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El castillo invendible: por qué nadie compra la fortaleza de Maqueda según sus vecinos
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"EL CEMENTERIO DE HORMIGÓN"

El castillo invendible: por qué nadie compra la fortaleza de Maqueda según sus vecinos

Desde hace más de ocho años, el Estado intenta deshacerse de esta fortificación. Pese a bajar el precio un 50%, es incapaz de encontrar comprador. Y los vecinos tienen muy claro el motivo

Foto: El castillo de Maqueda. (Alejandro Martínez Vélez)
El castillo de Maqueda. (Alejandro Martínez Vélez)

“Si queréis saber por qué el castillo no se vende ni a tiros, tan solo tenéis que subir y verlo vosotros mismos”, dice Milagros, una vecina de Maqueda con una bolsa de ajos en la mano que charla alegremente con unas amigas a las puertas de una casita baja. “Pero tenéis que mirar por las rendijas de la puerta, porque lleva años cerrado”.

La pregunta que les ha lanzado este periodista no ha pillado a ninguna vecina por sorpresa: ¿por qué el Ministerio de Interior sigue sin vender este imponente castillo? Desde hace más de ocho años, el Estado intenta deshacerse de esta fortificación, situada en el kilómetro 74 de la carretera de Extremadura en el pueblo de Maqueda (Toledo). Aunque en 2013 se subastó por más de 9,5 millones de euros, en la actualidad sigue sin encontrar comprador, pese a que se ha reducido su precio más de un 50%.

Y los vecinos tienen muy claro el motivo: el “extraño” edificio que se construyó dentro para alojar el museo de la Guardia Civil que costó más de siete millones de euros, que nunca se inauguró y que ahora hace que el castillo sea invendible.

“Lo que hay ahí dentro es un cementerio de hormigón, ¿tú sabes todo lo que han metido ahí para construir eso?”, reitera Milagros, en referencia a la construcción interior que ocupa la mayoría de los 2.600 metros cuadrados de la edificación. “Es una pena, porque el castillo es muy bonito pero lo de dentro parece un búnker, es feísimo”, dice Amalia, otra vecina sentada en una silla a la sombra.

Un museo futurista en un castillo

A cinco minutos a pie, cruzando un arbolado parque infantil, se erige el castillo de Maqueda o de La Vela, una imponente construcción de finales del siglo X, con un foso y muros de 3,5 metros de espesor. En él se llegó a alojar Isabel La Católica y formó parte importante de la historia de España hasta el siglo XV, alojando a personajes de la importancia de Almanzor, Alfonso VI de Castilla, la Orden de Calatrava, Alfonso VIII o Juan II. Pero de testigo de batallas estratégicas clave en la Reconquista de España ha pasado a ser un dolor de cabeza para el Estado.

Porque a través de las rendijas de la única puerta por la que se puede acceder al castillo se observa el museo al que aluden los vecinos. Y, de un vistazo, uno entiende a qué se refería Milagros.

placeholder Andrés Congosto, alcalde de Maqueda. (A. M. V.)
Andrés Congosto, alcalde de Maqueda. (A. M. V.)

“Ha habido inversores interesados en comprar el castillo, pero cada vez que han venido a verlo y han visto lo que hay dentro, se han dado la vuelta porque… ¿qué van a hacer con eso? Es muy costoso derribarlo y volver a construir algo desde cero”, se lamenta Andrés Congosto, alcalde socialista de Maqueda, en su oficina del ayuntamiento. “Nadie en Madrid entiende que para los vecinos de Maqueda este castillo tiene un sentimiento y un valor histórico importantísimo”.

Si Maqueda tiene alma, esa está dentro del castillo. Cuando uno entra al Ayuntamiento del pueblo es difícil no preguntar por esta fortificación militar, cuyas fotografías cuelgan por todas las paredes. Por eso se entiende cierta tristeza en los ojos del alcalde del pueblo cuando implora que alguien, bien sea Emiliano García-Page, presidente de Castilla La Mancha, o Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, hagan algo para encontrar una solución al castillo que sirva como ‘electroshock’ para el pueblo, ahogado por la despoblación y la falta de oportunidades económicas.

