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El Congreso se resiste al voto presencial obligatorio pese a que un informe lo avala
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INFORME DEL 31 DE AGOSTO

El Congreso se resiste al voto presencial obligatorio pese a que un informe lo avala

La Secretaría General de la Cámara entregó a la Mesa, hace casi un mes, un documento sobre cómo ir recuperando la normalidad posterior a la pandemia. Defendió que los 350 diputados recuperaran el voto desde sus respectivos escaños

Foto: La portavoz de Coalición Canaria, Ana María Oramas (i), conversa con la presidenta del Congreso, Meritxell Batet (d). (EFE)
La portavoz de Coalición Canaria, Ana María Oramas (i), conversa con la presidenta del Congreso, Meritxell Batet (d). (EFE)

La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, quiere restaurar la normalidad, lo que quiera que sea la normalidad, cuanto antes, pero sin precipitarse. Antes de volver al periodo ordinario, encargó un informe a la Secretaría General de la Cámara para que le indicara, con fundamentos jurídicos y sanitarios, cómo hacerlo. Fechado el 31 de agosto, la Mesa lo analizó en la primera reunión que tuvo en septiembre. En él se planteaba la opción de que los 350 diputados voten juntos en las sesiones plenarias siempre y cuando lleven las mascarillas.

Foto: Vista general del Congreso durante el acto solemne por el Día de las Víctimas del Terrorismo. (EFE)

"Respecto a las sesiones plenarias, se podría plantear la posibilidad de, sin alterar el aforo durante el desarrollo de las mismas, y dadas su duración y la dificultad para garantizar en el salón de pleno la distancia interpersonal de seguridad, mantener el aforo máximo acordado del 50%, aceptando no obstante la presencialidad de los 350 diputados durante las votaciones, atendiendo a su menor duración". Es lo que consta en el documento de la Secretaría General del Congreso al que ha accedido El Confidencial. Los técnicos puntualizan acto seguido que, como las fases de votación no suelen alargarse más de 15 minutos, el riesgo de contagio se aminora, pues justo ese es el lapso de tiempo que se toma como referencia para evaluar los contactos de riesgo.

El Senado a una velocidad; el Congreso a otra

La pandemia ha alterado completamente la rutina parlamentaria. Es cierto que la situación ha cambiado bastante desde aquellos plenos de marzo, abril y mayo de 2020, cuando ni siquiera los periodistas podían acudir para cubrir los debates. Y qué debates, pues ni más ni menos que estaba en cuestión la duración del estado de alarma a través de sucesivas prórrogas. Poco a poco, conforme el Ministerio de Sanidad iba flexibilizando las restricciones, la actividad se fue recuperando.

placeholder La portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra. (EFE)
La portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra. (EFE)

Una de las medidas más importantes para controlar los contagios afectó al voto. El reglamento consagra la asistencia de los diputados tanto a los debates como a las votaciones. Si hay un momento importante para un representante de los ciudadanos, ese es cuando se decide qué leyes se tramitan o qué leyes se aprueban. Es pulsar un botón, a elegir entre el sí, el no y la abstención. La Mesa adoptó varios acuerdos para la generalización del voto telemático, ya regulado en una resolución de 2012 para casos de enfermedad o bajas por maternidad o paternidad. Asimismo, estableció límites de aforo en el hemiciclo. Actualmente es del 50%, pero la Junta de Portavoces ha optado desde este martes por elevar el umbral al 75%, lo que permitirá la asistencia de algo más de 260 diputados.

Aunque se ha ensanchado el margen de presencialidad en los debates, persiste en el Congreso la opción del voto telemático. Informan fuentes parlamentarias de que casi todos los grupos así lo quieren, debido a problemas de movilidad de sus integrantes desde sus circunscripciones. El PP fue el más tajante en la conveniencia de acabar con esa acotación. La situación de excepcionalidad ha remitido en el ámbito sanitario, no en vano la tasa de incidencia se encuentra en 62, y por tanto el Congreso ha de recuperar la cotidianeidad, ha declarado la portavoz de los populares, Cuca Gamarra. La idea que tiene Batet es analizar la presencialidad al 100% la próxima semana, y por tanto, que los 350 diputados puedan juntarse para pulsar uno de esos tres botones tan importantes.

Foto: Iolanda Pineda acude al pleno con su hijo, en 2012. (Efe)

Pase lo que pase, la casi vuelta a la normalidad en la Cámara Baja se producirá más tarde que en la Cámara Alta, el Senado. Los senadores estarán ya la semana próxima todos juntos, por supuesto con las mascarillas puestas. Y consecuentemente votarán en sus escaños.

El voto telemático y algunos problemas

Las Cortes Generales no pueden abstraerse de las normativas sanitarias estatal y madrileña, aunque disfrutan de una serie de particularidades. Como recuerda el informe del 31 de agosto, corresponde a los diputados la adopción de una serie de decisiones sobre el nivel de asistencia en esta época de superación de la pandemia. Dicho texto no solo plantea las condiciones para ir a los plenos, sino también a las comisiones y a las propias reuniones de la Mesa y de la Junta de Portavoces. En estas últimas se debe estar, pues ya no vale la videoconferencia.

Foto: Casado durante una sesión de control al Gobierno. (EFE)

En la reunión de la Junta de este pasado martes, los grupos hablaron sobre el porcentaje de asistencia y sobre la recuperación del voto en los escaños. Sobre lo primero, acuerdo. Sobre lo segundo, no, y eso que ha habido problemas y equívocos. Al abrirse el periodo de votación por medios telemáticos antes del fin de la sesión y de la votación presencial, se han dado situaciones confusas, entre ellas, la que trascendió con más fuerza, la que permitió salvar el decreto para la articulación de los fondos europeos. La abstención de Vox permitió que dicho precepto fuera convalidado. Si no llega a ser por los 52 diputados de la formación de Abascal, el varapalo al Gobierno de Pedro Sánchez, y ante los ojos de la UE, hubiera sido tremendo.

Ha habido empates sobrevenidos que obligaron a repetir la votación una semana después, como cuando sus señorías tuvieron que expresar su parecer sobre el texto de políticas económicas que confirió la Comisión para la Reconstrucción posterior a la pandemia. El documento salió airoso, pero de milagro, por unos pocos votos.

La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, quiere restaurar la normalidad, lo que quiera que sea la normalidad, cuanto antes, pero sin precipitarse. Antes de volver al periodo ordinario, encargó un informe a la Secretaría General de la Cámara para que le indicara, con fundamentos jurídicos y sanitarios, cómo hacerlo. Fechado el 31 de agosto, la Mesa lo analizó en la primera reunión que tuvo en septiembre. En él se planteaba la opción de que los 350 diputados voten juntos en las sesiones plenarias siempre y cuando lleven las mascarillas.

Ministerio de Sanidad
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