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El PSOE se desmarca de sus socios e impide que se tramite la ley trans en el Congreso
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NUEVO CHOQUE EN MATERIA DE IGUALDAD

El PSOE se desmarca de sus socios e impide que se tramite la ley trans en el Congreso

El texto de la ley registrada por los socios parlamentarios del Gobierno, y que no verá la luz, era casi idéntico al proyecto de Igualdad bloqueado desde el pasado mes de febrero

Foto: La ministra de Igualdad, Irene Montero. (EFE)
La ministra de Igualdad, Irene Montero. (EFE)

La pelota estaba en el tejado del PSOE, como quedó claro en el debate de este martes en el Congreso de los Diputados. Pero, tras pasar del no a plantearse un sí y finalmente decantarse por la abstención, los socialistas no facilitarán la tramitación de la ley trans. El PSOE se desmarca así de sus socios de gobierno y de las formaciones que facilitaron su investidura y que fueron las que tramitaron la iniciativa ante las discusiones continuas entre la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, y la ministra de Igualdad, Irene Montero, que mantenían paralizada la ley. Es la segunda vez que PSOE y Unidas Podemos votan diferente sobre una ley en el Congreso. El otro choque se enmarcó también en materia de igualdad, con la denominada ley Zerolo presentada por los socialistas, y ante la que se abstuvieron los morados (aunque su voto no era crucial para impedir la tramitación).

La ley registrada por los socios parlamentarios del Gobierno es prácticamente calcada al proyecto de Igualdad bloqueado desde el pasado mes de febrero. Nuevamente, el PSOE ha puesto en duda la seguridad jurídica del texto, principalmente en lo relativo al cambio de sexo o autodeterminación de género sin requisitos de ningún tipo. Los socialistas, previo informe de Justicia, han advertido sobre la necesidad de no "desbordar el marco constitucional", recordando que la autodeterminación de género "no es un derecho fundamental". Unos argumentos similares a los que se utilizaron desde el sector socialista con la ley de libertades sexuales, conocida como ley de 'solo sí es sí'.

Hace apenas tres semanas se acercaron posturas después de que la ministra de Igualdad aceptase fusionar en un único texto las leyes trans y LGTBI. La principal traba se seguía situando en cambio en la libre autodeterminación de género. Se partía así de posiciones menos enquistadas porque, según explicaban fuentes del Gobierno, se trataba de "adecuar al ordenamiento jurídico" este nuevo derecho. Fuentes de la vicepresidencia primera, que dirige Carmen Calvo, celebraron entonces que se aceptase la fusión de las dos leyes "por economía jurídica", ya que "ambas solapan contenidos".

Foto: Lorena Guzmán. (Fernando Ruso)

La ministra de Igualdad cerró el debate parlamentario este martes en el Congreso pidiendo perdón al colectivo trans por llevar "demasiados meses viendo sus derechos cuestionados" y asumiendo que el proyecto "debería venir de la mano del Gobierno y no lo he conseguido". Montero ya avanzó que si al final de la votación la iniciativa no salía adelante, se reafirmaba en su compromiso de que sus derechos "serán ley en esta legislatura". "Saldaremos esa deuda aunque no sea tan pronto como me gustaría", zanjó mirando como fecha máxima el Orgullo de este mismo año (al inicio de verano).

Reproches al PSOE

Los socios parlamentarios del Gobierno han emplazado hasta el último momento al PSOE para que, al menos, facilitase la tramitación de su iniciativa y que posteriormente corrigiese aquellos aspectos que considerase negativos o contrarios a sus posiciones. En el departamento que dirige Montero, tras plegarse a la fusión de las leyes trans y LGTBI para desbloquearlas, siempre mantuvieron como línea roja que se garantizase "el derecho a la libre determinación de la identidad de género", en línea con el llamamiento realizado de las principales organizaciones LGTBI.

En el debate en el Congreso, la diputada de ERC María Carvalho dejó claro que su "intención y esperanza" habría sido "debatirla en el proyecto de ley del Gobierno", culpando al PSOE de una "continua obstaculización" poniendo "en peligro" una ley esencial y tratando de hacerles cambiar de opinión. El portavoz socialista, Rafael Simancas, ya dejó claro esta mañana que su partido no cambiaría y se mantendría en la abstención.

placeholder Gabriel Rufián, aplaudido por su bancada. (EFE)
Gabriel Rufián, aplaudido por su bancada. (EFE)

También fue muy duro Íñigo Errejón durante su turno en la tribuna. El portavoz de Más País aseguró que no le dolían prendas en reconocer "que buena parte de los avances sociales en este país llevan el sello del PSOE" y, precisamente por eso, dijo el dirigente, "el PSOE no se puede poner de perfil". "Tienen que permitir que esta ley avance. Las cosas se discuten aquí. Nosotros hemos apoyado muchos reales decretos con la condición de que luego fueran ley e incorporar otras cosas. En justa correspondencia les toca", zanjó el líder de Más País mirando también a la bancada del PP y advirtiendo que, como con otras leyes anteriores, "se terminarían arrepintiendo de no haber apoyado" esta iniciativa.

