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El silencio del Gobierno irrita a la oposición y el malestar se extiende al Congreso y a Batet
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PRESIÓN A SÁNCHEZ POR AFGANISTÁN

El silencio del Gobierno irrita a la oposición y el malestar se extiende al Congreso y a Batet

El PP y Cs apuestan por celebrar cuanto antes un pleno en que se debata el plan de repatriaciones en Afganistán; que sea en agosto depende de que la presidenta del Congreso convoque la Diputación Permanente, previsiblemente el día 25

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE)
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La diferencia entre lo ordinario y lo extraordinario en el Congreso es esencialmente una cuestión temporal. En época veraniega, los periodos ordinarios se reanudan cada 1 de septiembre; los extraordinarios duran, por tanto, hasta el 31 de agosto. Si un grupo, caso del PP, pide ahora un pleno extraordinario sobre Afganistán y que comparezca en él el presidente del Gobierno, está pidiendo que se celebre la semana que viene. Que se haga ya. Con urgencia.

Para ello, es necesaria la convocatoria de la Diputación Permanente, el órgano que gobierna el Congreso cuando cesa la actividad. Es una potestad de la presidenta de la Cámara, la diputada socialista Meritxell Batet. Como la fecha no se conoce aún, el lío político se está empezando a montar, pues cuanto más la demore, menos opciones para ese pleno extraordinario que desea el PP. Para ese pleno urgente.

Porque el Partido Popular lo que quiere ante todo es aumentar la presión sobre el Ejecutivo y sobre el presidente por la evacuación de Kabul de los ciudadanos españoles y de los afganos que trabajaron para la embajada y para las Fuerzas Armadas, por regla general, traductores e intérpretes. El silencio de Pedro Sánchez, y en realidad de todos los ministros (excepción de algunas vaguedades de Fernando Grande-Marlaska y de Nadia Calviño), ha irritado a los populares, ya que, intuyen fuentes de la dirección del partido consultadas por El Confidencial, el plan de repatriación se ha hecho tarde y mal. La situación es tan tensa en la capital afgana y el estado de permanencia de la delegación diplomática en el aeropuerto tan precario, que el PP ve lagunas por todos lados.

No entienden, siempre según la versión de fuentes populares, por qué el embajador lleva días en el aeropuerto de Kabul junto a 17 integrantes del GEO de la Policía Nacional. Aunque se encuentre en la zona militarizada, y por extensión en la más segura, los riesgos persisten, y recurren entonces a las imágenes de tiroteos en la periferia del aeródromo, cuyas vías de acceso controlan los talibanes. Tampoco comprenden la ronda telefónica de Albares con los portavoces de la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, durante la que el énfasis lo puso en la rapidez de la evacuación, "a pesar de que ha quedado claro que no ha sido así", indican. Y sobre todo lamentan que Sánchez no haya hecho una llamada a Pablo Casado. "No ha existido el contacto", señalan fuentes del entorno del líder del PP.

Foto: Ciudadanos afganos cruzan el muro del aeropuerto de Hamid Karzai, en Kabul. (EFE)

El Partido Popular quiere, por tanto, que el presidente del Gobierno explique en qué han estado trabajando los ministerios de Exteriores y de Defensa desde que se supo que los talibanes se harían con el control del país y de la capital, y que lo explique cuanto antes. Si no es él quien dé la cara, que sea al menos uno de los ministros concernidos. Todas las miradas se detienen entonces en José Manuel Albares, del que no comprenden su mutismo, a pesar de la obligada discreción en que han de mantenerse determinados flecos del operativo.

El papel de la presidenta del Congreso

La discusión se producirá en la Diputación Permanente cuando Meritxell Batet decida, lo que previsiblemente hará este jueves o el viernes, puntualizan fuentes de su entorno. La elección de la fecha no es baladí en este juego de cálculo político. Concurren tantos asuntos urgentes, y no solo Afganistán, sino además la crisis con los menores migrantes en Ceuta y la persistencia de una factura de la luz carísima, que es perentorio el debate parlamentario, argumentan en la oposición. Ocurre siempre en estas tesituras que unos partidos meten prisa y otros, los que sostienen el Ejecutivo, prefieren ir más despacio. Fuentes parlamentarias apuntan a El Confidencial que la fecha para acoger la Diputación Permanente será el 25 de agosto. De prosperar la exigencia de que haya pleno extraordinario, los días 30 y 31 ganarían enteros.

