Adriana Lastra ocupa la trinchera de Ferraz con la consigna de afilar el discurso del PSOE

El PSOE se encamina a una profunda renovación de sus estructuras en el 40º congreso federal, que se celebrará los próximos 15, 16 y 17 de octubre, y en el diseño del nuevo partido se pretende reactivar la portavocía orgánica para seguir descargando más peso sobre Ferraz y ganar visibilidad. Un objetivo que coinciden en remarcar fuentes del partido y que ya anticipó Pedro Sánchez devolviendo a Ferraz los mandos de la sala de máquinas de Moncloa, que bajo la figura de Iván Redondo había acumulado competencias y peones hasta construirse como un contrapeso frente a la propia formación. De forma transitoria, Adriana Lastra asumía este papel tras la ejecutiva que se celebra los lunes en la sede de los socialistas y lo hacía desde la confrontación dura y directa contra el PP, dando cuenta de que se busca recuperar esta trinchera para defender la voz del PSOE y dar la batalla política.

Oficialmente, el portavoz de la ejecutiva es el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, pero apenas ha ejercido esta labor de forma circunstancial y en la práctica ha quedado en manos de otros dirigentes, principalmente el exsecretario de Organización José Luis Ábalos o la presidenta del partido, Cristina Narbona. Tras la remodelación del grupo parlamentario socialista, Lastra ha dejado la portavocía del Congreso de los Diputados para centrarse en sus tareas orgánicas. En Ferraz, todo el mundo da por hecho que continuará al frente de la vicesecretaría general, como número dos, pero están por definirse las funciones concretas que desempeñará y el foco que tendrá.

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Este mismo lunes, evitaba confirmar si seguiría ejerciendo el rol de portavoz oficiosa del partido, al menos hasta la celebración del 40º congreso de los socialistas. Lo que ha demostrado el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, es que busca consolidar un nuevo proyecto a medio y largo plazo dando entrada a caras nuevas e impulsando una renovación generacional en todas las estructuras de poder del partido.

"El PSOE tiene mucha cantera, y la mejor cantera que tiene es la municipalista, y es precisamente donde me he dirigido para hacer esa recuperación", aseguraba este domingo en una entrevista en 'El País', avanzando que Lastra se dedicará "100% al partido" como vicesecretaria general. En la misma línea, la propia afectada valoraba este lunes la ratificación de los cambios en la dirección del grupo socialista destacando que el partido "tiene un gran banquillo".

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La crisis de gobierno del pasado mes de julio, con la salida de pesos pesados como José Luis Ábalos o Carmen Calvo, junto a la incorporación de otras 'nuevas promesas' fogueadas en el partido como Félix Bolaños o José Manuel Albares, apunta en la misma dirección del relevo generacional y renovación profunda en el socialismo. Está por determinarse así quién asumirá el rol al frente de una portavocía de mayor peso.

A favor de Lastra juega su jerarquía en la organización y experiencia, si bien también ha acumulado desgaste en el Congreso y Sánchez está priorizando dar visibilidad a perfiles menos conocidos. La elección del diputado canario Héctor Gómez al frente de la portavocía de la Cámara Baja, en sustitución de esta, es buena muestra de ello. Se trata de "hacer una revolución" en el partido con un nuevo sanchismo ("socialdemocracia del siglo XXI", según la retórica de Ferraz) "para la próxima década".

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Hay banquillo y se quiere modernizar el PSOE, echando mano de perfiles con alta cualificación profesional y experiencia de gestión. "Se pasa a otra etapa y Pedro Sánchez busca caras nuevas y soltar amarras", describe una fuente del partido.

La recuperación de un mayor peso para Ferraz se suma a la promoción de nuevos perfiles con un claro componente electoral, enfocado a 2023. Al igual que Gómez en el Congreso, en la remodelación del Gobierno se incorporaron perfiles procedentes de la acción municipal. Estructuras territoriales en las que el sanchismo tiene un menor control orgánico, así como en varias de las autonomías, por lo que la renovación de las estructuras busca extender su presencia y tensionar la organización de cara al próximo ciclo electoral.

El sanchismo se recompone con el objetivo de ganar poder territorial en 2023 y llegar a la campaña electoral con la bandera de la recuperación económica y de la capacidad de gestión. La portavocía del partido es uno de los principales escaparates que está por determinar quién ocupará, pero se pretende reactivar para defender al PSOE en un contexto de retroceso en las encuestas y vender "una recuperación justa".