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El PP cree que Vox ha tocado techo y se dispone a recomponer la derecha
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El PP cree que Vox ha tocado techo y se dispone a recomponer la derecha

Pablo Casado basa su futuro en la desaparición de Ciudadanos y en poder configurar una oferta ideológica que le permita reforzar su posición y reducir al partido de Abascal

Foto: El presidente del Partido Popular (PP), Pablo Casado. (EFE)
El presidente del Partido Popular (PP), Pablo Casado. (EFE)
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Desde que hace casi tres años asumió la presidencia del PP, Pablo Casado tiene como objetivo preferente la reunificación del llamado centroderecha. Solo con un partido hegemónico en su espectro ideológico, entre el centro y la extrema derecha, es posible matemáticamente que el PP pueda obtener escaños suficientes para poder gobernar después de unas elecciones generales.

En las dos elecciones de 2019 no solo no lo consiguió, sino que estuvo a punto de que los dos partidos con los que compite, Ciudadanos y Vox, le superaran. En abril de ese año, la formación 'naranja' se quedó a solo 200.000 votos del PP y en noviembre de ese año el partido de la ultraderecha quedó a menos de un millón y medio.

En ambas elecciones, la suma de Ciudadanos y Vox quedó claramente por encima del Partido Popular. De esa forma, la derecha superaba en votos a la izquierda, pero era imposible por la simple matemática de la atribución de escaños que dicho espectro ideológico llegara a los 176 necesarios (la mayoría absoluta) para gobernar. El seguro de vida electoral de Pedro Sánchez era esa división.

Cambio de tendencia

Ahora, según los cálculos del PP, basados en todos los procesos electorales celebrados desde 2018 y en las encuestas, especialmente las más recientes, el escenario parece haber cambiado y eso es lo que provoca el optimismo del equipo de Casado.

Es cierto que la gran paradoja que lastra al PP es precisamente que cuanto mejor perspectiva electoral tengan, más se alejará la opción de elecciones generales anticipadas. Los populares son conscientes de que, salvo catástrofe no prevista, Sánchez solo convocaría a las urnas si las encuestas indicaran que el PSOE puede claramente mejorar resultados y hasta gobernar en solitario, y en este momento no es el caso. Por eso, uno de los problemas para Casado puede ser el de su propia ansiedad, sus prisas manifestadas, por ejemplo, esta semana en su posición en la crisis con Marruecos. Su discurso desentonado en pleno conflicto diplomático muestran una ansiedad que le impide diferenciare como un partido de Estado.

Desde el intento de 'sorpasso' en abril de 2019 a las autonómicas de Madrid del pasado 4 de mayo sus expectativas se han desplomado

La caída de Ciudadanos es una evidencia que no precisa muchos datos. Desde el intento de 'sorpasso' en abril de 2019 a las autonómicas de Madrid del pasado 4 de mayo sus expectativas electorales se han desplomado. Logró el 15% de los votos en abril de 2019 y 57 escaños, en noviembre de ese año bajó al 6,8% y 10 escaños (reducido a nueve por la fuga de un diputado), y ahora las encuestas le dan como mucho un 5%, lo que no se traduciría en más de cuatro diputados, pero con tendencia a la baja.

Curiosamente, Ciudadanos defendió excluir del Congreso a los partidos que no lograran el 3% de los votos del conjunto de las circunscripciones para sacar a los independentistas y ahora está cerca de caer por debajo de ese umbral.

El desplome de 'los naranjas'

Solo con esa caída de Ciudadanos, la aplicación de la Ley D'Hondt le permitiría al PP sumar no menos de 20 escaños en diferentes circunscripciones, al haber un partido menos para repartir. Hay que recordar que no logran escaño los partidos que no superan el 3% de los votos en la circunscripción y si Ciudadanos bajara del 5% general sería porque en muchas de ellas ni superaría ese umbral.

El cálculo es más favorable para el PP si, además, es capaz de hacerse con el voto que pierde Ciudadanos, como ha hecho en las autonómicas de Madrid. Además, en el cálculo del PP entra también la idea de que Vox tocó techo en las elecciones generales de 2019, cuando llegó al 15,21% de los votos y 52 escaños. A partir de ahí, siempre según su interpretación, en las sucesivas elecciones se percibe que el partido de Santiago Abascal puede haber tocado techo. O, al menos, ha reducido su curva de ascenso.

