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La dimisión de la número dos de Montero vacía la candidatura andaluza de Podemos
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NOELIA VERA ABANDONA TODOS SUS CARGOS

La dimisión de la número dos de Montero vacía la candidatura andaluza de Podemos

La falta de liderazgos en la región provoca que los morados apuesten buena parte de sus posibilidades electorales al capital de IU

Foto: La ministra de Igualdad, Irene Montero (i), durante el acto de toma de posesión de la recién dimitida secretaria de Estado de Igualdad, Noelia Vera (d). (EFE)
La ministra de Igualdad, Irene Montero (i), durante el acto de toma de posesión de la recién dimitida secretaria de Estado de Igualdad, Noelia Vera (d). (EFE)

Unidas Podemos sigue sin tener un candidato claro en Andalucía y los potenciales nombres para integrar sus listas no hacen más que sumar tachones. A la fragmentación del espacio, primero con la salida de los errejonistas, constituidos como Más País Andalucía, y después por la ruptura con Adelante Andalucía, que lidera Teresa Rodríguez, se añade el rechazo del ministro de Consumo, Alberto Garzón, a encabezar la candidatura y ahora la dimisión de Noelia Vera. La que hasta este jueves era la secretaria de Estado de Igualdad y diputada en el Congreso como cabeza de lista por la circunscripción de Cádiz, ha dejado todos sus cargos institucionales y orgánicos.

Vera era uno de los principales valores de Podemos en Andalucía, un territorio donde se está haciendo patente la falta de cuadros y liderazgos. En la formación morada, la tenían activada para dar el paso ante un hipotético adelanto electoral, pero ya no podrá ser así después de que pusiese a disposición del partido sus cargos. La exportavoz de Podemos a nivel nacional y hasta la actualidad secretaria de Feminismos de la organización, tras ser elegida número tres del Consejo Ciudadano en la asamblea donde Ione Belarra tomó el liderazgo del partido en sustitución de Pablo Iglesias, ha dado un paso atrás irreversible.

Foto: La ya exsecretaria de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género Noelia Vera. (EFE)

En su entorno, argumentan motivos personales. "El cuerpo pide parar y eso ha decidido", explican, mientras que otras fuentes reconocen que estaba "quemada". "Ha sido una decisión personal y complicada, porque después de siete años en esta la que considero mi casa, no quiero defraudar a tantas compañeras/os que me dieron las responsabilidades que con honor he ostentado", argumentaba la propia Vera a través de su cuenta de Twitter cuando anunció su dimisión.

Sobre su futuro, ya totalmente al margen de la política, ha añadido que emprenderá otros caminos: "Creo, sin embargo, que en política lo más valioso es ser honesta y decir la verdad; y la verdad es que cuando el cuerpo avisa hay que saber parar, tomar aire y emprender otros caminos". Vera era diputada en el Congreso desde 2015, tras encabezar la lista de las elecciones por Cádiz, y entre 2017 y 2020 ejerció la portavocía de la ejecutiva del partido, primero de forma conjunta con Pablo Echenique y posteriormente en solitario hasta que se incorporó al Ministerio de Igualdad, como número dos de Irene Montero.

En las primarias de 2018 en Andalucía, la dirección nacional promovió una candidatura para competir contra el liderazgo de Teresa Rodríguez y se intentó convencer a Vera para dar el paso. La gaditana rechazó dar la batalla. La dirección no fue capaz de persuadirla para liderar esta lucha interna y hacerse con la secretaría general autonómica y, por ende, intentar posicionarse para ser la futura candidata a la presidencia de la Junta. Ante su rechazo, la lista la encabezó Isabel Franco, que fue derrotada por Teresa Rodríguez, quien revalidó su mandato con el respaldo del 75% de los militantes. Dos años después, la fratricida batalla en el seno de Adelante Andalucía acabó con la expulsión de Rodríguez, que se quedó con la marca de la que era representante legal. El liderazgo en Podemos Andalucía lo asumió la diputada en el Congreso Martina Velarde, una cara poco conocida y que todavía no ha conseguido la proyección pública buscada.

