Cifuentes no reclama su carné de militancia del PP tras su doble absolución

Cristina Cifuentes decidió en marzo de 2019 darse de baja como militante del PP "temporalmente" para no perjudicar a la formación después de saber que la Fiscalía pedía más de tres años de cárcel por la supuesta falsificación documental del caso máster. Tenía por delante una travesía judicial que terminó con su carrera política cuando todavía era un talento al alza dentro del partido. Tres años después cuenta con una doble absolución (el Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha confirmado la decisión de la Audiencia Provincial del mes de febrero) exonerándola del delito y, sin embargo, no ha solicitado reingresar como militante en las filas populares.

Así lo confirman desde la sede de Génova, recordando en todo caso que, al haberse dado de baja ella voluntariamente, si quisiera volver a militar en el PP debería pedirlo también en primera persona. En su entorno más cercano evitan dar mayores explicaciones, pero la expresidenta regional no ha cursado ninguna petición, según ha podido confirmar este diario.

La decisión de abandonar la afiliación llegó casi un año después de su dimisión al frente de la presidencia de la Comunidad de Madrid. El 25 de abril de 2018 abandonó el cargo tras más de un mes aguantando informaciones casi diarias sobre su máster irregular en la Universidad Rey Juan Carlos (muchas de ellas desveladas por este diario) y arrinconada por un vídeo en el que aparecía robando unas cremas. "Me voy con la cabeza alta", pronunció.

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Cuando en marzo del año siguiente comunicó su baja temporal del PP (no ha militado en ningún otro partido) citó al expresidente norteamericano, Franklin D. Roosevelt, al asegurar que "en política no hay casualidades y, si las hay, es que están muy bien preparadas". Trataba de volver a defender, como ha hecho en tantas otras ocasiones, la existencia de una operación para quitarla del medio como presidenta de la Comunidad y aparente promesa del futuro del PP. "Creo en la justicia, por eso estoy completamente segura de que el tiempo me dará la razón". Pero "hasta que eso ocurra", continuaba Cifuentes, dejó de ser afiliada.

No solicitó su reingreso en la formación el pasado febrero tras el fallo de la Audiencia, ni tampoco lo ha hecho en los recientes días con la ratificación del TSJM, que da carpetazo a la pretensión de la Fiscalía de repetir el juicio alegando que la sentencia exculpatoria de la Audiencia no había valorado indicios que la señalaban.

La única dirigente que ha salido en defensa de Cifuentes públicamente ha sido Isabel Díaz Ayuso, que el pasado 2 de mayo le hizo entrega de la medalla de la Comunidad (también a Ángel Garrido, recuperando una tradición que se había paralizado). En el acto la expresidenta reconoció sentir "un gran orgullo" al recibir el homenaje "tras un calvario de tres años" y siendo por fin, "libre de cargas y cargos". Unas semanas más tarde y tras la apabullante victoria del PP el 4-M, la expresidenta volvía a la puerta del Sol para asistir a la toma de posesión de Ayuso. Dos apariciones en apenas un mes y con muestras de cariño continuas desde la actual presidenta a su antecesora.

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Fuentes de la Puerta del Sol defienden la vuelta de Cifuentes a la militancia del PP y reconocen que lo verían con buenos ojos después de resultar absuelta. En Génova se muestran más escépticos y simplemente insisten en que si quiere volver a militar puede iniciar los trámites en cualquier momento.

La exdirigente regional mantiene apariciones televisivas cada semana, pero está completamente apartada de su formación desde hace dos años. La línea marcada desde la dirección nacional es la de "romper con el pasado" y respetar siempre las resoluciones judiciales. Aunque el caso de Cifuentes nada tiene que ver con otros asuntos de corrupción de antiguos dirigentes, el camino de Casado pasa por pasar página, especialmente con aquellos excargos implicados en los juzgados.

Además del caso máster, Cifuentes encadenó esta primavera otra buena noticia respecto a su situación judicial. También el juez Manuel García-Castellón, instructor del caso Púnica, archivó la investigación abierta a la expresidenta al considerar que no se había podido acreditar que Cifuentes participara en la presunta financiación ilegal del PP de Madrid. En abril, el magistrado de la Audiencia Nacional dio carpetazo al procedimiento que afectaba a la exdirigente madrileña por presuntos delitos de prevaricación y cohecho en la adjudicación del contrato de servicios de cafetería en la Asamblea de Madrid entre 2009 y 2011 al Grupo Cantoblanco, dirigido por Arturo Fernández. "El papel que jugaba Cifuentes", zanjó el auto, era "irrelevante".