Test de estrés de Sánchez a su equipo: la mitad de los ministros están en la cuerda floja

No hay declaraciones, iniciativas o reacciones de los miembros del Gobierno que durante las últimas semanas se hayan escapado de ser interpretadas en el marco de la remodelación del Gobierno que se ha dado a conocer este sábado. Será el presidente Pedro Sánchez quien dará a conocer a las 14:00 horas la conformación definitiva de su equipo, pero poco a poco ya se van conociendo algunos de los nombres que abandonarán el Ejecutivo. También algunas de las nuevas caras que entrarán en él.

Entre los posibles sustituidos se encuentra casi la mitad del Gobierno, ministros sobre los que se ha especulado por diferentes razones. La crisis se prevé amplia, tras dos remodelaciones obligadas por las salidas de ministros, y con cambios en departamentos clave. Sin embargo, no habrá cambios en la dirección de Podemos, que previamente reconocían el temor a que se produzca una reducción de carteras y que Sánchez busque con ello restarles peso en la coalición. Una amenaza ante la que ya avanzaban que se plantarían y exigirían renegociar todo el acuerdo de Gobierno, tanto cuota como ministerios y competencias.

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Iván Gil Infografía: Rocío Márquez

Estas son las fortalezas y debilidades de los 22 miembros del Consejo de Ministros, divididos en dos bloques, según sean más o menos susceptibles de ser sustituidos:

Los más susceptibles de recambio

Ya se ha confirmado la salida de la vicepresidenta primera y ministra de la Presidencia, que ha perdido todos los pulsos que ha librado con el Ministerio de Igualdad. Batallas que han ahondado en la división dentro del movimiento feminista y también del propio PSOE, principalmente la relacionada con la ley trans. Irene Montero logró hace unos días sacar adelante el anteproyecto en los términos que siempre defendió, esto es, con la autodeterminación de género como clave de bóveda. Algo sobre lo que Calvo llegó a afirmar que era un "riesgo" para los españoles. Se impuso también la ministra de Igualdad respecto a la ley del 'solo sí es sí', que durante meses se bloqueó desde la vicepresidenta primera y que supuso el primer gran conflicto público del Ejecutivo de coalición. No son pocas las miradas que apuntan a su salida y desde su entorno ya han deslizado el argumentario de que si abandona Moncloa es porque se lo pediría ella personalmente al presidente. La bandera del feminismo está en juego. Este martes se aprobará en el Consejo de Ministros el proyecto de una de sus leyes estrella, la de memoria democrática. "La veo algo tocada", reconoce en privado sobre Calvo un importante ministro de la parte socialista.

También era conocido el malestar en Moncloa con el ministro de Justicia, que será relavado por la presidenta del Senado, Pilar Llop. Esta decisión se ha tomado tras el fracaso de las negociaciones con el PP para la renovación del CGPJ. Una de las cuestiones con las que se habría comprometido Campo y que ya casi en el ecuador de la legislatura no tiene visos de desbloquearse. Por otra parte, el contundente rechazo del tribunal sentenciador del 'procés' respecto a los indultos se ha tomado en el entorno del presidente como un ataque casi personal, dado que, más allá de informar en su contra, se llegó a argumentar que supondrían una suerte de "autoindulto" al servir para mantener el apoyo de ERC en el Congreso. El responsable último al que se señala por estas cuestiones es el ministro de Justicia, que se sitúa así como uno de los susceptibles de abandonar el Ejecutivo. Tanto es así que incluso ha sonado un nombre para sustituirlo. Se trata del actual secretario general de la Presidencia, Félix Bolaños, quien ya fue uno de los principales autores de los informes sobre los indultos y por cuyas manos pasan todos los proyectos de ley.

