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Podemos cambia el paso de la legislatura tras los PGE y comienza a alejarse del PSOE
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Y ANTICIPARSE AL 'FRENTE AMPLIO' DE DÍAZ

Podemos cambia el paso de la legislatura tras los PGE y comienza a alejarse del PSOE

Más allá de la reforma laboral, ya comprometida en el seno del Gobierno, los morados asumen un cierre de la legislatura en lo que a grandes medidas programáticas se refiere

Foto: Ione Belarra y Pablo Iglesias, durante el acto. (EFE)
Ione Belarra y Pablo Iglesias, durante el acto. (EFE)

Podemos se comenzó a articular hace ahora casi ocho años en torno al manifiesto 'Mover ficha'. Este fin de semana, la organización rubricaba el que es su segundo manifiesto, bajo el título 'Defender lo logrado, ir a por más'. Lo hacían como colofón a cuatro días de discusiones internas en la 'uni de otoño' de Podemos. Un "punto de inflexión", según lo calificaban fuentes de la dirección del partido para renovar su hoja de ruta y "rearmarse ideológicamente" de cara al horizonte electoral de 2023. Sin embargo, lo que subyace tanto en el manifiesto como en las intensas jornadas de debate es que el verdadero punto de inflexión lo marca el hito de los Presupuestos. La última gran ventana negociadora para Podemos dentro del Gobierno de coalición. Podemos cambia así el paso de la legislatura, cuando esta llega a su ecuador, o al menos el relato como socio minoritario, tratando de visibilizar sus distancias con los socialistas, señalar las limitaciones de cogobernar con ellos, marcar terreno y, en definitiva, engrasar la maquinaria electoral.

Las ideas fuerza son que al PSOE hay que empujarlo para conseguir transformaciones sociales, de ahí que se defienda la decisión de entrar en el Ejecutivo, que Podemos debe tener la fuerza electoral suficiente para liderar el bloque progresista y garantizar así cambios más profundos, y finalmente ponerse en valor como el actor clave que rompió el bipartidismo y la cláusula de exclusión de la izquierda alternativa en el Consejo de Ministros con el objetivo de conservar su "enorme patrimonio" en el nuevo proyecto de Yolanda Díaz. Se recuperan, por tanto, los fetiches fundacionales del sorpaso al PSOE y el proceso constituyente, ahora bajo la nomenclatura de "segunda transición", según lo denominó la ministra de Derechos Sociales y líder de Podemos, Ione Belarra, o del republicanismo como elemento para reformar el Estado, según la intervención en el cónclave de Pablo Iglesias.

Foto: La líder de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra (i), y el exsecretario general de la formación, Pablo Iglesias (d), durante la clausura de la Universidad de Otoño de Unidas Podemos, este domingo. (EFE)

"La experiencia del Gobierno de coalición no solo está sirviendo para comprobar que, cuando decíamos que sí se podían cambiar algunas cosas importantes desde el Consejo de Ministros, decíamos la verdad. También está sirviendo para constatar los límites que implica ser el socio minoritario en un Gobierno encabezado por el PSOE", recoge el texto del manifiesto. Unos párrafos más adelante, añade que "sabemos que muchas de estas metas no son posibles con la actual correlación de fuerzas y que la sociedad española solo podrá alcanzarlas si supera al PSOE como fuerza principal del bloque progresista". La conclusión es que "en España solo habrá cambios profundos cuando encabecemos el Gobierno como fuerza mayoritaria".

Más allá de la reforma laboral, ya comprometida en el seno del Gobierno de coalición aunque pendiente de desarrollar, desde Podemos asumen un cierre de la legislatura en lo que a grandes medidas del programa de coalición se refiere. De ahí que se deje caer ya, a modo de advertencia a sus socios, y como principal argumento para enfocar su próxima campaña electoral, que "algunos de los principales compromisos del acuerdo de coalición aún tienen que hacerse realidad en la segunda mitad de la legislatura y las resistencias a su cumplimiento que existen en una parte del Gobierno son ya evidentes para todo el mundo".

Podemos adelanta el relato previsto para el final de la legislatura por razones programáticas y orgánicas

"Nuestro país no solo necesita que se cumpla íntegramente el acuerdo de coalición. En esta década, España necesita recuperar su soberanía económica, industrial y productiva y aplicar el artículo 128 de la Constitución para volver a disponer de empresas públicas en los principales sectores estratégicos. Necesita ir más allá en derechos feministas y construir un verdadero sistema público de cuidados, para que estos no sigan recayendo de forma invisible sobre los hombros de las mujeres". Defender lo conseguido y poner nuevos deberes para la siguiente legislatura.

