ya había sido detenido en 2016 en Turquía por terrorismo. Las autoridades otomanas le entregaron a su país.

Foto: Foto: iStock.

Durante la explotación de este operativo se ha procedido al registro de tres domicilios y una celda en una prisión catalana en la que se encontraba uno de los cinco detenidos cumpliendo condena por otros delitos. Otro del grupo estaba en un Centro de Internamiento de Extranjeros. En el domicilio del líder de la célula se hallaron tres machetes (de 60, 57 y 51 centímetros) y unos 70 cartuchos.

Le llamaban el Sheikh y era el jefe de la célula yihadista desarticulada este fin de semana entre Barcelona y Madrid. Se trata de un argelino que en marzo cumplió 25 años. Justo ese mes entró en España, según las investigaciones. Las fuentes al tanto de la operación informan a El Confidencial de que accedió de forma ilegal en patera. Las detenciones se produjeron cuando los expertos antiterroristas detectaron que él y su grupo representaban un problema real. Hablaban de convertirse en mártires y el Sheikh ya había pactado el precio para adquirir un Kaláshnikov. Según fuentes de la investigación, el grupo debía abonar 2.500 euros para obtener el arma.

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