Foto: La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (d), conversa con la portavoz de Vox en la Asamblea, Rocío Monasterio, en la Cámara regional. (EFE)

Especialmente lo ha constatado en las elecciones autonómicas de Madrid del 4 de mayo. Vox logró un escaño más que en 2019 y 42.000 votos más, pero ese aumento de sufragios es consecuencia de la participación, es decir, de los más de 400.000 ciudadanos que votaron en 2021 y no lo hicieron en 2019. En las andaluzas de 2018 Vox tuvo un sorprendente 10,97; en las europeas de 2019 el 6,2%; en el País Vasco de 2020 logró el 1,96%; en Galicia en 2020 el 2,03% y en Cataluña el 7,69%.

En las elecciones catalanas de febrero superó claramente al PP, pero los dirigentes populares aseguran que se trata de una situación no extrapolable en la que pesa el debate territorial por encima de cualquier otro. No obstante, el partido de Casado tiene previsto prestar atención preferente a País Vasco y Cataluña, comunidades en los que sus resultados fueron muy malos.

placeholder El presidente de Vox, Santiago Abascal. (EFE)
El presidente de Vox, Santiago Abascal. (EFE)

Según su interpretación, el techo de Vox podría estar en el 10% de los votos, porcentaje que impediría que el PP pueda llegar por sí solo a los 176 diputados. Sin embargo, sí puede lograr un resultado suficiente para alcanzar esa cifra con un eventual respaldo del partido de Abascal. Ese resultado estaría en torno a los 130 o 140 escaños.

Las encuestas últimas apuntan a esa tendencia, aunque haciendo siempre la salvedad de que el 'subidón' de Madrid provoca ese efecto inmediato y, sobre todo, que no hay elecciones generales a la vista. Respecto a las encuestas publicadas en las últimas semanas, el CIS daba a Vox el 13,7%; Metroscopia el 12%; Sigma Dos el 15,2% y Gad 3 el 14,5%. Es decir, está por debajo del resultado de 2019, es decir, por encima claramente del 10%, pero sin romper su techo.

'Pescar' en el PSOE descontento

Un veterano diputado popular explica que el techo de Vox puede llegar también por la base argumental de su estrategia. Por ejemplo, al basarse en la migración, que le ha funcionado a la ultraderecha francesa porque los porcentajes de migración en ese país son muy superiores a los de España.

Es cierto, que puede haber momentos en los que la migración esté en el centro de la agenda política, como ha ocurrido esta semana, pero solo de forma circunstancial. El ejemplo es Madrid, donde Vox utilizó la situación de los migrantes menores y hasta la presidenta de la Comunidad y candidata del PP, Isabel Díaz Ayuso, le aclaró que en la región solo hay menos de trescientas personas en esa situación. Ese diputado sostiene que el ascenso de la ultraderecha en España tiene más que ver con la situación territorial que con el discurso de la migración, a diferencia de lo que ocurre en Francia.

Foto: Pablo Casado. (EFE) Opinión
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El sueño de la dirección del PP (o el cuento de la lechera) se completa con el efecto insólito de las elecciones de Madrid por el trasvase directo de votos del PSOE al PP. Casado pretende reforzar esa política de reunificación en la convención de otoño, reuniendo a liberales, democristianos y hasta socialdemócratas. De ahí pretende que salga una oferta ideológica, de equipo y de gestión que cierre el paso a Vox, sin confrontar con el partido de Santiago Abascal. Algo parecido a lo que ha ocurrido en Madrid con el 'fenómeno Ayuso', que ha presentado un proyecto que eclipsaba el de Vox, sin confrontar y dejando la puerta abierta a lograr sus votos en la investidura.

El propio José María Aznar le marcó ese camino a Casado recientemente, con un paralelismo un poco forzado con lo que hizo él a principios de los 90 para llegar a la Moncloa. La diferencia básica es que Casado se encontró la derecha como nunca había estado, tanto que dos partidos estaban a punto de superar al PP en elecciones. Por eso, el líder del PP explica que desde 2018 ha tenido que pasar por dos fases previas antes de llegar a la actual: recuperar un partido muy maltrecho y reforzar su presencia territorial.

Desde que hace casi tres años asumió la presidencia del PP, Pablo Casado tiene como objetivo preferente la reunificación del llamado centroderecha. Solo con un partido hegemónico en su espectro ideológico, entre el centro y la extrema derecha, es posible matemáticamente que el PP pueda obtener escaños suficientes para poder gobernar después de unas elecciones generales.

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