Durante su intervención en el acto de clausura de la universidad de otoño, Belarra lanzaba una apuesta por la creación de empresas públicas "en cada sector económico estratégico". No solo, por tanto, una eléctrica pública como vienen reclamando los morados durante las últimas semanas para contribuir a paliar el alza del precio de la luz, sino también en el sector farmacéutico, el bancario o las telecomunicaciones. Si la empresa pública eléctrica se ha justificado para evitar que "un oligopolio como el eléctrico, en manos de poderes privados, vuelva a poner a un país de rodillas", la creación de una farmacéutica estatal se defendía "para rebajar el gasto sanitario e invertir en los avances que realmente necesita nuestra salud". En el caso de la banca pública, la ministra de Podemos abogó por que "financie la economía productiva, a los verdaderos emprendedores y no a los que pagan en B al PP".

Desmarcarse de Sánchez, anticiparse a Díaz

Como marcan los cánones de las coaliciones de gobierno, los socios marcan distancias entre sí a partir de un momento dado para encarar los procesos electorales. Podemos ha comenzado a hacerlo cuando resta todavía la mitad de la legislatura. Sus razones no tienen solo que ver con lo programático, los Presupuestos como última gran ventana negociadora para arrancar medidas con el apellido de los morados, sino también con lo orgánico. Necesitan anticiparse al proceso de construcción de la nueva plataforma liderada por Yolanda Díaz para no quedarse diluidos. Las prisas son evidentes para marcar terreno.

Las tensiones en la coalición crecerán a medida que se acerque el ciclo electoral, al igual que dentro del espacio a la izquierda del PSOE

Pablo Iglesias reaparecía este domingo en un acto público de Podemos para cerrar el cónclave, y al tiempo que bendecía el frente amplio de Díaz reivindicaba el "enorme patrimonio" del partido que lideró hasta hace cinco meses. Bajo esta premisa, aseguró que la nueva dirección de Podemos "va a saber acompañar a Yolanda Díaz para construir el frente amplio para seguir mejorando la vida de la gente".

La nueva plataforma que pretende liderar Yolanda Díaz todavía está en un proceso de "escucha", a modo de diagnóstico e interpelación a diferentes actores, pero los morados buscan anticiparse para marcar terreno. Poniendo ya un programa encima de la mesa y reivindicando su papel de nave nodriza. Un protagonismo que hasta el momento la vicepresidenta segunda quiere negar a los partidos. "En 2016, ya fuimos capaces de congregar la mayor coalición de fuerzas políticas transformadoras en España y tenemos la voluntad, la capacidad y la convicción de volver a hacerlo. El objetivo sigue siendo ganar", sigue apuntando el manifiesto para reivindicarse como actor fundamental en este frente amplio.

La ausencia de Díaz en el cónclave de Podemos visibiliza que sus hojas de ruta no están todavía sincronizadas, además de mostrarse ciertas disonancias con su pretendido perfil más transversal. Las tensiones en el seno de la coalición irán creciendo a medida que se acerque el ciclo electoral de 2023, al igual que lo harán dentro del espacio a la izquierda del PSOE.

Podemos se comenzó a articular hace ahora casi ocho años en torno al manifiesto 'Mover ficha'. Este fin de semana, la organización rubricaba el que es su segundo manifiesto, bajo el título 'Defender lo logrado, ir a por más'. Lo hacían como colofón a cuatro días de discusiones internas en la 'uni de otoño' de Podemos. Un "punto de inflexión", según lo calificaban fuentes de la dirección del partido para renovar su hoja de ruta y "rearmarse ideológicamente" de cara al horizonte electoral de 2023. Sin embargo, lo que subyace tanto en el manifiesto como en las intensas jornadas de debate es que el verdadero punto de inflexión lo marca el hito de los Presupuestos. La última gran ventana negociadora para Podemos dentro del Gobierno de coalición. Podemos cambia así el paso de la legislatura, cuando esta llega a su ecuador, o al menos el relato como socio minoritario, tratando de visibilizar sus distancias con los socialistas, señalar las limitaciones de cogobernar con ellos, marcar terreno y, en definitiva, engrasar la maquinaria electoral.

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