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El corazón del Pirineo aragonés agoniza: sin plan para salvar el esquí entre el ruido de los JJOO
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Sin un plan de futuro

El corazón del Pirineo aragonés agoniza: sin plan para salvar el esquí entre el ruido de los JJOO

Candanchú cierra por falta de ayudas y de un plan para paliar las consecuencias de la pandemia. Mientras, el Gobierno regional se postula para los Juegos de Invierno de 2030

Foto: Formigal. (EFE)
Formigal. (EFE)

El motor económico que supone el esquí para Aragón languidece por la pandemia. A las exigentes restricciones, a la falta de ayudas por parte del Gobierno regional y al futuro incierto por la crisis sanitaria, se han sumado dos noticias que nadie esperaba. Y que han asestado la puntilla a un sector que vive y pervive gracias a la nieve. La no apertura de la sociedad mixta Aramón durante la temporada pasada por el covid y el reciente anuncio del cierre de la decana estación de Candanchú, que dejan la comunidad sumida en un alud de dudas sobre el futuro de esta actividad.

En esta situación crítica, las asociaciones y empresarios afectados claman por un plan integral para salvar el esquí. Un plan para los próximos 30 años, como se planteó en 2014 y que aspiraba a que Aragón fuera un enclave tan potente como Andorra o los Alpes. Entre tanto, la agonía del deporte en la comunidad contrasta con el proyecto incipiente y millonario entre la región y Cataluña para albergar unos Juegos Olímpicos de Invierno en 2030. No obstante, las diferencias políticas comienzan a empañar la iniciativa.

Un cierre inesperado

El cierre de la estación de Candanchú sorprendió a todo el valle del Aragón. A través de un comunicado oficial, la sociedad propietaria de la estación, Ibernieve, achacaba las causas a las pérdidas millonarias que hacen insostenible cualquier proyecto a medio plazo. A ello sumaba la falta de un plan de ayudas económicas al sector tras las restricciones sanitarias que han limitado su actividad.

Tras conocerse el cierre de la decana estación, el Gobierno aragonés aseguró que mantendría una conversación fluida y constante para lograr un acuerdo lo antes posible. El presidente, Javier Lambán, explicó que el objetivo era alcanzar un pacto con Ibercaja Banco, la sociedad Ibernieve y la Diputación de Huesca. Sin embargo, no hay ningún anuncio concreto ni plan para aliviar la incertidumbre del sector. Fuentes del Ejecutivo reconocen a El Confidencial que se prevén inversiones millonarias a medio y largo plazo en los principales valles pirenaicos para equipamientos como el de Candanchú, aunque siempre condicionadas a los fondos europeos.

Por el momento, el Gobierno de Lambán solo ha despejado una certeza. La sociedad mixta Aramón (en que participan el Ejecutivo e Ibercaja y que tiene en propiedad Formigal y Panticosa, entre otras) no comprará la estación de Candanchú por no ser viable económicamente. Las cuentas de la entidad, que gestiona el mayor número de kilómetros esquiables del país, han acumulado unas pérdidas de más de 20 millones solo en el año de la pandemia.

Foto: Estación de esquí de Formigal (Huesca).

Varios empresarios del valle del Aragón en conversación con este diario, y que prefieren guardar el anonimato, insisten en que desde el inicio "Ibernieve compró la estación de Candanchú ya en concurso de acreedores y que no lo ha tenido fácil por las promesas incumplidas de los sucesivos gobiernos autonómicos, que prometieron inversiones junto a un proyecto de futuro ambicioso". A día de hoy, todo pasa por el corto plazo y las urgencias económicas. Los sindicatos alertan del desastre económico que supone el cierre de Candanchú y la falta de apoyo del Ejecutivo regional: más de 4.000 empleos perdidos y el efecto multiplicador que provocará la despoblación de la zona.

Los alcaldes de los principales municipios afectados (Aisa, Canfranc, Villanúa, Borau, Castiello de Jaca y Jaca) están moviendo cielo y tierra para lograr una solución que permita que Candanchú abra esta temporada. El alcalde de Villanúa y presidente de la Asociación Turística del Valle del Aragón, Luis Terren, afirma a este diario que la solución tiene que gestarse entre todos. “Especialmente, las fórmulas para la apertura deben de ponerlas encima de la mesa el Gobierno y la empresa Ibernieve”. Y que las decisiones se tomen rápido, “porque en septiembre se debería empezar a trabajar en la estación para llegar a tiempo para la temporada”, remarca.