El ministro de Consumo era susceptible de salir del Ejecutivo, pero Unidas Podemos ha conseguido mantener todas sus carteras. Garzón fue uno de los primeros sobre el que se puso el foco ante una hipotética remodelación del Ejecutivo. Su desautorización por parte del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras lanzar una campaña pedagógica sobre la necesidad de disminuir el consumo de carne ha sido para muchos colegas del Consejo de Ministros la señal definitiva de que está en el punto de mira. Desde su propio espacio, se le quiso empujar para que asumiera la candidatura de Unidas Podemos a la presidencia de la Junta de Andalucía en las próximas elecciones autonómicas, lo que casaría con una salida voluntaria, más allá de que su relación con Yolanda Díaz también es mejorable. Sin embargo, el también líder de IU se ha descartado para esta candidatura tanto porque desde su entorno explica que tiene un papel que culminar no solo en el Gobierno, sino también como líder de Izquierda Unida. Posición por la que desde la cúpula de Podemos han puesto pie en pared para protegerlo y avisar de que cualquier remodelación que afecte a las carteras moradas implicará una renegociación del acuerdo de coalición en la que, dicen, no van a ceder ni un ápice.

La gestión de la crisis diplomática con Marruecos ha debilitado de forma notoria a la ministra de Exteriores, que será sustituida por José Manuel Albares, hasta ahora embajador en París. Laya ha tenido choques con otros departamentos, como Interior y Defensa, en los antecedentes de dicha crisis diplomática, esto es, la operación para orquestar la entrada en España por motivos salud del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali. En estos momentos, el Juzgado de Instrucción número 7 de Zaragoza investiga la entrada a territorio español de Ghali y ha reclamado la identidad de las personas pertenecientes a los ministerios de Defensa y Exteriores que se encargaron de tramitar su llegada. Dentro de su propio ministerio tiene una fuerte oposición por las vacantes y renovaciones pendientes en varias embajadas debido a su decisión de modificar las tradiciones no escritas sobre los métodos de elección. El presidente del Gobierno, además, quiere impulsar su agenda internacional y reforzar su perfil en el exterior durante esta segunda mitad del mandato, por lo que podría confiar en otra persona para esta labor.

La ministra de Defensa también esta en la cuerda floja, pero de momento no se ha confirmado su salida. Ha protagonizado una guerra soterrada con la titular de Exteriores por el caso Ghali y en las elecciones del 4-M a la Comunidad de Madrid ya rechazó abandonar el Ejecutivo para ser candidata. Ganó tiempo con ello, pero subió puestos en las quinielas como sustituible. A nivel legislativo, su gran proyecto para este tiempo era el impulso a una nueva ley de secretos oficiales que sustituyese a la norma franquista todavía en vigor de 1968. Este proyecto lleva meses bloqueado a pesar de que se incluyó en el plan anual normativo del 2020 comprometiéndose su aprobación antes de que finalizase el año. Además, el que era su único y principal proyecto en esta legislatura ha dejado de ser exclusivo de su departamento para compartirse, bajo la coordinación de la vicepresidencia primera, con Justicia, Interior y Exteriores. Con todo, es junto a Nadia Calviño la ministra mejor valorada en el CIS, principalmente por la nota que le ponen los votantes de opciones conservadoras.

También continua, de momento, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, que ha tenido mucha menos cintura en el diálogo social que su colega de Trabajo, Yolanda Díaz. Una carencia que se le reprochó por los agentes sociales durante la negociación de la última prórroga de los ERTE y que se estaría volviendo a visualizar en el caso de las pensiones. El diálogo social será imprescindible para aprobar las reformas pendientes y asociadas a los fondos de recuperación. Además de ello, la reforma de las pensiones no pasaría a día de hoy el filtro del Congreso. Un punto débil que ha generado especulaciones sobre su salida del Gobierno, además de no haber cumplido todas las expectativas respecto al ingreso mínimo vital o la crisis migratoria canaria en lo referente a sus competencias.

A la ministra de Industria la situó Sánchez como vicepresidenta económica en la Comunidad de Madrid si el PSOE ganaba las elecciones del 4-M, visibilizando así que se trataba de una de las ministras prescindibles, máxime ante la desaprobación de una parte importante del sector turístico por su gestión. Aunque estaba en la cuerda floja, parece que seguirá al frente de esta cartera. Será una de las que asumirán altas responsabilidades en la gestión de los fondos europeos, sobre la que el Ejecutivo fía en gran parte la recuperación económica, por lo que sus competencias se podrían distribuir en otras carteras económicas y asumir este departamento un perfil que compaginase rigor técnico con capacidad política.

