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La relación Casado-Ayuso, amenazada por el enfrentamiento de sus lugartenientes
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TENSIONES INTERNAS EN EL PP

La relación Casado-Ayuso, amenazada por el enfrentamiento de sus lugartenientes

Todo empezó en Madrid y en Génova siguen convencidos de que llega una ola de cambio. Internamente, las tensiones con Sol siguen latentes y preparadas para cualquier asalto

Foto: El líder del PP, Pablo Casado, y la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. (EFE)
El líder del PP, Pablo Casado, y la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. (EFE)
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La victoria de Isabel Díaz Ayuso el pasado 4 de mayo se ha convertido en un estimulante dentro de las filas populares. La euforia se ha ido asimilando en estas semanas, pero la conclusión a la que llegó la dirección nacional tras las elecciones madrileñas (incluso después de esta semana de crisis en Ceuta y el plan ‘España 2050’ del presidente del Gobierno) sigue siendo exactamente la misma. En Génova están convencidos de que habrá una oportunidad para cambiar al inquilino en la Moncloa y Madrid ha sido el arranque de esa etapa. Pablo Casado supo subirse a la ola del ‘ayusismo’ de manera inteligente, sin interferir en la campaña (tal y como pidió Sol) y sumándose a los éxitos de la presidenta regional.

El momento de mayor tensión se produjo en la confección de la lista electoral. Aunque el caso más sonado fue el de Toni Cantó (para Génova era crucial que ocupara un puesto relevante escenificando la reunificación del centro derecha y, de paso, la absorción de Ciudadanos), hubo más exigencias. La sangre no llegó al río y a pesar de las desavenencias entre equipos –siempre lideradas por Teodoro García Egea, número dos del partido; y Miguel Ángel Rodríguez, mano derecha de Ayuso, que no estuvo en la reunión final– el acuerdo fue asumible para ambas partes, como relató este diario, con paz incluida.

La cuestión es que las tensiones siguen latentes y desde ambos frentes reconocen que no desaparecerán. Se irán haciendo visibles como hasta ahora, con el riesgo de que en algún momento amenacen la buena relación que mantienen Casado y Ayuso. De hecho, es esa trayectoria política conjunta lo que ha evitado más de un incendio. Fuentes de los dos entornos recuerdan que no son compañeros, sino “muy amigos”, que han vivido mucho juntos y que ese vínculo es lo que hace que no haya conflicto insuperable. Pero dentro de la formación también consideran que esas tiranteces no aportarán nada bueno en el futuro y que convendría limar asperezas. "Ayuso se ha convertido en una dirigente de mucho peso. Y también hay que entender que Egea es el secretario general del partido, con todo lo que conlleva. Las dos cosas tienen que estar claras para ambos", resume un dirigente madrileño.

Foto: Isabel Díaz Ayuso, en el acto de cierre de campaña. (EFE)

Pero los lugartenientes, Egea y Rodríguez, de ambas fortalezas (la de la calle Génova, a la espera de la mudanza que sigue con retraso, y la de la Puerta del Sol, reconfirmada tras la aplastante victoria del 4-M) son como agua y aceite. En el partido dan por hecho que habrá más tensiones también cuando se tenga que cerrar el gobierno regional que Ayuso todavía está diseñando. En el entorno de la presidenta reconocen que a pesar de contar con autonomía, la dirección nacional tiene que estar de acuerdo con los consejeros que acompañen a la presidenta y, como publicó este diario, el encaje de Cantó vuelve a ser un problema en busca de un sitio que case con su perfil político.

En la Puerta del Sol guardan silencio sobre el futuro gobierno, conscientes de que aún queda tiempo hasta que se constituya la Asamblea y se produzca el debate de investidura. Nadie parece tener dudas de algunas piezas, como que Javier Fernández-Lasquetty o Enrique López (que mantiene muy buena sintonía con Génova) seguirán siendo parte del núcleo duro. Hay, sin embargo, quien siembra dudas sobre el futuro del actual consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, que fue como número dos en la lista y goza de la mejor de las consideraciones en Génova. García Egea siempre ha mantenido una relación buena y fluida con el titular de Sanidad, incluso en momentos críticos para Ayuso con la pandemia hace unos cuantos meses.