Sin un plan de futuro

La idea de convertir el Pirineo aragonés en un referente del esquí internacional surgió en 2013. La Asociación Turística del Valle del Aragón presentó un plan avalado por la consultora Ecosign para unir las estaciones de Astún y Candanchú (en el valle del Aragón) con Formigal (valle de Tena). E incluso con un posible enlace con la histórica estación de Canfranc como enclave turístico. Los dos valles se volcaron en este plan por su potencial económico. El estudio promovió una declaración de Interés General de Aragón (PIGA) para continuar con una tramitación administrativa que nunca prosperó.

El cierre de Candanchú ha despertado el interés por resucitar el proyecto ideado en 2013. Fuentes cercanas a Ibernieve reconocen a El Confidencial que la situación de la estación va mucho más allá de la pandemia: "La viabilidad futura depende de un proyecto global como comunidad y con garantías de inversiones para tener un dominio esquiable internacional. ¿Quién invierte cuando no hay un plan de futuro?".

placeholder Un hotel en Candanchú.
Un hotel en Candanchú.

Desde las empresas y los sindicatos, se reclama lo mismo: una estrategia de futuro. En un comunicado conjunto, CCOO y UGT han pedido a los propietarios de Candanchú y a todos los agentes sociales implicados, incluido el Gobierno de Aragón, un proyecto de largo recorrido. “Es necesario un plan con el que poder mantener las poblaciones de la zona. Nos sentimos orgullosos de que el esquí sea el principal motor económico”, explican. Entre las compañías, la inquietud es máxima. Un grupo de afectados ya ha puesto en marcha una recogida de firmas en change.org para exigir un proyecto que facilite la unión de estaciones y la creación de un gran complejo para la práctica del deporte.

“Los valles del Aragón y Tena podrían tener un gran dominio esquiable que les permitiera competir con los Alpes o Andorra en atractivo deportivo y turístico”, señalan fuentes del sector a El Confidencial. Las mismas voces ponen el ejemplo de Andorra: “En los últimos 20 años, ha unido sus pistas y se reconoce mundialmente. Se han volcado en la nieve cuando cayó el negocio financiero y el 'shopping' para captar gran parte del mercado inglés y francés que iba a los Alpes. Y Andorra ahora es el país de la nieve”.

El ruido de los JJOO

En el horizonte del año 2030 se ha estado fraguando en los últimos meses una candidatura conjunta a los Juegos Olímpicos de Invierno (JJOO) entre Aragón y Cataluña. Un compromiso anunciado y que ahora está en cuarentena. El intento de la Generalitat de apropiarse del protagonismo de la iniciativa al presentar por su cuenta su propuesta sin contar con la región vecina e incluso con el nombre de Pirineos-Barcelona provocó la ruptura por la parte aragonesa. Desde el Gobierno de Lambán insisten en que debe haber un consenso “en pie de igualdad”.

En declaraciones a El Confidencial hace pocos días, Lambán criticó que “el acuerdo de la Generalitat supone un ataque en toda regla a la candidatura española de los Juegos Olímpicos de Invierno 2030”. No obstante, el empeño que mantiene el Gobierno de Aragón por la celebración de unas Olimpiadas no se ha terminado de entender en el territorio por la agonía que, precisamente, sufre el sector del esquí.

Foto: En pistas y remontes coinciden gafas de sol y de ventisca (Foto: Aramón Formigal)

Las mismas fuentes del sector reconocen la importancia de impulsar unos Juegos Olímpicos de Invierno entre las dos comunidades. Sin embargo, entienden que no es el momento oportuno cuando “el valle del Aragón está en una situación delicada. No se debería pensar tanto en hacer infraestructuras olímpicas, que igual no vuelven a servir nunca más, como en invertir en las estaciones y los valles”.

El motor económico que supone el esquí para Aragón languidece por la pandemia. A las exigentes restricciones, a la falta de ayudas por parte del Gobierno regional y al futuro incierto por la crisis sanitaria, se han sumado dos noticias que nadie esperaba. Y que han asestado la puntilla a un sector que vive y pervive gracias a la nieve. La no apertura de la sociedad mixta Aramón durante la temporada pasada por el covid y el reciente anuncio del cierre de la decana estación de Candanchú, que dejan la comunidad sumida en un alud de dudas sobre el futuro de esta actividad.

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