Podemos exigirá a Sánchez renegociar todo el Gobierno si toca a sus ministros
Desde la dirección morada, advierten de que ya están "infrarrepresentados" y que si se redujesen dos o tres carteras no debería afectarles. De hacerlo, se tendría que revisar el acuerdo
Todos los ministros asumen que habrá una crisis de Gobierno. Las dudas se centran en las carteras a las que afectará, con un creciente fuego amigo apuntando hacia diversos cargos, y si se producirá antes o después del verano, aunque gana fuerza esta segunda opción. "Hay ruido y nervios, pero no se puede anticipar el cuándo", reconoce un miembro del Ejecutivo. En la cúpula de Podemos temen además que esta remodelación suponga un recorte de carteras que les obligue a renegociar el pacto de coalición. Así lo recoge un acuerdo que no es público, pero que fuentes conocedoras aseguran que firmaron en su día el secretario general de la Presidencia, Félix Bolaños, y la ahora secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra. Todo ello en un momento de debilidad de los morados tras la salida de Pablo Iglesias y en el que todavía se está asentando la transición hacia una nueva fase.
Ante esta eventualidad, desde la dirección de Podemos advierten de que su presencia ya está "infrarrepresentada" con respecto al porcentaje de votos que aportan a la coalición y que si se redujesen dos o tres ministerios no debería afectarles, porque se ajustaría así más la proporción. En esta línea, insisten en que a Pedro Sánchez, sobre quien recae la prerrogativa de poner o quitar departamentos, no le convendría modificar carteras moradas al considerar que el actual acuerdo beneficia al PSOE y que podría generar inestabilidad. Habría que volver a negociar tanto cargos como competencias y en esta ocasión anticipan que no están dispuestos a ceder para reducir su presencia, insisten las fuentes consultadas por El Confidencial.
La posición más extendida entre los ministros de Unidas Podemos es que la crisis de Gobierno se limitará a la parte socialista
La posición más extendida entre los ministros de Unidas Podemos es que la crisis de Gobierno se limitará a la parte socialista. El presidente no ha trasladado sus intenciones a sus socios, por lo que entienden que al no haberse tratado previamente con ellos, no les afectará. A pesar de todo, remarcan que cualquier cambio en sus departamentos conducirá inevitablemente a una renegociación, que no ven ni fácil ni rápida, puesto que ya en su día tuvieron grandes dificultades para definir los actuales equilibrios.
Se trata más de marcar posiciones preventivamente ante una hipótesis que cada vez observan como más factible, la de reducir carteras, que de cerrarse a revisar el pacto del Gobierno de coalición. Nada es inamovible y aunque "por ahora todavía no se ha hablado nada", todo dependerá de que la decisión final pueda consensuarse entre Sánchez y Yolanda Díaz en lo que respecta al sector morado. En un principio, todas las miradas se dirigieron al ministro de Consumo, Alberto Garzón, en caso de que Unidas Podemos tuviese que prescindir de uno de sus departamentos en la coalición. Se quería contar con él como candidato para las elecciones andaluzas, pero el propio interesado ha cerrado la puerta a esta salida.
"Yo no me veo", aseguró en público el titular de Consumo sobre dicha candidatura. Desde su entorno, añaden además que Garzón tiene un papel que culminar no solo en el Gobierno, sino también como líder de Izquierda Unida.
Las especulaciones sobre un adelanto de la crisis de Gobierno, en principio planeada para otoño, crecieron entre los diferentes ministerios debido al adelanto de los indultos y la agenda con que se pretende cerrar el curso político. La intención con esta remodelación pasa por abrir una nueva etapa, con vistas a rematar la legislatura, y arrancar así en septiembre adaptando la estructura del Ejecutivo a los fondos de recuperación e impulsando el plan de reformas asociadas.
Poner en marcha una segunda etapa de la legislatura, bajo la premisa también de avanzar en la normalización de las relaciones con Cataluña y unos nuevos Presupuestos para 2022 que aseguren estabilidad política y económica de cara a llevar a término los cuatro años de mandato. Recuperar iniciativa y trazar una nueva hoja de ruta en un contexto en el que todas las encuestas, menos el CIS, mantienen el efecto del 4-M situando al PP por encima del PSOE en intención de voto.
Los planes para una remodelación del Gobierno amplia, más allá de los cambios obligados por la salida de Salvador Illa, primero, y de Pablo Iglesias, después, se postergaron siempre en Moncloa a "otro momento" más idóneo que coincidiese con la llegada de los fondos de la UE. Entre las principales razones, destaca la necesidad de readaptar la estructura al plan de recuperación económica, que guiará la gestión y ejecución de 72.000 millones de euros hasta 2023.
La decisión última sobre la remodelación del Gobierno depende únicamente del presidente, como insistían este mismo lunes desde la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, hasta la vicepresidenta tercera, Yolanda Díaz, la ministra de Educación, Isabel Celaá, y el de Interior, Fernando Grande-Marlaska. Lo que más importa es sacar el país de la pandemia y "lo demás, evidentemente, no es tan importante", zanjaba Calvo, mientras que Sánchez desviaba este debate la pasada semana, al asegurar en una entrevista en La Sexta que su prioridad en estos momentos son la vacunación y el plan de recuperación.
Todos los ministros asumen que habrá una crisis de Gobierno. Las dudas se centran en las carteras a las que afectará, con un creciente fuego amigo apuntando hacia diversos cargos, y si se producirá antes o después del verano, aunque gana fuerza esta segunda opción. "Hay ruido y nervios, pero no se puede anticipar el cuándo", reconoce un miembro del Ejecutivo. En la cúpula de Podemos temen además que esta remodelación suponga un recorte de carteras que les obligue a renegociar el pacto de coalición. Así lo recoge un acuerdo que no es público, pero que fuentes conocedoras aseguran que firmaron en su día el secretario general de la Presidencia, Félix Bolaños, y la ahora secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra. Todo ello en un momento de debilidad de los morados tras la salida de Pablo Iglesias y en el que todavía se está asentando la transición hacia una nueva fase.