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La nueva vida de los jefes de Gürtel: estudios de Derecho y asesoría legal a otros presos
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La nueva vida de los jefes de Gürtel: estudios de Derecho y asesoría legal a otros presos

Crespo se apuntó a la universidad, Correa lidera una comisión de Ayuda Legal y el Bigotes presidió su módulo. Los jueces y la Fiscalía avalan sus primeros permisos de salida

Foto: (De izda. a dcha.) Álvaro Pérez Alonso, el Bigotes, responsable de la empresa Orange Market; Pablo Crespo, número dos de la trama Gürtel, y Francisco Correa, empresario y 'cabecilla'.
(De izda. a dcha.) Álvaro Pérez Alonso, el Bigotes, responsable de la empresa Orange Market; Pablo Crespo, número dos de la trama Gürtel, y Francisco Correa, empresario y 'cabecilla'.
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Francisco Correa y Pablo Crespo ingresaron en prisión en 2017 condenados por liderar la trama Gürtel. Cuatro años después, los cabecillas de una de las mayores redes de corrupción política llevan una nueva vida en la cárcel. Escriben textos de arrepentimiento, dan muestras de estar invadidos por la "vergüenza" o se ofrecen a colaborar con la Justicia. Han empezado a cursar estudios universitarios o se implican en el día a día de su módulo y ya empiezan a recibir sus primeros permisos penitenciarios de salida. Ni la Fiscalía ni los jueces ponen en duda su conversión.

"El penado remite sentimientos de vergüenza y culpa". Esta frase forma parte de un informe psicológico de Crespo. El que fuera secretario de organización del PP gallego se sometió a este estudio en junio y los profesionales determinaron que reconoce el delito y asume su responsabilidad en un tipo de delincuencia basada en el afán de lucro. "La actitud del penado supone, como se ha indicado, un cambio conductual y de valores que constituyen una modificación de su actitud ante el delito", concluían los profesionales.

No era la primera vez que Crespo se sometía a un estudio de sus sentimientos. Un mes antes, otro informe similar ponía de relieve una realidad que se repite mucho en este tipo de delincuencia de cuello blanco: "Manifiesta que estos delitos son consecuencia de un estilo de vida y valores implícitos en el mundo en que se desenvolvía, con baja percepción del riesgo y normalización de comportamientos delincuenciales en su entorno". Algo así como sentirse impune desde el poder que le otorgaban sus puestos de responsabilidad política.

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(EFE)

De hecho, este cabecilla de la trama se ha presentado voluntario para participar en el Programa de Intervención de Delitos Económicos. Se trata de un tratamiento, parecido a una rehabilitación, de once meses de duración que Prisiones puso en marcha desde este año. Está dirigido por psicólogos y uno de los aspectos que trabajan es el "narcisismo", el valor del dinero o incluso las falsas necesidades que genera la publicidad. El plato fuerte de este plan es que en su última fase contempla careos con víctimas de la corrupción económica.

El Bigotes, elegido por sus compañeros

Crespo se encuentra en la cárcel madrileña de Soto del Real, igual que otro de los condenados por Gürtel, el extesorero del PP, Luis Bárcenas. El expolítico gallego está en un módulo de respeto. Son áreas autogestionadas por los propios presos, cada mañana celebran una asamblea y se marcan pautas de comportamiento que se comprometen a cumplir. Otro de los condenados, Álvaro Pérez, El Bigotes, llegó a presidir una de estas asambleas tras ser elegido por sus propios compañeros en la cárcel de Valdemoro, según fuentes penitenciarias.

Crespo realiza actividades de limpieza y ha sido miembro de la Comisión de Mediación, según consta en su expediente. También ha sido jefe de grupo, encargado de la biblioteca y ha iniciado los estudios de Derecho en la UNED. En todo ese tiempo no ha tenido sanción alguna, lo que revela una buena adaptación a la normativa penitenciaria y se muestra dispuesto en todo momento para realizar cualquier tarea que se le encomiende. Como el Bigotes, también es una persona respetada y bien considerada por el resto de los internos y funcionarios.

Esta evolución le ha servido para que la Audiencia Nacional le concediera en julio su primer permiso de salida de tres días de duración. Los profesionales consideraron que todavía era pronto, tuvieron en cuenta sus causas pendientes. Sin embargo, tanto la Fiscalía como el juez de Vigilancia Penitencia le han dado el visto bueno. Las fuentes consultadas informan de que todavía no ha disfrutado de estos tres días fuera de Soto del Real.

Cumplen condena en 2031

Una vez se recibe la autorización, el preso puede elegir los días concretos que quiere salir. Durante la pandemia y por las restricciones para evitar brotes de covid en las prisiones, el ritmo se ha ralentizado. Todas las personas que estén en segundo grado y hayan cumplido un cuarto de su condena tienen derecho a pedir hasta 36 días de permiso fuera de la cárcel.