“Si hubieran dejado vacío el castillo, sin nada construido, habrían acertado porque… ¡Lo habría comprado cualquiera! Tan solo tendría que hacer la obra que quiera”, explica Congosto. “Nos parece una aberración que hayan invertido más de siete millones de euros, metan esa ingente cantidad de hormigón y ahora lo dejen ahí en el olvido. ¡Que lo abran! Habría dado mucha vida al pueblo”.

placeholder El castillo de Maqueda, visto desde arriba. (Alamy)
El castillo de Maqueda, visto desde arriba. (Alamy)

En 2001, con José María Aznar al frente del Gobierno, la Guardia Civil decidió construir un archivo en el castillo de Maqueda, que había servido como cuartel de la policía. Tres años después, con la llegada del PSOE al poder, el nuevo Director General de la GC, Carlos Gómez Arruche, quiso trasladar el museo de la Benemérita al castillo. Pero tras la resaca de la burbuja inmobiliaria y con la crisis financiera, el Gobierno de Mariano Rajoy se puso a buscar dinero en todos los ministerios y dio la orden de poner a la venta el castillo y cancelar el museo. Pese a que estaba prácticamente terminado.

De la noche a la mañana, los vecinos de Maqueda se quedaron sin su museo. Un museo que habría traído empleos y turismo, suficiente para revitalizar la vida en este pueblo. Un museo que ahora, según apuntan todas las fuentes consultadas, es muy poco probable que alguien lo compre. Porque si en fotografías el contraste entre murallas milenarias y la construcción es chocante, en persona el efecto es aún mayor.

¿Por qué se construyó así el museo?

Una rápida búsqueda en Google Maps demuestra que los turistas que se acercan al castillo acaban muy decepcionados cuando echan una ojeada por las rendijas. “Fracaso inacabado y una destrucción total de la estética del castillo”, opinaba un usuario hace dos meses. “Muy tranquilo, bien conservada la muralla, por dentro hay una horrible construcción moderna”, decía otro. Y otro aún más tajante: “Una pena lo que han hecho con un pedazo de castillo. Destrozar así un monumento tendría que ser delito, a no ser que lo haga el Estado y entonces no pasa nada. Qué vergüenza”.

placeholder El museo moderno que se construyó dentro del castillo de Maqueda. (A. M. V.)
El museo moderno que se construyó dentro del castillo de Maqueda. (A. M. V.)

Pero, ¿por qué se construyó un edificio tan en disonancia con la arquitectura original del castillo?

“El problema con el castillo de Maqueda es que lo que han hecho allí podría estar en un castillo o un polígono industrial, no hay ninguna reflexión sobre el monumento”, comenta Fernando Cobos, vicepresidente del Comité Científico internacional sobre fortificaciones y patrimonio militar (ICOFORT).

En abril de 2021, ICOFORT publicó una carta en la que hacían un llamamiento para que todas las rehabilitaciones de fortalezas fueran compatibles con los elementos y las características de las fortificaciones y el patrimonio militar: “La elección entre técnicas "tradicionales" e "innovadoras" debe sopesar caso por caso y debe darse preferencia a aquellas que sean menos invasivas y más compatibles con los valores del patrimonio”.

Algo que, según Cobos, arquitecto y dueño del estudio de arquitectura con su propio nombre, no se ha hecho en este caso. “Cuando se actúa en un edificio histórico hay unas reglas. Eso no significa que haya que poner capiteles románicos falsos, porque imitar el original está prohibido y es una aberración. Pero otra muy distinta es arrasar con la estructura original del edificio. En el campo de la fortificación hay mucho desconocimiento”.

placeholder Paco, el hombre más longevo de Maqueda con 97 años, recuerda cuando jugaba de pequeño en el castillo antes de la Guerra Civil. (A. M. V.)
Paco, el hombre más longevo de Maqueda con 97 años, recuerda cuando jugaba de pequeño en el castillo antes de la Guerra Civil. (A. M. V.)

Sin embargo, el arquitecto Luis Arranz, el hombre que diseñó el edificio, rechaza los juicios asegurando que “siempre hay opiniones” de todo tipo. “A mí la Guardia Civil me encargó un edificio moderno para hacer un archivo y luego un museo, y ellos quedaron encantados. Yo siempre construyo en mi época”, afirma Arranz, conocido por sus obras de carácter brutalista. Respecto a que se pusieran fin a las obras de la noche a la mañana, lamenta que surgiera el desencanto y se cancelara la idea.

Preguntado por las críticas que aseguran que nadie compra el castillo por culpa del diseño, él insiste en que a él le pidieron hacer un edificio para archivos, no para un futuro parador o bloque de viviendas. “¿Tú crees que si ahora quisieran vender el edificio del Guggenheim en Bilbao para hacer apartamentos lo conseguirían?”.