placeholder Ayuso, Almeida, Casado y García Egea. (EFE)
Ayuso, Almeida, Casado y García Egea. (EFE)

Lo que sí parece claro es que la estrategia de la Puerta del Sol seguirá siendo la de Ayuso confrontando con Sánchez. A lo largo de la pandemia la dirigente madrileña se forjó una posición propia que la elevó en algunos momentos casi al liderazgo de la oposición. No solo por su iniciativa (que también), sino por el empaque que el propio presidente del Gobierno brindó a cada una de sus contiendas. En Sol no esconden que en algunos momentos la figura de Casado apareció algo difuminada por el protagonismo de Ayuso, pero insisten en que tiene mucho que ver con el hecho de estar en la oposición y ella, en el Gobierno.

Tras los resultados del 4 de mayo, Casado hizo suya también la victoria y alabó la hoja de ruta seguida por la candidata que él eligió, asumiendo que su camino a recorrer es muy parecido. Está por ver si el hecho de que la presidenta regional siga copando la atención de Moncloa será un problema para el crecimiento del líder popular. En todo caso, en su equipo más cercano reconocen que no darán marcha atrás con la estrategia y que la idea pasa por seguir trabajando mano a mano con el presidente nacional del PP.

Foto: Isabel Díaz Ayuso junto a Javier Fernández-Lasquetty. (EFE)

La batalla orgánica es otro posible punto de fricción entre equipos. Sobre todo, por el hecho de que tanto Casado como García Egea eviten a toda costa confirmar que debe ser Ayuso la próxima presidenta del PP de Madrid escudándose en su obligación de ser 'neutrales' que en otras ocasiones no ha imperado en absoluto. Como ya publicó este diario, el núcleo duro de la presidenta regional confiaba en que “el día 5 de mayo ya no hubiera debate posible” (asumiendo que si ganaba las elecciones no habría dudas al respecto).

Pero en sucesivas entrevistas, los dos principales dirigentes no han querido romper una lanza en su favor. Más todavía, en una intervención reciente en este diario, Casado afirmó que llegado el momento de las primarias, “concurrirá quien quiera y decidirán los militantes”, reconociendo al mismo tiempo que “aquí hay dos instituciones muy pujantes, como son ayuntamiento y comunidad, con dos personas que se llevan muy bien y que han conseguido ilusionar al electorado e internamente a las bases”. Introdujo de esa manera a la figura del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, otra figura al alza dentro del partido, al hablar del futuro del PP madrileño. Hay fuentes en el partido que insisten en que su intención es única candidatura unitaria y que por eso menciona a las dos instituciones. Pero la presidencia solo la puede ocupar una persona.

Foto: Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso, en el balcón de Génova. (EFE)


La recurrente 'tercera vía' que siempre ha mirado a Ana Camins surge al pensar que los dos principales dirigentes madrileños quisieran competir. Una especie de vía de escape que separara lo orgánico de lo institucional para evitar batallas anteriores como la de Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón. Aún así, en el PP madrileño actual siempre han pensado que lo mejor sería, en efecto, una candidatura de unidad con todos ellos para evitar cualquier malestar interno. La guardia pretoriana de Ayuso, sin embargo, no esconde que no ven otra posibilidad que la de ella como presidenta orgánica y tampoco evitan señalar al lugarteniente de enfrente como el que menos interés tiene en que ella atesore el liderazgo de Madrid.

La victoria de Isabel Díaz Ayuso el pasado 4 de mayo se ha convertido en un estimulante dentro de las filas populares. La euforia se ha ido asimilando en estas semanas, pero la conclusión a la que llegó la dirección nacional tras las elecciones madrileñas (incluso después de esta semana de crisis en Ceuta y el plan ‘España 2050’ del presidente del Gobierno) sigue siendo exactamente la misma. En Génova están convencidos de que habrá una oportunidad para cambiar al inquilino en la Moncloa y Madrid ha sido el arranque de esa etapa. Pablo Casado supo subirse a la ola del ‘ayusismo’ de manera inteligente, sin interferir en la campaña (tal y como pidió Sol) y sumándose a los éxitos de la presidenta regional.

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