Las administraciones se conjuran para evitar una crisis de refugiados como la de Siria
Comunidades y ayuntamientos se han ofrecido para acoger a quienes salgan de Afganistán, y en algunos casos incluso ya se están preparando instalaciones. El precedente sirio ha servido de escarmiento, por ahora
Mientras el caos se adueña de Afganistán, ya bajo dominio talibán, y los países occidentales intentan evacuar a sus nacionales, comienza a vislumbrarse un nuevo frente: qué respuesta dar ante la más que probable llegada de refugiados procedentes del país de Asia central, especialmente mujeres y niñas. El antecedente más inmediato a esta crisis es el de Siria, cuando España acogió solo al 16% de los ciudadanos que le correspondían. Ahora, propios y ajenos presionan al Gobierno para que no se repitan los errores de entonces y se ofrezca una solución urgente y eficaz. El Gobierno de Pedro Sánchez se ha ofrecido incluso a ser la puerta de entrada a la Unión Europea mediante la instalación de un centro temporal, tal y como informó este martes el alto representante Josep Borrell.
Toca aprender la lección. La europarlamentaria de Unidas Podemos Sira Rego ha exigido que se actúe “de inmediato” y, en referencia a los errores cometidos en el caso sirio, ha pedido que se elimine la obligatoriedad del visado para los afganos que soliciten entrar en el espacio Schengen. Rego coincide aquí con lo que planteó en su día la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), entidad que defendió que eliminar ese requisito lograría que pudieran llegar a España "sin tener que arriesgar sus vidas". La dirigente morada también ha sugerido paralizar deportaciones al país y habilitar un corredor humanitario “que permita a demandantes de asilo afganas ser trasladadas a la UE para recibir protección internacional”.
Rego no es la única líder de un partido miembro del Gobierno que se ha posicionado públicamente. La presidenta de Baleares, la socialista Francina Armengol, ha afirmado que “hay que proteger a los refugiados y la vida de quien trata de huir del fundamentalismo y la barbarie talibana en Afganistán”. “Es una crisis humanitaria y la comunidad internacional debe responder con humanidad”, ha asegurado. Además, la secretaria de Organización de Podemos, Lilith Vestrynge, ha apuntado a la “responsabilidad directa” de Occidente en el conflicto afgano para justificar su petición de acogida de migrantes. En una entrevista en RNE, Vestrynge ha defendido que “es el momento de reorientar la política exterior de la Unión Europea”.
Las peticiones de asilo no se harán esperar. De momento, según adelantó El Confidencial, el Gobierno calcula que hasta 88 traductores del país podrían solicitarlo, por sus servicios a las tropas españolas durante las misiones efectuadas a lo largo de los últimos 20 años.
Siria como antecedente
Esta crisis humanitaria recuerda, en gran parte, a la que se vivió con Siria. Aquel conflicto dejó medio millón de muertos, cinco millones de refugiados y más de seis millones de desplazados internos. Entonces, Europa se vio desbordada por su intención de acoger migrantes, lo que se convirtió en un problema político. Finalmente, ni siquiera se dio respuesta a la mayoría de peticiones de asilo.
Desde CEAR, lamentan que “se incumplieron los compromisos” humanitarios del Ejecutivo español —entonces liderado por Mariano Rajoy— durante la llamada ‘crisis de refugiados’: solo 2.792 personas fueron acogidas en España, de las 17.337 que exigía Bruselas. Un “clamoroso incumplimiento”, según este organismo, que no llegó a tener ninguna consecuencia legal porque el resto de la Unión tampoco fue coherente con sus promesas: el 65% de los refugiados que iban a ser reubicados nunca llegó a pisar suelo europeo.