La falta de liderazgos hace que los morados apuesten buena parte de sus posibilidades electorales a Izquierda Unida

El vaciamiento de la organización y la falta de liderazgos hacen que los morados apuesten buena parte de sus posibilidades electorales al capital de Izquierda Unida, con mucha mayor implantación en el territorio gracias a su presencia en ayuntamientos. Sin embargo, tampoco podrán contar con el candidato en el que habían confiado sus posibilidades, el ministro de Consumo. Alberto Garzón descartó convertirse en el cartel electoral. Tras el 4-M y ante los crecientes rumores de un adelanto electoral, se intensificó la presión para que fuese el cabeza de lista a la Junta de Andalucía. Se reconocía que la opción de su coordinar federal, que en las pasadas generales fue cabeza de lista por Málaga, era la más apropiada, por no decir la única. "Si se produce un adelanto, no tenemos tiempo suficiente para construir un candidato competitivo", alertaban entonces fuentes cercanas a su coordinador en Andalucía, Toni Valero, para concluir: "Nos tenemos que llevar a Garzón".

El pasado mes de abril, Valero acudió a Madrid para tratar este escenario con Garzón. El secretario general del PCE y secretario de Estado para la Agenda 2030, Enrique Santiago, presionó en la misma dirección. Obtuvieron un no como respuesta. El propio ministro de Consumo visitó Andalucía en el mes de junio para acabar de enterrar esta posibilidad: "Yo no me veo", aclaró en el plató de 7TV, dejando claro que no entra en sus planes, ni políticos ni personales, dar ese paso.

Garzón aprovechó para hacer un llamamiento para dejar a un lado la "ansiedad" generada por el hecho de que Unidas Podemos en Andalucía no tenga un candidato "visible o elegido". Reclamó priorizar "los proyectos o los programas", subrayó que lo importante es que el partido tenga "solidez y pilares", que "prepare bien el terreno" tras "momentos muy difíciles en los últimos años". Habló de "reconectar", de "sintonizar con la ciudadanía andaluza" que "muchas veces no nos entiende", agregó, ya vendrá "después ponerle cara". Ahora, todas las miradas se dirigen al coordinador de Izquierda Unida en Andalucía, Toni Valero.

Foto: Pablo Iglesias, en la noche electoral del 4-M. (EFE)

Los problemas de Unidas Podemos en este territorio no paran de crecer y la marcha de Noelia Vera, aunque por motivos personales, no deja de ser otro síntoma añadido. Las elecciones andaluzas serán la primera prueba de fuego para medir los costes electorales de la división en un espacio que Yolanda Díaz quiere volver a cohesionar. Con Teresa Rodríguez no lo tendrá fácil. Un amor imposible por culpa de IU. En concreto, Enrique Santiago, responsable del Partido Comunista (PCE) y uno de los implicados en la operación para descabezar a Rodríguez, pero también uno de los secretarios de Estado con más influencia del Gobierno de coalición y persona de la total confianza de Díaz.

Unidas Podemos, además de absorber el importante capital político de IU en la comunidad, un partido con mucha fortaleza en las alcaldías y un arraigo importante en una parte del electorado, no tiene capacidad de tejer alianzas ni con Adelante Andalucía ni con Más País Andalucía. La 'operación arreglar lo del sur' acabó señalando a Rodríguez de tránsfuga y se la expulsó a un rincón del Parlamento regional.

Unidas Podemos sigue sin tener un candidato claro en Andalucía y los potenciales nombres para integrar sus listas no hacen más que sumar tachones. A la fragmentación del espacio, primero con la salida de los errejonistas, constituidos como Más País Andalucía, y después por la ruptura con Adelante Andalucía, que lidera Teresa Rodríguez, se añade el rechazo del ministro de Consumo, Alberto Garzón, a encabezar la candidatura y ahora la dimisión de Noelia Vera. La que hasta este jueves era la secretaria de Estado de Igualdad y diputada en el Congreso como cabeza de lista por la circunscripción de Cádiz, ha dejado todos sus cargos institucionales y orgánicos.

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