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El efecto bumerán contra Marruecos de la oleada migratoria en Ceuta
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Perjuicio a la reputación de su monarquía

El efecto bumerán contra Marruecos de la oleada migratoria en Ceuta

El daño causado por las imágenes de niños arriesgando su vida para llegar a la playa ceutí ha incitado a Rabat a parar su ofensiva, pero los editorialistas del régimen advierten de que Marruecos tiene “vía libre”

Foto: Decenas de menores llegados solos a Ceuta esperan para hacerse las pruebas de covid. (EFE)
Decenas de menores llegados solos a Ceuta esperan para hacerse las pruebas de covid. (EFE)
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Marruecos podía haber optado por mostrar su descontento por la hospitalización en España de su enemigo número uno, Brahim Ghali, el líder del Frente Polisario, abriendo aún más la ruta migratoria entre el Sáhara Occidental y Canarias donde, el año pasado, desembarcaron 23.000 'sin papeles', en su mayoría marroquíes.

El mensaje habría llegado con nitidez al Gobierno español, aunque quizás hubiese pasado bastante desapercibido para la prensa y la opinión pública en general. Rabat ha querido, sin embargo, escenificar su enfado permitiendo y hasta alentando la entrada en 48 horas de más de 8.000 inmigrantes en Ceuta, muchos de ellos menores de edad.

Foto: Migrantes en Fnideq. (EFE)

Estas imágenes de niños y adolescentes marroquíes nadando hasta las playas ceutíes, rescatados a veces en el mar por la Guardia Civil, auxiliados en tierra por el Ejército y por la Cruz Roja, han dado la vuelta al mundo causando un gran perjuicio a la reputación de la monarquía de Marruecos, dentro y, sobre todo, fuera del país.

Las televisiones marroquíes, todas ellas públicas, así como la agencia oficial de prensa (MAP) y otros medios afines al régimen, no han informado de la oleada migratoria en Ceuta, una ciudad de 85.000 habitantes, pero la prensa internacional sí se ha hecho ampliamente eco de ella.

“Marruecos utiliza a los migrantes para obtener lo que pretende”, titulaba 'Politico', un diario digital publicado en Bruselas y dirigido a los eurócratas. “Marruecos abre el grifo migratorio para presionar a España”, se podía leer en la portada del periódico digital francés 'Mediapart'. “Los migrantes penetran en el enclave español de Ceuta al aflojar Marruecos su frontera”, afirmaba el rotativo británico 'Financial Times'.

Desde 'La Stampa' de Turín hasta 'The Sun' de Londres, varios periódicos publicaron en su portada en papel la fotografía del guardia civil Juan Francisco Valle rescatando a un bebé de las frías aguas de Ceuta. “El momento excepcional en el que un policía de Ceuta salva a un recién nacido del agua”, titulaba 'The Sun'.

Esas imágenes han hecho mella entre los marroquíes que se expresan a través de las redes sociales. “Estoy muy afectado por lo que sucede en mi país; me avergüenzan nuestros dirigentes”, escribía en Twitter Momo Oshen. “Un Estado que utiliza a sus hijos como kamikazes contra otro país es un Estado fallido y sin dignidad”, añadía H@neogodzi. Estas críticas no impiden que la gran mayoría de los internautas marroquíes reivindique la soberanía de su país sobre las dos ciudades autónomas.

Quizá para atenuar este malestar que afloró en las redes, Chouf TV, una televisión por internet afín a los servicios secretos marroquíes, difundió el miércoles una entrevista con una madre de familia que narró cómo, cuando estaba en apuros, fue sacada de las aguas por soldados marroquíes que no la dejaron continuar hasta Ceuta. No fue el único medio marroquí que insistió en la labor de auxilio desarrollada por sus fuerzas de seguridad.

De puertas para afuera, lo sucedido en Ceuta “da mala imagen [de Marruecos] en Europa y en el mundo”, recalcaba, el miércoles en La Sexta, el exministro de Industria Miguel Sebastián. El presidente Pedro Sánchez empleó, ese mismo día en el Congreso, un lenguaje algo más enérgico que la víspera al referirse a Marruecos. Afirmó que había lanzado un “desafío” a España provocando una “crisis” política.

De todos los dirigentes de las instituciones europeas, Margaritis Schinas, el vicepresidente de la Comisión Europea, ha sido el más contundente. Tras manifestar, como todos los demás, su solidaridad con España ante los micrófonos de RNE, declaró: “Tiene que ser por todos conocido que Europa no se dejará intimidar en el tema de la migración”. “Hemos visto ya en los últimos meses algunas tentativas de países terceros (…) de instrumentalizar la migración y eso no lo podemos permitir”, recalcó.

Foto: El exministro del Interior Jorge Fernández Díaz junto al expresidente del Gobierno Mariano Rajoy, en 2014. (Reuters)

También ha gustado en Madrid la reacción de la diplomacia de Francia, el país que mantiene la relación más estrecha con Marruecos. Esta ha sido muy diferente de la que tuvo París en 2002, con motivo de la crisis del islote Perejil, cuando el entonces presidente, Jacques Chirac, se alineó prácticamente con Marruecos frente a José María Aznar. “Confiamos en la actuación del Gobierno español, que goza del apoyo del conjunto de la Unión Europea, para facilitar una rápida vuelta a la normalidad en Ceuta”, declaró el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores francés.

Recordó de paso que entre la UE y sus Estados miembros se han concedido a Marruecos, desde finales de 2018, 343 millones de euros “para respaldar sus esfuerzos en materia migratoria”. En lo que se refiere a Canarias, ese apoyo no ha dado frutos, porque la inmigración irregular no solo batió en 2020 un récord, sino que en los cuatro primeros meses de este año se incrementó en un 134%.

El efecto bumerán de la invasión migratoria de Ceuta, el lunes y el martes pasado, puede quizá frenar un tiempo a Marruecos y retrasar la adopción de otras iniciativas inamistosas con España, pero no parece que lo vaya a disuadir. “España se ha enredado con el episodio del supuesto acto humanitario [al acoger a Brahim Ghali] en un grave embrollo, cuya profundidad nadie conoce y menos aún las consecuencias”, escribía, el miércoles por la noche, Houcine Maimouni, un comentarista de la agencia de prensa oficial MAP. "Para Marruecos, todas las opciones siguen abiertas". “A partir de ahora, Rabat tiene vía libre y está en condiciones de actuar según la justicia de su causa”. “La perfidia, la duplicidad, la ligereza y la mala fe de España exigen una revisión completa de las relaciones”, concluía.

Marruecos podía haber optado por mostrar su descontento por la hospitalización en España de su enemigo número uno, Brahim Ghali, el líder del Frente Polisario, abriendo aún más la ruta migratoria entre el Sáhara Occidental y Canarias donde, el año pasado, desembarcaron 23.000 'sin papeles', en su mayoría marroquíes.

Inmigración José María Aznar
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