Por aquel entonces, Pedro Sánchez —aún líder de la oposición— acusaba a Rajoy de “abandonar a su suerte” a estas personas y aseguraba que, si él gobernase, haría de España “un país de acogida”. Afirmó en el Congreso de los Diputados que, si fuese presidente, convertiría el país en un referente internacional “con estructuras políticas, jurídicas y administrativas de acogida" y "con una voluntad decidida de promover en los organismos internacionales y en la UE una política eficaz" para resolver estos conflictos humanitarios. Aseguró que había que "concertar las políticas de reubicación y reasentamiento con las comunidades autónomas y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), distribuyendo proporcionadamente a las responsabilidades asumidas los fondos europeos para estos fines”.
Esa coordinación con las autonomías fue también bastante caótica por el poco entendimiento del Gobierno (de signo conservador) con las CCAA lideradas por fuerzas progresistas, como la valenciana o la catalana. Ximo Puig criticó a Rajoy por su "política cínica" y su "bloqueo insolidario", mientras que la consejera de la Generalitat Dolors Bassa lamentó que todo eran "complicaciones por parte del Estado".
El problema tenía muchas patas. Solo entre 2015 y 2016 llegaron a Europa más de dos millones de personas procedentes de Siria, y la UE colapsó intentando gestionarlo. Además, la negativa de muchos países a colaborar complicó profundamente la crisis. Los gobiernos de Hungría, Polonia, República Checa o Eslovaquia llegaron incluso a cerrar sus fronteras, mientras que otros, como el español, se enfrentaron a la UE porque pretendían acoger a menos personas de las que solicitaba el Ejecutivo comunitario.
La colaboración de Alemania, Grecia y Francia apaciguó ligeramente el caos, pero no fue suficiente. Según datos de Acnur, el 88% de los refugiados sirios vive hoy bajo el umbral de la pobreza, mientras el mundo mira para otro lado. Las ayudas de las Naciones Unidas son limitadas, y muchos menores que tuvieron que huir de la guerra trabajan desde la infancia para ayudar a la economía familiar, y más de la mitad no han recibido educación básica. Una crisis profunda y todavía sin resolver que recuerda demasiado a la que acaba de estallar en Afganistán.
Las autonomías ofrecen ayuda
Aceptar a refugiados en España no sería una competencia exclusiva del Gobierno, sino que implicaría la colaboración de las comunidades y ayuntamientos. En 2015, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, sugirió crear una red de ciudades para acoger a quienes venían de Siria e Irak, que recibió el apoyo de Madrid, Oviedo, A Coruña, Málaga o Alicante, entre otros.
Colau esta vez no se ha pronunciado, pero sí su teniente de alcaldía, Jaume Collboni. El socialista ha defendido que Barcelona “está lista para acoger a refugiados que huyen del fundamentalismo en Afganistán, especialmente mujeres y niñas”, y ha hecho un llamamiento “a todas las administraciones para que abran canales seguros”.
También se ha posicionado en esta línea la vicealcaldesa madrileña Begoña Villacís, que ha ofrecido 25 plazas (que podrían aumentar hasta 100) del centro de acogida temporal de emergencia Las Caracolas para acoger a mujeres afganas que huyan de su país, según recoge EFE. “Estamos mirando con mucha preocupación lo que está ocurriendo en Afganistán, el avance de los talibanes y el retroceso de los derechos. Creo que las ciudades tenemos que ser sensibles a esta realidad y como mujer no me quiero imaginar el terror que están viviendo muchas mujeres que viven en Afganistán ahora mismo”, ha afirmado.
La presidenta de Cs, Inés Arrimadas, ha defendido que "se necesitan evacuaciones inmediatas y agilizar los trámites humanitarios para salvar vidas", y uno de sus eurodiputados, Luis Garicano, ha pedido que se establezca de forma "urgente" un plan "para acoger en España, junto con la UE, a las mujeres y niñas afganas que huyen de los talibanes".