“La intervención en el monumento se debe efectuar de manera que su recuperación no constituya una modificación de su esencia"

Sin embargo, expertos de otros ámbitos no están de acuerdo con estas aseveraciones. “La unión entre ambas arquitecturas es tremendamente discordante”, afirma Vanesa Regalado del Valle, historiadora del Arte. “No hablamos de fusión entre antiguo y moderno, que en muchos casos da resultados muy acertados, sino de encajar un enorme edificio en el patio de armas de un castillo y pegado casi de manera literal a los lienzos del recubrimiento exterior del mismo”.

Para Regalado del Valle, un aspecto fundamental en la intervención de cualquier monumento, al menos desde el punto de vista de la conservación patrimonial, es el respeto al mismo “con el fin de preservarlo para su transmisión a futuras generaciones”. “La intervención en el monumento se debe efectuar de manera que su recuperación no constituya una modificación de su esencia (desde un punto de vista multidisciplinar); es decir, es importante la restauración y perdurabilidad del bien en sí, pero también del conjunto en el que se integra y de la concepción del mismo”.

"Se va a ir al garete"

Mientras tanto, los vecinos atienden al inexorable deterioro del castillo. Un edificio de estas características depende de revisiones periódicas. Sin climatización, con temperaturas bajo cero en invierno y con más de cuarenta grados en verano, poco a poco el que iba a ser el museo de la Guardia Civil va empeorando. O, en palabras de uno de los protagonistas de esta historia que prefiere no ser citado, “se va al garete”. Pese a que conoció días mejores. Igual que el propio pueblo de Maqueda.

Quien mejor sabe de la historia del castillo en todo Maqueda probablemente sea Francisco, el ciudadano de Maqueda más longevo del municipio y que hace unos meses recibió una placa en manos del alcalde. “Cuando yo era pequeño no había nada, podíamos entrar y salir cuando quisiéramos, había ovejas”, explica con una voz aguda, apoyándose en su bastón. Tras la Guerra Civil, recuerda Paco, Maqueda empezó un lento declive de la despoblación y el pueblo “quedó desmantelado”, una analogía del camino que ha seguido 80 años después el propio castillo.

“Cuando yo era pequeño no había nada, podíamos entrar y salir cuando quisiéramos, había ovejas”

A la sombra, los vecinos de Maqueda comentan un reciente rumor. Un chino podría estar interesado en el castillo, afirma una de ellas. Eso se lleva diciendo años, pero es mentira, dice otra. De momento, nadie ha formalizado una oferta. Pese a que los usos compatibles que se le otorgan al inmueble son numerosos para ser un monumento histórico artístico ( Administrativo, Sanitario, Cultural, Ocio, Pequeña industria, Religioso, Unifamiliar y Plurifamiliar), es poco probable que alguien lo compre si no es para un museo que aproveche las actuales instalaciones.

“Cuando lo pusieron a la venta yo pensé: o lo vais bajando y bajando y casi lo regaláis o no lo vais a colocar”, dice Angosto. “No sabemos lo que va a pasar, pero nosotros no podemos quedárnoslo ni gratis porque un pueblo tan pequeño como el nuestro no tiene dinero para mantenerlo”.

placeholder Fotografías antiguas de Maqueda cuando había un cuartel de la Guardia Civil dentro del castillo de Maqueda. (A. M. V.)
Fotografías antiguas de Maqueda cuando había un cuartel de la Guardia Civil dentro del castillo de Maqueda. (A. M. V.)

“Esto tiene muy mal remedio, porque al precio de adquirir el terreno se añade el coste de recuperar y restaurar el castillo. Tirarlo todo abajo. Es un error grave”, dice Cobos. “Yo estoy seguro que mucha gente no lo aceptaría ni regalado. De hecho, creo que ahora te deberían darte dinero para que te quedaras con ello”.

Los propios vecinos de Maqueda solo han podido visitarlo en el siglo XXI en 2008, cuando se acuñó su sello de Correos y abrieron las puertas de la fortaleza para celebrarlo. Desde entonces, tan solo una de ellas, Amalia, ha visto cómo poco a poco se ha ido oxidando la escalera metálica cuando entró a limpiarlo hace ya más de 10 años. Milagros, por su parte, lo tiene claro: nadie va a comprar ese castillo con ese museo dentro. Y, pese a rondar los cincuenta años, se atreve a hacer una predicción: “Nosotras vamos a morir antes de que el castillo se vuelva a abrir al público”.

“Si queréis saber por qué el castillo no se vende ni a tiros, tan solo tenéis que subir y verlo vosotros mismos”, dice Milagros, una vecina de Maqueda con una bolsa de ajos en la mano que charla alegremente con unas amigas a las puertas de una casita baja. “Pero tenéis que mirar por las rendijas de la puerta, porque lleva años cerrado”.

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