El Gobierno aplaza la revisión del salario mínimo hasta el próximo año
Será por tanto a finales de año cuando, en función de los datos de empleo, se decida si mantener congelado el SMI o si incluir una subida en los Presupuestos de 2022
La batalla por la subida del salario mínimo interprofesional en el seno del Gobierno se decanta a favor de los ministros más ortodoxos que apostaban por aplazarla, frente a aquellos de Unidas Podemos que reclaman un ajuste urgente de entre el 1,5 y el 1,8%, coincidiendo con la subida media de los convenios colectivos. La vicepresidenta segunda de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ha sido clara en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros al asociar cualquier decisión sobre una hipotética subida del SMI a "cómo evolucione el mercado laboral durante la segunda parte del año". Será por tanto a finales de año cuando, en función de los datos sobre recuperación de empleo, se decida si mantener congelado el SMI o si incluir una subida en los Presupuestos de 2022.
Por el momento no se convocará la mesa de diálogo para tratar ese asunto, como había urgido la vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. "En este momento, la situación del mercado laboral sigue marcada por la incertidumbre y nuestra prioridad tiene que ser impulsar el crecimiento económico y la creación de empleo", ha justificado Calviño desde la sala de prensa del palacio de la Moncloa. A ello ha añadido que todavía hay más de 400.000 trabajadores en ERTE. Su media de reincorporación se sitúa en los 2.300 trabajadores diarios, un ritmo similar al del pasado mes de junio, pero menor al de mayo.
La senda comprometida por el Gobierno para la subida del SMI pasa por situarlo al final de la legislatura entre los 1.012 y los 1.047 euros en 14 pagas. Actualmente, su cuantía está fijada en 950 euros. El jefe del Ejecutivo coincide con los ministerios de Hacienda y Economía en que lo prioritario en estos momentos es la recuperación del empleo. "Ahora lo importante es poner todo el foco en la recuperación del mercado laboral", explicaba Sánchez la pasada semana en una entrevista en La Sexta. Sin embargo, los buenos datos de afiliación del mes de junio (233.000 nuevos afiliados y 84.000 ERTE menos) habían alentado las tesis del ministerio liderado por Díaz.
En el ala ortodoxa del Ejecutivo, prevalece así la lectura de que una subida en el actual contexto podría ralentizar la creación de empleo en ciertos sectores y lastrar la recuperación económica. Díaz, por su parte, siempre ha defendido que la mejor política de rentas para combatir la pobreza laboral era la subida del salario mínimo interprofesional. Según la ministra, esto ha permitido que 1,5 millones de trabajadores hayan visto mejorada su situación salarial, sobre todo mujeres y jóvenes, lo que demuestra que es "una herramienta muy eficaz, con un enorme impacto de género e igualación social". Y, volviendo a echar mano del argumento de que la subida media de los convenios colectivos para este año oscila entre el 1,5% y el 1,8%, desde Trabajo se entiende que "no es demasiado justo que dejemos a los que más lo necesitan, no congelados, sino con una pérdida de poder adquisitivo".
"El Gobierno de coalición está más fuerte que nunca"
Este mismo lunes, la líder del sector de Unidas Podemos en el Ejecutivo de coalición reclamaba a Sánchez con la subida del salario mínimo "la misma valentía" que con los indultos a los presos del 'procés'. "Mi posición es conocida", remarcaba en una entrevista en RNE, para concluir que "un Gobierno progresista debe mirar por los más débiles". A pesar de todas estas diferencias políticas entre los socios ante la hipótesis de una crisis de Gobierno, la portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, ha querido lanzar el mensaje tras la celebración del Consejo de Ministros de que "el Gobierno de coalición está más fuerte que nunca". Fuentes del Ejecutivo de la parte socialista minimizan este cruce de declaraciones y lo asocian a sobreactuaciones para marcar posición propia.
El nuevo secretario de Estado de Economía, Gonzalo García Andrés, ya explicaba en una entrevista con este diario que "lo más prudente nos parece esperar a que tengamos más claridad sobre la recuperación y poder reanudar ese avance hacia el objetivo de final de la legislatura, que es el 60% del salario medio, y que culminaría el esfuerzo que se hizo al inicio de la legislatura". En 2019 y 2020, se produjeron aumentos del 22,3% y el 5,6%, respectivamente, pasando de los 736 euros hasta los 950 actuales. Para el número dos de Nadia Calviño, los registros actuales de paro juvenil y de ERTE en sectores como la hostelería o el alojamiento "hacen poco prudente que se reanude esa subida del SMI en estas condiciones".
El otro foco de discusión entre los socios del Gobierno, con el trasfondo de los Presupuestos de 2022, se centra en la fiscalidad. Los morados apostaban por una subida progresiva, que afectase a las rentas más altas e incluir un impuesto a las grandes fortunas. Pero, el pasado viernes, el presidente del Gobierno lo descartaba avisando a sus socios de que no se incluirá una reforma fiscal en las cuentas de 2022. La prometida reforma tributaria quedaría así "pendiente", en palabras del jefe del Ejecutivo. La razón esgrimida vuelve a ser la situación económica provocada por la pandemia con el objetivo de evitar, según los socialistas, que se lastre o se ralentice la recuperación.
La batalla por la subida del salario mínimo interprofesional en el seno del Gobierno se decanta a favor de los ministros más ortodoxos que apostaban por aplazarla, frente a aquellos de Unidas Podemos que reclaman un ajuste urgente de entre el 1,5 y el 1,8%, coincidiendo con la subida media de los convenios colectivos. La vicepresidenta segunda de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ha sido clara en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros al asociar cualquier decisión sobre una hipotética subida del SMI a "cómo evolucione el mercado laboral durante la segunda parte del año". Será por tanto a finales de año cuando, en función de los datos sobre recuperación de empleo, se decida si mantener congelado el SMI o si incluir una subida en los Presupuestos de 2022.