La atención de las conductas suicidas comenzará desde el alta en Urgencias
El plan en el que está trabajando el Ministerio de Sanidad sobre salud mental aboga por promover procesos asistenciales a las personas con riesgo suicida desde Urgencias
El suicidio es uno de los problemas de salud pública más graves en todo el mundo. “Cada muerte es una tragedia”, aseguraba Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), durante la presentación del informe ‘Suicide Worldwide in 2019’ el pasado mes de junio. En los últimos años, el suicidio ha superado en cifras a otras causas de muerte como el cáncer de mama o el VIH y ha puesto sobre la mesa la necesidad de desarrollar los recursos necesarios para poder prevenir estas muertes desde que un paciente llega a Urgencias.
“Prestar atención al suicidio es incluso más importante ahora, después de muchos meses inmersos en la pandemia y cuando muchos de los factores de riesgo del suicidio —pérdida de empleo, apuros económicos y aislamiento social— siguen estando muy presentes”, añadía el líder de la OMS. La salud mental ha caído a su nivel más bajo este último año en todos los grupos de edad, de acuerdo con los datos del último informe de Eurofound. En Europa, en el año 2015, se atribuyeron a suicidio las muertes de más de 56.000 personas, con predominio en hombres (43.000 varones y 13.000 mujeres). Sin embargo, detrás de cada adulto que ha perdido la vida por esta causa hay varios que lo han intentado.
La pandemia ha agravado esta situación y afecta directamente a aquellas personas que se encuentran en situaciones vulnerables. En los últimos años, diversas organizaciones han insistido en la necesidad de apostar por una atención a la salud mental “accesible, adecuada y asequible”. En este contexto, el Ministerio de Sanidad ha comenzado junto a las comunidades autónomas una estrategia nacional para mejorar la atención de la salud mental de la población.
Este plan, al que ha tenido acceso El Confidencial, apuesta principalmente por la detección temprana de este tipo de conductas. Los intentos de suicidio representan una urgencia psiquiátrica frecuente. La estrategia que Sanidad presentará previsiblemente el próximo otoño insta a garantizar que el informe elaborado por los servicios de Urgencias llegue al médico de atención primaria, con las debidas garantías de confidencialidad, para asegurar la continuidad de los cuidados necesarios de la persona afectada.
La importancia de sensibilizar sobre el suicidio y priorizar su prevención son dos de las líneas en que está trabajando el Ministerio de Sanidad
La importancia de sensibilizar en torno al suicidio y la necesidad de priorizar su prevención son dos de las principales líneas en que está trabajando el Ministerio de Sanidad. La proporción de suicidios relacionados con enfermedades mentales se sitúa entre el 80% y el 90%, por lo que su prevención es esencial. En la actualidad, la muerte por suicidio es uno de los grandes retos a los que se enfrentan los sistemas de atención temprana, sobre todo en la época adolescente, en que diversas investigaciones insisten en la necesidad de “programar intervenciones comunitarias y sanitarias de prevención”.
Así, además de sensibilizar, concienciar y mejorar la información sobre los suicidios para detectar estas conductas de manera precoz, desde Sanidad apuestan por dotar a los profesionales de herramientas que posibiliten la identificación de posibles pensamientos suicidas y la valoración de los factores de riesgo asociados a ellos.
Desde que comenzó la pandemia, un 6,4% de los españoles acudió al psicólogo o al psiquiatra por algún problema, sobre todo trastornos depresivos o de ansiedad, y al 5,8% de la población se le prescribieron psicofármacos, como ansiolíticos, antidepresivos y reguladores del sueño. Estos datos fueron publicados el pasado mes de febrero por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Sin embargo, detrás del consumo de ansiolíticos hay otra realidad: el aumento de problemas relacionados con la salud mental.
En este contexto, una psicóloga madrileña especializada en violencia de género critica la falta de servicios especializados en psicología en los hospitales públicos. Madrid, por ejemplo, cuenta con un equipo de psicólogos clínicos especialmente preparados para atender situaciones traumáticas; pero en el servicio de Urgencias hospitalarias, trastornos como un episodio de ansiedad suelen ser tratados por el equipo de Psiquiatría, al igual que las conductas suicidas.