Foto: Ciudadanos españoles residentes en Afganistán y afganos suben a un avión militar como parte de su evacuación. (Reuters)

Para entonces, es probable que el Gobierno haya controlado la crisis de Afganistán, al menos así lo anticipan por el momento los acontecimientos. A partir de este mismo jueves, llegarán los ciudadanos españoles que residían aún en Kabul y los primeros trabajadores locales junto a sus cónyuges, descendientes, ascendientes en situación de dependencia y hermanas solteras, pues son los criterios determinados en el listado hecho por Exteriores. Cuando la Diputación Permanente tenga lugar y, por extensión, el debate político, quizá (ojalá) los instantes más angustiosos se hayan difuminado. De ahí las prisas del PP. De ahí que duden de Batet y de sus planes con los tiempos y los plazos.

En Ciudadanos, también ven primordial que haya un pleno extraordinario, o al menos la comparecencia de un miembro del Gobierno. Fuentes de la dirección naranja son conscientes de que ni PSOE ni Unidas Podemos van a facilitar ese pleno, así que la expectativa se deposita en las formaciones parlamentarias aliadas, en especial ERC y PNV. En el primer grupo, la intención, por ahora, es apoyar que haya explicaciones cuanto antes, incluso en un pleno, aunque sin precisar el carácter extraordinario del mismo. En el segundo, han eludido un pronunciamiento. Otros partidos más pequeños han dejado claro su malestar por el desarrollo de los hechos y, sobre todo, por el sigilo del Gobierno y la falta de transparencia. Fuentes de algunos de estos grupos indican que no han recibido ni siquiera una llamada del ministro.

Foto: Foto distribuida por Moncloa del presidente reunido telemáticamente con Robles y Albares.

A estas diferencias se aferra el PP para pensar que es factible el pleno extraordinario. "Que demuestren si están enfadados con el Gobierno o si su disconformidad con la gestión es puro postureo", asegura a El Confidencial una fuente de la dirección. Abunda el realismo, sin embargo, en el llamado bloque de la investidura de Sánchez: "Con que haya una comisión y el ministro Albares acuda, es suficiente", apostilla un diputado de un partido con canal de interlocución frecuente con el PSOE. Justo este es el escenario más viable: dar vía libre a la comparecencia del ministro de Asuntos Exteriores en la comisión de su ámbito. Ahora bien, como avisa otro parlamentario alineado en dicho sector: "Si se complica el plan, no descartamos elevar la presión al Gobierno y respaldar que haya un pleno y sea el presidente el que comparezca".

Tanto en el PSOE como en Unidas Podemos encuentran hinchado el posicionamiento de la oposición. Desconfían de la voluntad del PP por un pleno antes de que termine el mes de agosto, ya que, indican fuentes de la formación morada, la intención seguro que tiene más que ver con atacar a Sánchez por los flancos abiertos que con discutir vías de solución a la dominación talibana o a la afluencia de refugiados afganos.

Un precedente con Carmen Calvo

Hace dos años, se produjo una situación similar a la que persigue ahora la oposición. La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, convocó una Diputación Permanente el 27 de agosto, y durante la sesión se debatieron un sinfín de peticiones de comparecencia. Una cuestión tenía encendidos los ánimos, sobre todo los de Unidas Podemos (entonces llamado Unidos Podemos): la gestión del rescate del barco Open Arms tras recoger a migrantes en el Mediterráneo. El partido que lideraba Pablo Iglesias se quejó tanto de la gestión hecha que unió sus votos a los del PP, Cs, ERC, PNV y Grupo Mixto y logró la celebración de un pleno extraordinario. Batet lo puso 48 horas después.

Foto: Foto: EFE.

Se registraron numerosas solicitudes de comparecencia de dirigentes variados, de Sánchez a la propia Calvo. Los grupos a favor encontraron en la que apuntaba a la entonces vicepresidenta la mayoría necesaria, así que juntaron las fuerzas de sus vocales en la Diputación Permanente y propiciaron la celebración de un pleno en agosto. La diputada socialista acudió y se enfrentó a casi todos los grupos. Fue una derrota política del Gobierno, en ese momento débil por la ausencia de alianzas.

Era una época incierta, porque PSOE y Unidas Podemos habían roto las negociaciones sobre un futuro Gobierno de coalición. El plazo para evitar la repetición electoral avanzaba sin que se atisbara un elemento que presagiara el acuerdo, como así sucedió. Aquí hallaron los morados una venganza contra el PSOE, que se quedó solo en la defensa de celebrar una comisión acerca del Open Arms.

La diferencia entre lo ordinario y lo extraordinario en el Congreso es esencialmente una cuestión temporal. En época veraniega, los periodos ordinarios se reanudan cada 1 de septiembre; los extraordinarios duran, por tanto, hasta el 31 de agosto. Si un grupo, caso del PP, pide ahora un pleno extraordinario sobre Afganistán y que comparezca en él el presidente del Gobierno, está pidiendo que se celebre la semana que viene. Que se haga ya. Con urgencia.

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