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El Congreso descarta la comparecencia urgente de Sánchez y pone el foco en Albares
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GESTIÓN DEL REPLIEGUE EN AFGANISTÁN

El Congreso descarta la comparecencia urgente de Sánchez y pone el foco en Albares

La mayoría de los grupos, tanto aliados del Gobierno como oposición, dan por hecho que el presidente no acudirá a la Cámara; se baraja la comparecencia a petición propia de Albares

Foto: El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, promete su cargo en presencia del Rey y del presidente del Gobierno. (EFE)
El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, promete su cargo en presencia del Rey y del presidente del Gobierno. (EFE)
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El Congreso de los Diputados volverá a vivir un debate el miércoles que viene gracias a la Diputación Permanente. Hasta 16 peticiones de comparecencia dirimirá, entre ellas la que exige al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que enumere cada paso de su gestión en la crisis de Afganistán. Aunque la mayoría de los grupos ven pertinente y necesario el relato del Ejecutivo, descartan que sea el líder socialista el que cargue con ello. Las miradas están puestas en el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. Las previsiones de las fuentes parlamentarias consultadas por El Confidencial apuntan a una comparecencia suya la semana que viene en la Comisión.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE)

El verano se acaba para los diputados, muchos de los cuales desembarcarán en Madrid a lo largo de este martes para dar los últimos retoques a las intervenciones que hagan en la Diputación Permanente, el órgano parlamentario que gobierna el Congreso durante los periodos extraordinarios y el tiempo que va desde la convocatoria de las elecciones hasta la constitución de las Cortes, un mes después de los comicios, más o menos.

A pesar de que es un pleno a pequeña escala (la forman representaciones de los grupos parlamentarios, hasta 68 vocales), la Diputación suele albergar debates apasionados. En una de sus sesiones, hace dos años, la presidenta, Meritxell Batet, expulsó a la diputada de Vox Macarena Olona. También es un órgano que apenas toma decisiones porque su labor, y más en verano, es sustituir al pleno. Los grupos evitan entonces pactos de relevancia y movimientos contundentes. A veces se producen sorpresas: en una Diputación Permanente del verano de 2019 la mayoría aprobó que la entonces vicepresidenta, Carmen Calvo, fuera al hemiciclo a explicar la gestión del Gobierno en el rescate del barco solidario Open Arms.

Cada última semana de agosto, la Diputación se reúne para debatir las iniciativas que se han ido registrando desde que se cerró la actividad ordinaria, a finales de junio. Suelen ser peticiones de comparecencia de los miembros del Gobierno y puntualmente convalidaciones o derogaciones de decretos leyes, si es que se acaba el plazo para ello. La Diputación Permanente del miércoles es de cajón: se van a debatir 16 solicitudes de comparecencia y todo apunta a que decaerán todas menos una.

Las peticiones, todas, las ha presentado el PP en solitario, lo que tiene una explicación: es el único grupo, a excepción del PSOE, que tiene más de 70 escaños, el mínimo que permite el reglamento para movilizar dichas propuestas. También pueden hacerlo dos grupos juntos, pero no se ha dado el caso. Los populares, con ello, se arrogan el mérito de ser el partido que lleve la batuta de los debates. Será el que canalice la oposición al Gobierno de Pedro Sánchez. Su problema es que no parece que salga adelante ninguna medida. Menos una.

Y ni siquiera, porque el Gobierno y el PSOE, con el apoyo de su socio, Unidas Podemos, seguramente desplegarán la maniobra común en los debates de la Diputación Permanente plagados de peticiones de comparecencias. Cuando observa que hay una que puede perder, anuncia que el ministro afectado ha registrado una solicitud 'motu proprio' y que una mayoría está de acuerdo en que se celebre. Cuatro fuentes parlamentarias han señalado a El Confidencial que en estos momentos la opción más plausible es que el titular de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, plantee acudir a la Comisión de su ámbito para explicar la gestión de las evacuaciones de Afganistán. Las dos formaciones de la coalición, así como los aliados parlamentarios habituales, ven bien esta posibilidad y ya trabajan en confrontar con él.

placeholder José Manuel Albares junto a José Luis Escrivá en Torrejón.
José Manuel Albares junto a José Luis Escrivá en Torrejón.

Lo que no está aún definido es cuándo. Si el jefe de la diplomacia española acude al Congreso el próximo lunes o el martes, días 30 y 31, será una sesión extraordinaria, dado el carácter de urgencia. Una de las fuentes consultadas reconoce que casi seguro tendrá lugar la semana que viene, pero no aventura si antes o después del último día de agosto.

Con esta acción, el Gobierno evita, además, que sea Pedro Sánchez el que tenga que dar la cara en un pleno extraordinario, es decir, ya mismo. A decir verdad, que el presidente fuera el que soportara la responsabilidad de la comparecencia nunca fue una hipótesis excesivamente viable. Los grupos del PP y de Cs han sido los más firmes defensores de que así fuera, pero entre los socios de la coalición y entre los aliados del Congreso el entusiasmo no era ni es ni mucho menos compartido. Sí que varios grupos del bloque de izquierdas querían, quieren, que el Ejecutivo dé explicaciones cuanto antes. Consideran fuentes de este sector que la situación en Afganistán es lo suficientemente grave como para que alguien enumere y relate cada paso de la gestión. Además, según destacan las fuentes, parece que la tensión alrededor del aeropuerto de Kabul, en vez de amainar, irá en aumento. La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha admitido que el riesgo de atentado es "real".