“Cuando una persona acude al hospital con una conducta suicida, lo primero que se hace es ingresarle en el área de Psiquiatría hasta que básicamente, en algunos sitios, les instan a decir que no lo van a volver a hacer. En el momento que eso ocurre y tras un seguimiento, les mandan para casa con una cita en Salud Mental que puede ser en una fecha cercana o no”, relata un psicólogo clínico a este periódico. En este sentido, considera que la medida de Sanidad sería útil si desde atención primaria hubiera profesionales preparados para hacer frente a esta situación. “Los médicos de cabecera no tienen suficiente formación para hacer frente a estas situaciones, sino que lo que hacen es paliar las alteraciones médicas que pueda tener la persona”, ha asegurado. “Evidentemente, es mejor esa atención que nada, pero sería mejor si el paciente recibiera atención por un especialista”, añade, mientras insta a “tener más psicólogos en atención primaria, lo que se traduce en más recursos”. “No vale solo con llamar a la puerta de una persona ante este tipo de situaciones, sino que hay que hacerlo de la manera adecuada”, concluye.
En este tipo de situaciones, es necesario crear un ambiente de confianza y una buena relación entre paciente y especialista, antes de llegar a tener un episodio suicida. “En los últimos años, he vivido un periplo increíble. Creo que cada vez que iba a consulta tenía un psiquiatra diferente y, en consecuencia, un diagnóstico distinto. En mitad de este proceso, pedí atención psicológica específica para complementar mi tratamiento y desde el departamento de Psiquiatría decidieron no hacerlo. Finalmente, tuve que buscar solución a mi tratamiento en una clínica privada”, ha asegurado un usuario del sistema a El Confidencial.
“En vez de escucharme, que es lo que necesitaba en ese momento, su solución fue recetarme más pastillas”, asegura otra usuaria del sistema de atención primaria, que finalmente también recurrió a la sanidad privada para hacer frente al problema que estaba sufriendo en ese momento. “La segunda vez que fui a pedir ayuda psicológica a mi médico de cabecera, me dijo que no y me recetó directamente bromazepam”, ha señalado. La formación de los familiares, asegura otro especialista, es esencial para poder derivar a una persona con este tipo de tendencias a los servicios adecuados. "Cuando una persona intenta varias veces quitarse la vida, no es una llamada de atención, sino que lo que hace es ir perfeccionando el método de muerte. Es necesario interrumpir el proceso de aprendizaje de conductas suicidas desde el entorno más cercano", explica.
Tejido social para combatir el suicidio
El plan elaborado por Sanidad también aboga por promover la formación continuada para el adecuado diagnóstico y abordaje de la conducta suicida y registrar los casos de tentativas de suicidio que contribuyan a la mejora de su vigilancia. El hecho de hacer un seguimiento tras el alta en Urgencias también incluye el “implantar un código” en las historias clínicas que respete la confidencialidad del paciente, así como intervenir en los colectivos más vulnerables según sus necesidades más específicas. "Lo primero que se podría hacer para evitar este tipo de conductas es que deje de ser un tabú, es decir, asumir que es una realidad que existe y meter educación en prevención de suicidio", subraya el psicólogo mencionado previamente.
La OMS considera que “las estrategias de prevención del suicidio requieren un fortalecimiento de la vigilancia y el seguimiento de los suicidios y los intentos de suicidio”. En 1969, este organismo puso sobre la mesa la necesidad de implementar varias medidas para prevenir los suicidios. Más de medio siglo después, en España han comenzado a trabajar en una estrategia nacional que tenga en cuenta la atención primaria. Si bien es cierto que ya existen distintas medidas autonómicas, como las presentes en Asturias, Andalucía o Cataluña, por el momento no existe un plan nacional que haga frente a este problema. No obstante, desde la sociedad civil sí que han surgido en los últimos años distintas iniciativas que intentan paliar este fenómeno, como es el caso del Teléfono de la Esperanza (717 00 37 17), hasta que el plan de la cartera que dirige Darias deje de ser un proyecto para ser una realidad.
El suicidio es uno de los problemas de salud pública más graves en todo el mundo. “Cada muerte es una tragedia”, aseguraba Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), durante la presentación del informe ‘Suicide Worldwide in 2019’ el pasado mes de junio. En los últimos años, el suicidio ha superado en cifras a otras causas de muerte como el cáncer de mama o el VIH y ha puesto sobre la mesa la necesidad de desarrollar los recursos necesarios para poder prevenir estas muertes desde que un paciente llega a Urgencias.