No se prevía la destitución del ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, pero finalmente será sustituido por Raquel Sánchez, actual alcaldesa de Gavá (Barcelona). Era uno de los miembros del Consejo de Ministros que forman parte del núcleo duro de Sánchez, tanto en el Gobierno como en el partido. El también secretario de Organización del PSOE es uno de los pocos nombres que se dan por seguro que repetirá en la futura ejecutiva que acompañará a Sánchez tras el 40 congreso del partido. Su polémico papel en crisis como la del Delcygate no parece pasarle factura alguna.

El ministro del Interior es uno de los miembros del Gobierno que más polémicas acumula esta legislatura, pero seguirá en el equipo de Gobierno. Las dudas sobre su continuidad se iniciaron desde la destitución "por pérdida de confianza" del coronel Diego Pérez de los Cobos que posteriormente anuló por ilegal un juez hasta la gestión de la crisis migratoria en Canarias. Su papel en el acercamiento de presos etarras a Euskadi estaría ya finalizado, aunque desgaste al frente de esta cartera es notorio.

Una vez aprobada la Ley de Educación, no sin una fuerte contestación por parte de la oposición y la amenaza de rebelión de algunas comunidades autónomas gobernadas por el PP, la ministra del ramo ha sido una de las fijas en las quinielas ante una remodelación del Gobierno. Portavoz del primer Ejecutivo de Pedro Sánchez tras llegar al poder a través de una moción de censura, Celáa forma parte del núcleo de ministros que siguen desde entonces en la mesa del Consejo de Ministros. De entre ellos, es de las que más desgaste ha acumulado junto a Marlaska.

Los más propensos a continuar

La ascendencia en Bruselas y el perfil de la vicepresidenta segunda de Asuntos Económicos en la gestión de los fondos de recuperación la sitúan como una de las más blindadas del Gobierno ante una remodelación. De hecho, se convertirá en la vicepresidenta primera, sustituyendo a Carmen Calvo. La confianza de Sánchez sobre ella es evidente, tras ascenderla de la vicepresidencia tercera a la segunda, después de la salida de Iglesias del Ejecutivo, y manteniéndola en la comisión delegada de Asuntos Económicos, que preside. En las batallas internas, Sánchez también se ha acabado inclinando a su favor en cuestiones como la congelación del salario mínimo interprofesional durante este año. Es la pieza fundamental para la gestión de los fondos europeos.

La vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo no solo cuenta con la confianza de Sánchez para sacar adelante la reforma laboral, sino que, como líder del sector de Unidas Podemos en el Ejecutivo, se presenta como intocable. En lo que va de legislatura ha logrado consensuar con los agentes sociales numerosos acuerdos, diseñar el principal pilar del escudo social durante la pandemia —los ERTE— y situarse entre las ministras más valoradas, también entre los votantes del PSOE. Aunque Sánchez le ha cortado el paso esta semana zanjando el debate sobre el SMI.

La vicepresidenta cuarta de Transición Ecológica está al frente del ministerio que gestionará una de las principales palancas del plan de recuperación económica. La transición ecológica es también uno de los cuatro ejes transversales de las políticas del Gobierno y a ellos se destinará el 37% los fondos UE orientados a proyectos relacionados con la lucha contra el cambio climático y con la protección del medioambiente. En ella se descarga la batalla por la disputada bandera verde dentro de la izquierda.

La portavoz y ministra de Hacienda tiene más asegurado continuar al frente del ministerio que de la portavocía, el puesto que por la alta exposición acarrea un mayor desgaste. Como titular de Hacienda, Montero ha logrado sacar adelante los Presupuestos con 188 votos a favor en el Congreso, 12 apoyos más de los necesarios. A pesar de tratarse de un Gobierno en coalición en minoría, supone el mayor respaldo en votos desde 2006, cuando el entonces presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, aprobó las cuentas públicas con 193 votos. Ahora se ha confiado en ella un nuevo proyecto de Presupuestos para 2022. Una tarea imprescindible para llevar a término el mandato de cuatro años y hacerlo con una mayor estabilidad y una hoja de ruta clara en lo político y lo económico. En la batalla por aplazar o no la reforma fiscal comprometida en el programa de coalición, Sánchez ha apoyado la opción de Montero que pasaba por retrasar esta medida hasta un estadio más avanzado de la recuperación económica.