Foto: Pedro Sánchez junto a la presidenta de la CE, Ursula Von der Leyen. (Reuters)

Ahora bien, inferir que los grupos quieren que sea Sánchez el que dé la cara en el hemiciclo no se ajusta a la realidad. La mayoría, es decir, el bloque de los partidos que apoyan y suelen apoyar al Gobierno, ve lógico que sea el ministro de Exteriores. Tampoco es partidaria esta mayoría de hacer un pleno extraordinario, es decir, antes de que acabe agosto, ya que "es muy probable que la discusión gire entonces a cuestiones que nada tienen que ver con Afganistán". PP, Vox y Cs plantearían una oposición más dura, y más dura sería entonces la defensa de los grupos que sujetan la coalición. Practicar dicha confrontación en una comisión sectorial delimita el debate.

La ronda de contactos de Félix Bolaños

Es cierto que la mayoría de los portavoces estaban de vacaciones cuando el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, les llamó por teléfono para actualizar la información de la que disponía sobre las evacuaciones y la acogida de los colaboradores afganos del servicio diplomático y de las Fuerzas Armadas, cuatro días después de que empezara la crisis. Quizá porque estaban en descanso estival, la intensidad de las críticas no ha sido demasiado elevada. Sin embargo, estaban molestos, incluso los que mayor interlocución tienen con el PSOE. Había varios portavoces que hasta que telefoneó Bolaños el jueves no habían hablado una sola palabra con nadie del Ejecutivo.

Únicamente Albares había tenido contacto con los diputados, en su caso con los portavoces de la Comisión de Asuntos Exteriores. Les contó la planificación hecha para iniciar las repatriaciones y salidas del país. España, el lunes pasado, no había enviado todavía ningún avión. Una semana después, ya son cinco los vuelos que ha operado el Ministerio de Defensa. Las conversaciones de hace siete días no resultaron muy satisfactorias.

Bolaños aportó más información, sobre todo respecto a lo que estaba llamado a ser el gran hito de la gestión del Gobierno: el centro de acogida levantado en tiempo récord en la base de Torrejón. Según fuentes conocedoras de las conversaciones, el ministro de Presidencia, quien acababa de asumir la coordinación del grupo interministerial creado por Sánchez la víspera, dedicó más tiempo a los detalles de la organización de esta "ciudad" que a las propias evacuaciones, sobre las que ya entonces dijo que se podían complicar por la alta tensión que se respiraba en los aledaños del aeropuerto de Kabul. Siempre de acuerdo con la versión de estas fuentes, las conversaciones también versaron sobre qué haría el Gobierno para explicar al Parlamento esa misma gestión que estaba pormenorizando en privado.

Los portavoces de la mayoría de los grupos no quieren que un ministro les informe sobre algo que ya saben. Lo que quieren es debatir. Y quieren posicionar a sus partidos. La evolución última de los acontecimientos ha descolocado a los dos partidos con más ganas de sacar a relucir los agujeros de la gestión de la crisis afgana, empezando por el periodo vacacional de Sánchez en La Mareta y su lentitud en tomar las riendas. PP y Cs llevaban días reclamando la comparecencia del presidente y, por extensión, denunciando su desidia o su táctico silencio. Pero la irrupción del jefe del Ejecutivo fue tan taxativa, de la mano de las máximas autoridades de la Comisión y del Consejo europeos, que ambos partidos han bajado los decibelios. La conversación con Joe Biden fue otro giro imprevisto y, en consecuencia, otro revés inesperado para la oposición del centroderecha.

Foto: Pedro Sánchez en la reunión para coordinar las repatriaciones de Afganistán. (EFE) Opinión
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El ministro no concretó quién sería el encargado de dar las explicaciones oportunas. Sí dijo que el Gobierno confrontaría con los grupos, y que no sería muy tarde. También remarcó que salvo que él mismo desee, Pedro Sánchez no será el compareciente. "Lo suyo es que Albares vaya al Congreso y explique la gestión", apunta una fuente. Otra añade a Margarita Robles como la ministra que ha de asistir.

Ensalada de peticiones

La sesión de la Diputación Permanente del miércoles que viene será larga. Comenzará a las 11 horas y puede que acabe de noche. El PP ha pedido dos comparecencias de Sánchez ante el pleno, por el estado de alarma declarado inconstitucional parcialmente y por las evacuaciones de Afganistán. Las 14 restantes se dirigen a varios ministros como consecuencia de polémicas muy variadas y ante sus comisiones correspondientes. Bolaños en la Comisión Constitucional también por el estado de alarma, Reyes Maroto y José Manuel Albares por la gira por Estados Unidos de Sánchez, María Jesús Montero por Plus Ultra, Isabel Rodríguez y Raquel Sánchez por Cataluña, Teresa Ribera por la opa a Naturgy y por el precio de la luz, Carolina Darias por la vacunación y por los MIR en Cataluña, Pilar Llop por los sefardíes...

Pocos ministros quedan fuera del ataque del PP. En el grupo popular, sin embargo, saben que cuentan con pocas opciones de que prospere alguna. Aun y así, tratarán de debilitar al Gobierno en el choque con el PSOE.

Será un debate apasionado. Pueril seguramente, pero apasionado.

El Congreso de los Diputados volverá a vivir un debate el miércoles que viene gracias a la Diputación Permanente. Hasta 16 peticiones de comparecencia dirimirá, entre ellas la que exige al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que enumere cada paso de su gestión en la crisis de Afganistán. Aunque la mayoría de los grupos ven pertinente y necesario el relato del Ejecutivo, descartan que sea el líder socialista el que cargue con ello. Las miradas están puestas en el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. Las previsiones de las fuentes parlamentarias consultadas por El Confidencial apuntan a una comparecencia suya la semana que viene en la Comisión.

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