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Génova se enroca en la tricefalia para Madrid y no moverá el congreso antes de primavera
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VEN DEBILIDAD EN LAS PRISAS DE AYUSO

Génova se enroca en la tricefalia para Madrid y no moverá el congreso antes de primavera

La dirección nacional aguanta el pulso de Sol y llegará hasta el final. No moverá el congreso, lo sitúa más cerca del verano y seguirá peleando por una tercera vía para presidir el PP madrileño

Foto: Isabel Díaz Ayuso, Pablo Casado y José Luis Martínez-Almeida. (EFE)
Isabel Díaz Ayuso, Pablo Casado y José Luis Martínez-Almeida. (EFE)
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El futuro del PP de Madrid está por escribir y Génova aplazará el debate todavía unos meses, a pesar de haber estallado la pugna con la Puerta del Sol. La operación entraña riesgos por la fortaleza indiscutible de Isabel Díaz Ayuso, pero la dirección nacional asume que no tiene otra opción que aceptar el envite. Aguanta el pulso y defenderá hasta el final la tricefalia para evitar la acumulación de poder. Frente a la teoría de que la normalización del partido pasa por que la presidenta de la comunidad también ocupe la presidencia del PP autonómico, la cúpula se inclina por el modelo que impulsó en su día José María Aznar: apartar las instituciones del control orgánico.

Es lo que desde el principio se bautizó como ‘tercera vía’, para que ni Ayuso ni José Luis Martínez-Almeida lideraran el PP madrileño. La presidenta autonómica se opone, apoyada por su núcleo duro, el consejo de gobierno y otros referentes del pasado con predicamento como Esperanza Aguirre. Por eso se lanzó a abrir el debate con la intención de forzar un adelanto. “No vamos a tocar los congresos”. La respuesta retumba en la zona noble de Génova 13, donde se han tomado los movimientos de la comunidad como un órdago al presidente nacional. También en Cibeles lo perciben así. Y advierten de que ya no hay marcha atrás.

Foto: La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz-Ayuso (c). (EFE)

La pelea continuará hasta el final. Mientras, diputados, alcaldes y dirigentes exigen una tregua —como mínimo— hasta la convención nacional, en la que Pablo Casado ha puesto todas sus esperanzas para relanzar la alternativa a Pedro Sánchez. En el partido, aseguran que los esfuerzos de meses se han ido por el sumidero en días y el colofón, con matices según las distintas versiones, ha sido la gira estadounidense de Ayuso que hace peligrar su presencia en el cónclave de Valencia.

Algunos dirigentes cuentan con que la tensión baje en los próximos días y miran el discurso que la propia Ayuso hizo este jueves con todos sus diputados, pidiendo aunar fuerzas para llevar a Casado a la Moncloa. No es que el contenido sea muy novedoso, pero que en mitad de la batalla lance ese mensaje sí es percibido en algunos sectores, también en Génova, como un gesto: “Tenía que recular”.

¿Prisas o miedo a desinflarse?

El malestar con Sol no viene solo por plantear un debate que en la dirección llevaban pidiendo mucho tiempo “que no se abriera”. Las prisas y la exigencia pública de que el congreso de Madrid se adelante son lo que no termina de cuadrar en el partido, entendiendo que si Ayuso cuenta con los apoyos, como ha manifestado, y siente la fuerza de que ganará, lo puede hacer también dentro de unos meses. “¿Cuál es la duda?”, se preguntan varios dirigentes, sospechando que el objetivo de Sol es aprovechar el tirón del 4-M y las réplicas posteriores para hacerse con el poder del PP de Madrid.

No hay dudas del protagonismo que ha adquirido la dirigente madrileña, convertida en azote de Pedro Sánchez y que cuenta incluso con proyección internacional por su gestión de la pandemia. Pero algunas voces de la formación alertan de que la política está en constante movimiento y que los picos de popularidad “no son eternos”. Dentro de unos meses, continúan, “las circunstancias pueden cambiar” en muchos sentidos.

El primero, que el ‘suflé ayusista’ se desinfle en cierto modo. Después de las elecciones de mayo, el PP vio un cambio de ciclo. Las encuestas empezaron a consolidar la tendencia y se demostró que la victoria de la madrileña aupó el partido en toda España. Los sondeos siguen favoreciendo a la formación, pero la reciente encuesta publicada en el nuevo Observatorio Electoral de este diario ya muestra unos niveles más normalizados en que los efectos del 4-M han perdido peso.

Foto: Isabel Díaz Ayuso, delante de José Luis Martínez-Almeida (i) y Pablo Casado (d). (EFE)

Además, la sombra del adelanto electoral en Andalucía (mira a la primavera) e incluso en Castilla y León (Alfonso Fernández Mañueco podría convocar comicios a partir de marzo, cuando la oposición ya puede volver a presentar una moción de censura) podría probar la fortaleza de otros barones territoriales, a los que las encuestas también acercan a la mayoría absoluta. Hay dirigentes que consideran que el liderazgo de Ayuso (hasta ahora solo equiparado con el de Núñez Feijóo en Galicia) quedaría entonces diluido.

Las dudas sobre la fuerza territorial dentro de la Comunidad de Madrid también están muy presentes. El éxito de mayo revivió el partido madrileño, muy tocado por los episodios del pasado. El referente de Ayuso se ha colado en la mayor parte de los ayuntamientos que, sin embargo, tampoco quieren enfrentamientos con Génova. Muchos alcaldes que apoyan la figura de la presidenta también creen que la tricefalia podría funcionar en este momento. A eso se suma el peso que también tienen Madrid ciudad y sus 21 distritos, sobre los que Almeida tiene ascendencia.

Foto: La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, el alcalde madrileño, José Luis Martínez-Almeida (c), y el secretario general del PP, Teodoro García Egea. (EFE)

Precisamente, el alcalde siempre ha sido un claro defensor de la ‘tercera vía’ y hasta el momento no se ha postulado a liderar el PP de Madrid. Ahora no descarta ningún escenario, repitiendo que la decisión la tomará cuando llegue el momento. Fueron Casado y también su secretario general, Teodoro García Egea, los que incluyeron a Almeida en la ecuación casi de un día para otro. Hablaban de “dos grandes liderazgos” igualando a los titulares de la comunidad y el ayuntamiento.

La mayoría de dirigentes consultados por este diario ven difícil que Almeida vaya a ir realmente a la confrontación y no se imaginan un cara a cara directo con la presidenta. “Un congreso con la lucha de ambos es inasumible. Eso no llegará”, asumen. Pero también reconocen que ha sido la manera de plantear “dudas” ante el órdago lanzado por Ayuso para que comprendiera no solo que no habrá congreso de alfombra roja, sino que la batalla y la negociación se prolongarán a lo largo de los meses.

El futuro del PP de Madrid está por escribir y Génova aplazará el debate todavía unos meses, a pesar de haber estallado la pugna con la Puerta del Sol. La operación entraña riesgos por la fortaleza indiscutible de Isabel Díaz Ayuso, pero la dirección nacional asume que no tiene otra opción que aceptar el envite. Aguanta el pulso y defenderá hasta el final la tricefalia para evitar la acumulación de poder. Frente a la teoría de que la normalización del partido pasa por que la presidenta de la comunidad también ocupe la presidencia del PP autonómico, la cúpula se inclina por el modelo que impulsó en su día José María Aznar: apartar las instituciones del control orgánico.

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