El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación ha salido reforzado de su reciente conflicto con el titular de Consumo respecto a la polémica sobre la campaña para reducir el consumo de carne. El presidente del Gobierno salió rápidamente en su defensa y cerró filas con su posición contraria a la campaña promovida por Alberto Garzón. Sin contemporizar y sin tratar de buscar un punto intermedio, como defienden los propios planes programáticos del Ejecutivo, Sánchez ironizó con que "lo imbatible" para él es "un chuletón al punto". Habitualmente ajeno a las polémicas internas o al menos propenso a encarnar un papel más diplomático, el presidente del Ejecutivo sorprendió con su reacción que se leyó en clave de remodelación de Gobierno: Planas, propenso a continuar; Garzón, susceptible de recambio o de incluir sus competencias en otro departamento.

El ministro de Política Territorial tiene asegurada su continuidad en el Consejo de Ministros, aunque cambiará de cartera, pasando a ocuparse del Ministerio de Cultura y Deporte. Parecía claro que iba a seguir en el equipo de Gobierno, tanto por su reciente incorporación como porque se trata de una comprometida cuota de los socialistas catalanes que, además, están siendo los autores intelectuales de la operación diálogo con Cataluña.

La ministra de Igualdad está blindada como miembro de Unidas Podemos en el Ejecutivo. Durante las últimas semanas ha logrado desbloquear el paquete de leyes en materia de Igualdad, como la trans y LGTBI, además de aprobar en segunda vuelta en el Consejo de Ministros la atascada ley denominada del 'solo sí es así'. Acabó así imponiéndose frente a Carmen Calvo.

Darias fue el relevo natural de Salvador Illa al frente del Ministerio de Sanidad, tras trabajar juntos codo con codo en el Consejo Interterritorial de Salud. Desde entonces, se ha seguido ganando la confianza del presidente, aunque su gestión ha provocado las tiranteces con varias comunidades autónomas, hasta el punto de que se vio obligada a rectificar en su plan para tomar el control de la desescalada. Con una quinta ola asomando y sin el proceso de vacunación completado, una de las principales prioridades del Ejecutivo, su continuidad es una de las que se supone asegurada.

La ministra de Derechos Sociales, como sucesora de Pablo Iglesias en este departamento, lleva apenas tres meses en el cargo. Más allá de ello, el acuerdo del Gobierno de coalición la blinda como líder de Podemos. Se trata de uno de los perfiles que más recelos generan entre los socialistas debido a su fama de inflexible, como ha demostrado en todas las negociaciones que ha liderado, desde los Presupuestos cuando todavía no formaban parte del Gobierno hasta el acuerdo de coalición y ahora leyes como la de vivienda.

El ministro de Cultura y Deportes ha mantenido un perfil bajo y ha caminado sin apenas ruido durante lo que lleva de mandato. Fiel al presidente, Uribes ha estado al margen de las especulaciones sobre una crisis de Gobierno y se le ha visibilizado recientemente con presencia en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros para promocionar la ley de lucha contra el dopaje en el deporte.

Se trata de uno de los fichajes de profesionales prestigiosos de Pedro Sánchez tras llegar al Gobierno y en el que volvió a confiar al conformar el Ejecutivo de coalición para seguir dirigiendo el Ministerio de Ciencia. Recientemente, ha aprobado la nueva Ley de la Ciencia con la que pretende dar estabilidad a los investigadores y uno de sus principales objetivos pasa por aumentar el presupuesto destinado a la ciencia para corregir las carencias históricas del país en esta materia. Entre manos tiene el reto de crear una Agencia Espacial Española, proyecto por el que busca rematar la legislatura y que cuenta con la confianza del presidente.

El ministro de Universidad, amigo personal del presidente del Gobierno, estaría doblemente protegido, por ser cuota de Unidas Podemos y, dentro de este espacio, de la confluencia catalana En Comú Podem. En estos momentos está inmerso en el desarrollo de la nueva ley de universidades cuyo anteproyecto el Gobierno quiere llevar al Consejo de Ministros antes de que finalice el año.