Según recoge Europa Press, los Gobiernos de Navarra y la Comunidad de Madrid también han ofrecido su ayuda. Así se lo ha trasladado la presidenta María Chivite por carta a Pedro Sánchez, así como el consejero de Transportes, que ha aclarado que la capital tiene una "disposición leal", que responderá "a lo que el Gobierno solicite" Mónica García, portavoz de Más Madrid, cree que España tiene "una deuda con las mujeres afganas", y ha pedido a la Presidenta que colabore: "Nuestra región es solidaria y es en estos momentos cuando se demuestra. Solicitamos a Isabel Díaz Ayuso que ponga todos los recursos disponibles para acoger a los refugiados y refugiadas afganas que huyen de la miseria y el horror". "Necesitamos abrir las puertas a quienes huyen de Afganistán. La comunidad internacional debe a velar por el cumplimiento de los derechos humanos", ha insistido.
Otro líder político que ha ofrecido su colaboración es el presidente catalán, Pere Aragonès: “Nos ponemos a disposición de la comunidad internacional para asumir nuestro compromiso humanitario. Cataluña será siempre tierra de acogida y de libertades”, ha escrito en sus redes sociales. Su homólogo aragonés, Javier Lambán, ha anunciado que se ha puesto en contacto con la Moncloa "para ofrecer su colaboración en la acogida de refugiados empezando por las mujeres, las principales víctimas de la barbarie talibán".
A ellos se han sumado en las últimas horas los presidentes de Cantabria, Canarias, País Vasco, Castilla-La Mancha y Castilla y León, así como el Ayuntamiento de Valencia, ofreciendo su ayuda al Gobierno y su colaboración para coordinar la posible llegada de refugiados, priorizando a las mujeres y niñas afganas, por la violencia y el peligro al que se ven expuestas con los talibanes en el poder.
Además, la Fundación Madrina, a través de un programa para la repoblación de la España vaciada, se ha ofrecido para realojar y acoger a las familias afganas con menores y que trabajaron para el ejército español, ante la “pasividad” del Gobierno. De acuerdo con una información de EP, entre esas familias estarían las de los traductores que colaboraron con las tropas, y podrían ser recibidas en entornos rurales de Castilla y León, Castilla-La Mancha, Aragón o Andalucía. “Acoger, realojar e integrar a estas familias por parte del pueblo español es de justicia, especialmente para proteger los menores que traen”, ha explicado la entidad.
El Congreso arrincona a Sánchez
Las presiones sobre el Ejecutivo crecen también por parte de sus socios parlamentarios. Íñigo Errejón se preguntaba este lunes retóricamente en Twitter “cuántos refugiados va a acoger España y cuándo piensa anunciarlo este Gobierno”, a la vez que compartía un vídeo en el que se observaba a la gente correr hacia el aeropuerto de Kabul para escapar del país. Más País registraba además en el Congreso una pregunta sobre cuál es el plan de Sánchez para el acogimiento de aquellos que huyan del país y qué medidas específicas plantean para proteger a las mujeres afganas.
Desde la oposición, Pablo Casado ha exigido una comparecencia del presidente en el Congreso para explicar el “repliegue” en Afganistán, mientras que Edmundo Bal (Cs) ha exigido la evacuación "inmediata" de “los españoles y colaboradores que corren peligro en Afganistán”. Vox, por su parte, ha solicitado la comparecencia de los ministros de Exteriores, José Manuel Albares, y de Defensa, Margarita Robles.
Mientras el caos se adueña de Afganistán, ya bajo dominio talibán, y los países occidentales intentan evacuar a sus nacionales, comienza a vislumbrarse un nuevo frente: qué respuesta dar ante la más que probable llegada de refugiados procedentes del país de Asia central, especialmente mujeres y niñas. El antecedente más inmediato a esta crisis es el de Siria, cuando España acogió solo al 16% de los ciudadanos que le correspondían. Ahora, propios y ajenos presionan al Gobierno para que no se repitan los errores de entonces y se ofrezca una solución urgente y eficaz. El Gobierno de Pedro Sánchez se ha ofrecido incluso a ser la puerta de entrada a la Unión Europea mediante la instalación de un centro temporal, tal y como informó este martes el alto representante Josep Borrell.
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