Crespo cumplió un cuarto de su pena el 8 de julio de 2018 debido a que se le tiene en cuenta el tiempo que pasó en prisión preventiva antes de ser condenado. El ecuador lo alcanzará el año que viene y, si no hay novedades, terminará en 2031. Respecto a sus causas pendientes, la Audiencia Nacional entiende que "no debe ser un impedimento para la obtención del permiso reclamado en tanto que el penado goza del principio de presunción de inocencia en las causas no sentenciadas".

Valora positivamente que muestra "una voluntad de asumir las consecuencias de la actividad delictiva" o que se haya ofrecido a pagar las indemnizaciones derivadas de sus delitos, algo de "especial relevancia", teniendo en cuenta que fue condenado por delincuencia económica. La Fiscalía concluye que en este punto, la actitud del penado "debe calificarse como positiva y proactiva".

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El excabecilla de la Gürtel ha prestado su consentimiento para que 1.845.858 euros que tiene en una cuenta en Suiza, en el Credit Suisse, sean repatriados para poder satisfacer sus deudas impuestas en la sentencia que le condenó en firme en octubre de 2020 por la Época 1 de la trama. Otra de las novedades en la situación personal de estos condenados es la figura de la colaboración.

La Fiscalía valora su colaboración

Lo destaca la Fiscalía en los escritos en los que avala que se les empiecen a dar beneficios penitenciarios. En el caso de Crespo, el ministerio público sostiene que "ha prestado una confesión muy extensa en las Diligencias Previas 275/2008 en la que asume su participación y describe la intervención de otros implicados". El juez de vigilancia penitenciaria admite desconocer los detalles y deja claro que "la jurisdicción no debe ni puede fomentar la delación". Pero sí lo considera un plus a la hora de valorar su evolución en la cárcel.

"Quiero transmitir mi arrepentimiento por estos hechos y delitos que me han llevado ya a cumplir ocho años de prisión. Después de este período no puedo sino pedir públicamente perdón por ello, y significar que estas actuaciones solo pueden conducir a una persona a prisión", dijo el considerado jefe de la trama, el empresario Francisco Correa. "En un momento dado de mi vida tuve acceso a formas de ganar dinero ilícita y fácilmente, cuando debí abstenerme de tales prácticas", añadió en un escrito firmado en marzo.

Correa dice que este arrepentimiento parte de una "profunda reflexión" y que al principio se autoconvencía pensando que todos lo hacían, pero con el tiempo llegó a asumir que otros se abstuvieron. De este exjefe de Gürtel llama la atención una de sus ocupaciones en prisión, donde se ha convertido en una especie de asesor legal para otros presos: "Desde el mes de octubre de 2020 se ha hecho cargo de la Comisión de Ayuda Legal que trata de ayudar al resto de privados de libertad a hacer recursos, a comprender los diferentes autos y resoluciones…", dice su expediente.

Otro de los que puso sus conocimientos al servicio de otros presos para hacer recursos internos es el extesorero del PP, Luis Bárcenas. En su caso, ya ha disfrutado de varios permisos ordinarios de salida, que aprovecha para irse fuera de Madrid o a la montaña. En la cárcel de Soto del Real, se sometió también a un estudio psicológico. Determinó que "asume la responsabilidad delictiva, aunque no la cuantía de la condena que considera desproporcionada".

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A Correa, esta labor de asesor legal le ha permitido ir entrando poco a poco en la dinámica del módulo de respeto en el que también se encuentra él, en la cárcel de Valdemoro, igual que El Bigotes. El cabecilla de la Gürtel cumplió un cuarto de su condena en abril de 2018 y en julio de este año, como Crespo, también recibió la autorización para salir tres días de la cárcel con permiso ordinario. Todavía no lo ha disfrutado. Ha contado con el visto bueno de la Audiencia Nacional y la Fiscalía, aunque los profesionales de la cárcel también lo consideraron prematuro. No termina de cumplir su pena hasta dentro de diez años.

La Junta de Tratamiento de la prisión afirmó que Correa no da garantías de hacer un uso correcto del permiso. Según el juez, es "un concepto estereotipado que no se fundamenta ni motiva". Tiene en cuenta a su favor "una serie de importantes cambios que determinan una positiva evolución". Se refiere a que Correa también se ha comprometido a pagar la responsabilidad civil. Ha consentido la repatriación de la totalidad de los fondos bloqueados en Suiza, 20.702,642 euros, según informe del Ministerio Público.

Ha colaborado con la justicia en los últimos juicios y la Fiscalía destacó que en la sentencia que le condenó en noviembre de 2020, los jueces consideraron "procedente extender la atenuante analógica de confesión a la vista de su confesión espontánea durante la declaración".

Francisco Correa y Pablo Crespo ingresaron en prisión en 2017 condenados por liderar la trama Gürtel. Cuatro años después, los cabecillas de una de las mayores redes de corrupción política llevan una nueva vida en la cárcel. Escriben textos de arrepentimiento, dan muestras de estar invadidos por la "vergüenza" o se ofrecen a colaborar con la Justicia. Han empezado a cursar estudios universitarios o se implican en el día a día de su módulo y ya empiezan a recibir sus primeros permisos penitenciarios de salida. Ni la Fiscalía ni los jueces ponen en duda su conversión.

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