La diputada socialista Susana Ros intentó justificar la posición de su partido (como han hecho hasta ahora) insistiendo en que “la legislación LGTBI tiene que ser manifiestamente mejor” y reconoció que a su formación “no le gusta cómo está planteada la ley”. El PSOE insiste en que “lo más probable” es que sea considerada inconstitucional y que la posición de su partido será debatir la ley cuando cuente con la seguridad jurídica necesaria. No desaprovecharon la ocasión los socialistas para cargar contra Vox, “la ultraderecha fascista de este Parlamento” que “ha demostrado que tiene problemas con los derechos humanos”. Así arrancó Ros su intervención para después confirmar la abstención de su grupo.

Fue muy sonado el rifirrafe mantenido entre Vox y el portavoz de los republicanos, Gabriel Rufián, que utilizó su turno para combatir las declaraciones previas del partido de Abascal, a los que acusó de estar en contra de cualquier ampliación de derechos civiles. "No es de extrañar que criminalicen a las personas que no se sienten con su cuerpo como deben hacerlo, porque criminalizan a las personas que están en las colas del hambre y a los menores extranjeros desamparados".

Foto: Izaro Antxia. (Wikipedia)

Ciudadanos, por su parte, se desmarcó con claridad de la postura de PP y Vox apoyando la tramitación de la ley. La diputada Sara Giménez fue muy vehemente en su intervención exigiendo al PSOE “no ponerse de perfil” y recordando que “los avances en igualdad son avances de todos”. Igual que el grupo naranja, el PNV también sacó los colores a los socialistas: "Nos cuesta entender determinados argumentos para votar en contra".

Aunque evitaron el tono de Vox y sus argumentos difirieron bastante del partido ultra, los populares confirmaron que votarían en contra de la admisión a trámite de la ley. La diputada Marga Prohens aseguró que su partido "no se fía de que sea solo una toma en consideración para abrir un debate que ya saben cómo quieren cerrar" e insistió en que las personas transexuales "quieren que se apruebe la ley con la máxima seguridad jurídica".

Los menores trans y la legislación

Para avalar jurídicamente la propuesta de que cualquier persona pueda cambiar su nombre y sexo en el Registro Civil solo con una declaración expresa, a partir de los 16 años, desde Igualdad se acogen a una instrucción de 2018 de la Dirección General de los Registros y del Notariado, sobre cambio de nombre en el Registro Civil de personas transexuales.

Foto: La ministra de Igualdad, Irene Montero. (EFE) Opinión

En la actualidad, se está tramitando por el Parlamento una proposición de ley que previsiblemente modificará la anterior de 2007, despatologizando la incongruencia de género, y permitiendo el cambio de la constancia registral del género sentido mediante la simple expresión de la voluntad de formalizar dicho cambio por el sujeto, incluso siendo el mismo menor de edad. Ello brindará una solución más adecuada, y conforme con la realidad de las cosas, a la luz del estado actual de la ciencia médica. Pero, mientras eso llega, hay situaciones actuales que demandan una solución urgente, "especialmente en la medida en que afectan a menores de edad", concluye la instrucción.

La pelota estaba en el tejado del PSOE, como quedó claro en el debate de este martes en el Congreso de los Diputados. Pero, tras pasar del no a plantearse un sí y finalmente decantarse por la abstención, los socialistas no facilitarán la tramitación de la ley trans. El PSOE se desmarca así de sus socios de gobierno y de las formaciones que facilitaron su investidura y que fueron las que tramitaron la iniciativa ante las discusiones continuas entre la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, y la ministra de Igualdad, Irene Montero, que mantenían paralizada la ley. Es la segunda vez que PSOE y Unidas Podemos votan diferente sobre una ley en el Congreso. El otro choque se enmarcó también en materia de igualdad, con la denominada ley Zerolo presentada por los socialistas, y ante la que se abstuvieron los morados (aunque su voto no era crucial para impedir la tramitación).

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