Investigan por “falta de rendimiento” a tres funcionarios por los vídeos hechos por presos

La Inspección Penitenciaria ha abierto expediente a tres funcionarios de la prisión lucense de Monterroso alegando “presunta falta de rendimiento” después de que un grupo de presos se grabara y difundiera vídeos mientras eran tatuados o ingerían un “cóctel” de fármacos, según han confirmado a El Confidencial fuentes de Instituciones Penitenciarias y se plasma en la comunicación entregada a los afectados.

El documento, del que ha informado 'El País', y al que también ha tenido acceso este periódico, es una resolución de la Subsecretaría del Interior fechada el pasado 30 de agosto en la que se acuerda “incoar expediente formal de corrección disciplinaria” una vez “vista la documentación recibida relativa a la presunta conducta irregular” de los tres funcionarios.

“Asignados para prestar servicio en los módulos C2 y C3 (...) el 8 de agosto en turno de mañana, no llevaron a cabo debidamente las tareas de observación y vigilancia”, recoge el escrito, que prosigue recordando que “varios internos residentes en dichos departamentos hicieron [durante ese tiempo] uso de un objeto prohibido como un teléfono móvil para grabar vídeos”.

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Estos, continúa, “recogen la realización de actividades prohibidas con elementos no permitidos, como una máquina de tatuar, sin que los citados funcionarios se percataran de ello”. “Dichos vídeos fueron subidos a redes sociales y publicados por medios de comunicación”, añade, antes de advertir a los trabajadores que este hecho “podría ser constitutivo de una falta grave” del artículo 7.1.i del Reglamento Disciplinario de la Administración del Estado.

Fuentes de Instituciones Penitenciarias, que han precisado que los funcionarios no han sido expedientados aún, aclaran que el comportamiento de éstos habría sido consecuencia de una presunta “falta de rendimiento”. Además, señalaron que este proceso tiene unos plazos en los que los investigados podrán presentar pruebas de descargo.

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La portavoz nacional de la plataforma Tu abandono me puede matar, Elena Getino, no ha ocultado su enfado por la medida adoptada porque “siempre intentan cortar por el eslabón más débil” cuando la administración desoye las peticiones de más personal y eliminar tareas burocráticas que limitan la labor de vigilancia.

Getino ha recordado que su plataforma ha denunciado en múltiples ocasiones el reparto de medicación acumulada que se está realizando en los recintos penitenciarios y que, según asegura, es el trasfondo de bastantes incidentes. Según ha explicado, en vez de darle a los reos la medicación correspondiente a cada día, se les proporciona una bolsita con varias dosis que deben administrar. “Como muchas de estas personas son toxicómanas, el primer día las ingieren todas o trapichean con ellas”, ha detallado, para añadir que, “cuando empiezan a padecer el síndrome de abstinencia, se producen las agresiones”.

Los funcionarios han criticado el reparto acumulado de medicación que se realiza

“Lo que tienen que hacer es explicar por qué hay dos funcionarios por cada 100 reclusos”, ha alertado la portavoz de la plataforma, que asegura que si el caso de Lugo “no hubiese salido en la prensa, lo habrían tapado y ni siquiera habrían abierto expediente a los compañeros”. “Pero tenían que aparentar”.

Sobre el desarrollo de esta medida disciplinaria, se ha mostrado convencida de que no tendrá mucho recorrido; entre otras cosas, porque “tendrán que revisar las tareas y el libro de servicios” para saber qué hicieron los tres funcionarios. “No se pueden exigir más trabajo burocrático con menos personal”.

Dos polémicos vídeos

La difusión de estas grabaciones supusieron un gran revuelo mediático e Instituciones Penitenciarias acabó amonestando a los siete presos que presuntamente participaron en los hechos y a los que también se les incautaron objetos prohibidos.

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En uno de sus grabaciones, en el que se ve un recluso usando una máquina de tatuar en la espalda de otro preso, el que capta las imágenes con un teléfono móvil apunta a otro interno que estaría afilando un objeto, también prohibido, mientras pone en cuestión que los funcionarios de la cárcel ejerzan las labores de vigilancia de forma adecuada.

"Dos módulos, uno con diez tíos y otro con otros diez, dos guardias, más la de la noche, cobrando mil y pico pavos, trabajan 48 horas seguidas y luego descansan el resto de la semana", cuenta el que porta el móvil. “Por aquí no hay ni Dios... La tele de mierda, los guardias ahí en la garita con el teléfono y la tele. Aquí el coleguita afilando ahí algo, y los colegas ahí tatuando para pasar el tiempo”, continúa, mientras que alguien dice por detrás: “Si queréis hacer un tatuaje, venid a Monterroso”.

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Al tiempo, el que sigue captando la escena, critica que en la cárcel, por ejemplo, no se forme a quienes quieran aprender a tatuar. “En vez de hacer un curso, les cogen la máquina, les meten un parte y para aislamiento. Esa es la puta reinserción social que hay. Que venga un monitor y enseñen a tatuar”.

En otras imágenes se puede observa a varios reclusos en una mesa con numerosas pastillas. Presumen de tenerlas y vacían el contenido de algunas en un vaso de plástico, en el que luego vierten el contenido de una lata que parece un refresco. “Cóctel molotov, esto es para que ustedes se lo gocen”, dice uno de ellos.